domingo, 29 de enero de 2012

¡RASCA, MAMÁ!

Una semana más que viene acompañada de una nueva entrada. ¿Qué haríais vosotros sin vuestra ración cada siete días? Mientras que el cuerpo aguante, mientras que la sesera siga trabajando a destajo, y mientras que el brazo derecho siga manteniendo el pulso, aquí me tendréis permanentemente, semana tras semana.

Curiosamente, acabo de realizar un dibujo que tiene bastantes similitudes con éste. No se trata ni de un plagio (a mí mismo, por supuesto) ni de una segunda parte, sino que el tipo protagonista acaba retorciéndose como el de la ilustración de esta semana a consecuencia de un despiste de nuestro amigo Marcelino. Pobre cegato, un día se debería enfrentar cara a cara con su amigo Rompetechos. Si por separado la lían parda, no me quiero imaginar los dos juntitos. Madre mía, la que se podría montar ahí. Tal vez les dedique una ilustración especial a ambos como conmemoración a la llegada del fin del mundo, para finales de año. ¿Qué mejor forma de acabar con la humanidad que a causa de un despiste (bastante gordo) de estos dos individuos? Pediré autorización a Ibáñez (sí, el papá de Rompetechos) a ver si me deja usar su personaje, que luego no quiero represalias. Aunque tratándose del maestro, no creo que las tenga.

Como ya os habréis percatado, el dibujo de esta semana es de trazo sencillo y está libre de fondos sobrecargados. La idea, aunque sencilla, me gustó mucho cuando se me ocurrió. Así que, sin dudarlo dos veces, me puse manos a la obra. Desde un primer momento, ya pensé en no atiborrar la página de detalles. Así pues, agarré el lápiz y dibujé a los dos protagonistas ocupando casi todo el espacio de la hoja, dejando hueco, como no podía ser de otra forma, para los ya obligatorios gags secundarios interpretados por esos entrañables bichitos.

El resultado final es una viñeta menos cargante (visualmente hablando) que las anteriores aquí publicadas, de trazo sencillo y guión simple pero chispeante. A pesar de no encontrarse entre mis obras más logradas, sí se encuentra entre las más queridas.

Volveré.

domingo, 22 de enero de 2012

UNA MARATÓN DE MUERTE

 ¡Señoras y señores, estamos de Olimpiadas! Como ya sabréis de sobra (y si no, os lo digo yo), este año 2012, se celebrarán en Londres entre el 27 de julio y el 12 de agosto y, aunque realicé mi dibujo sin tener en mente este acontecimiento, publicarlo ahora me viene como anillo al dedo.

El gran Ibáñez también se ha percatado de este importante acto y se encuentra ultimando una nueva aventura de sus agentes más famosos de la historia de la T.I.A.: Mortadelo y Filemón. Su título: Londres 2012. Cada cuatro años, y como ya viene siendo habitual (Gatolandia 76, Moscú 80, Los Ángeles 84, Seúl 88, Barcelona 92, Atlanta 96, Sydney 2000, Atenas 2004, Pekín 2008 y Londres 2012), sus criaturas vuelven a embarcarse en una nueva Olimpiada, haciendo de las suyas a diestro y siniestro y por la que, con total seguridad, no pasarán inadvertidos.

La mala baba vuelve a estar presente en esta nueva ilustración, cargada de sarcasmo y humor grisáceo (porque no llega a ser negro del todo). El tipo que dice ser atleta, sabe jugar la partida escondiendo un as en la manga. Si ya de por sí, competir contra un pobre anciano no le aseguraba suficientes garantías de éxito, opta por encadenarlo a una enorme y pesada bola de presidiario, la que le otorgará un éxito rotundo y asegurado. Los huesos del pobre abuelo, que por su aspecto debe sobrepasar los 80 tacos, no soportan el reto al que son sometidos y se resquebrajan como si de finas ramitas se tratasen. De aquí al hoyo, y nunca mejor dicho. Menos mal que un amigo de éste que se cree atleta todavía tiene algo de sesera y le reprocha su terrible ocurrencia.

Los gags que acompañan a los protagonistas vuelven a estar a la altura (no conviene pasar por alto a la pareja de mosquitos, tan escatológicos como de costumbre) y, como ya os advertí en la entrada anterior, el trazo aquí es mucho más firme que antaño, fruto de una obligada e involuntaria evolución tanto gráfica como artística.
 
Hoy, pues, me siento feliz, porque después de varias entradas irregulares, mi blog ha recuperado su ritmo y nivel que se merece y que os merecéis. Sólo espero poder aguantarlo durante mucho, mucho tiempo. Para que así sea, toca sacarle punta al lápiz, estar muy tranquilo para que no tiemble demasiado el pulso, exprimir las neuronas al máximo y colocar una bolsa con hielo en una esquinita de la mesa, para ir enfriando la sesera cuando sobrepase los 65 grados de temperatura.

Feliz semana.






domingo, 15 de enero de 2012

LA REINA DEL DESTAPE

Tranquilos y tranquilas, ¡que no cunda el pánico!, que aún no me he decantado por el dibujo erótico. Éste sigue siendo un blog para todos los públicos, en el que pueden pasar un buen rato tanto grandes como pequeños. Aunque sí es cierto que algunos dibujos son algo subiditos de tono, siempre procuro que sea el lector quien imagine el desenlace de la historia, mostrando sólo el arranque y evitando así la calificación +18.

Como ya habréis podido imaginar, el título de esta nueva entrada es más sugerente que el dibujo en sí. Cierto es que no me gusta repetirme, es por eso por lo que toco todos los palos. Ideas me vienen a montones todos los días, pero, a veces, ninguna que me convenza. Así que prefiero seguir esperando a que se me encienda la bombilla y que llegue la buena, y cuando lo hace, ¡hala!, manos a la obra. Agarro el lápiz con avaricia, marraneo todo el papel de esquina a esquina (que si una cabeza por aquí, que si un sobaco por allá…) y, una vez hecho todo una porquería, a recuperar el pulso y a entintar. Una vez acabado el proceso del entintado, agarro una goma y ¡a borrar se ha dicho! Entonces es cuando queda todo muy bonito y presentable para poder mostrarlo al gran público.

Cuando realizo una ilustración más flojita en cuanto a calidad de guión o dibujo, soy el primero que lo reconoce. Ahora, cuando hay otras que las bordo como nadie, tampoco me callo.

Y si nos centramos un poco en la obra de esta semana, descubrimos al propietario del famoso (y mundialmente conocido) teatro Maremagnum salir corriendo detrás de unos indefensos y afectados espectadores, que huyen despavoridos ante la crudeza de las escenas allí representadas. Por mucha intención que el hombre le ponga para que toda aquella gente vuelva a meterse en la sala, y por muy bien que suenen sus promesas, más de la mitad de los asistentes tuvieron que ser ingresados de urgencia y, algunos, no lo contaron. La actriz estaría de muy buen ver la primera vez que interpretó aquella función hace unos cincuenta años. Y seguro que fue un éxito rotundo. Pero señores, ¿dónde va esta mujer con ochenta tacos? Y el dueño del teatro, ¿qué esperaba, qué más de uno saliera encandilado de allí?

A partir de este dibujo y, sobre todo, impulsado por el mal sabor de boca que me dejó el último publicado, es cuando más empeño le estoy poniendo para llegar a realizar un trazo casi perfecto. Estamos, pues, ante el nacimiento de una nueva etapa, más madura si cabe y más perfeccionista, en la que mis personajes empiezan a cobrar una movilidad asombrosa y son capaces de adoptar posturas casi imposibles (aunque algunos ya lo habían hecho), y en la que se descubrirán nuevos rostros alejados de los ya tradicionales. Renovarse o morir, esa es la cuestión.

Como siempre, os dejo opinar al respecto.

P.D.: No os volváis locos buscando la ubicación del mencionado teatro, no existe. Y si existiera, os doy fe de que el que esto escribe desconoce por completo de su existencia. Desde aquí, y en el caso de que haya algún teatro con el mismo nombre, quisiera pedir disculpas a sus propietarios por haber hecho uso de él y de sus instalaciones para la elaboración de mis viñetas y, lo que es peor, sin su consentimiento.

Que no me pase ná.






domingo, 8 de enero de 2012

MARCELINO Y EL REY DE LA SELVA


He dudado hasta el último momento en si publicar este nuevo dibujo o no. Al final lo he hecho, aunque no me convenza mucho su resultado final. Las prisas por acabar y empezar el siguiente me jugaron una mala pasada. Espero que no se vuelva a repetir. Ya os dije en su día que soy muy crítico con mi trabajo; si una cosa está bien hecha lo digo, y si está mal, también.

Estamos ante una nueva aventura de Marcelino (o mejor dicho, desventura), en la que, el pobre individuo, vuelve a jugarse el pellejo involuntaria e inconscientemente. De forma milagrosa, siempre logra sobrevivir, aunque su vida haya pendido del hilo más fino que podamos imaginar.

Pero si lo pensamos fríamente, ¿de qué sirve crear un personaje nuevo, darle forma, vida y popularidad, si luego te lo vas a cargar a la primera de cambio? Sólo basta con hacerle un buen seguro de vida a todo riesgo y seguir y seguir (y más seguir) dándole a la pluma. No hay más secreto.

Dos cuidadores de un famoso zoológico del país (de cuyo nombre no quiero acordarme), sacan a dar un paseo al más fiero de los animales del recinto. Manso como un gato, el animal deambulaba de un lado para otro sin mostrar síntoma alguno de agresividad. Pero ahí estaba Marcelino, para tocar un poco las narices y fastidiar el día a más de uno. El pobre hombre se acerca como si nada al fiero león, el cual, no duda en sacar su lado más salvaje en cuestión de una milésima. Sus cuidadores no pueden con él y son arrastrados al antojo del animal.

¿Creéis que, al final, logró alcanzar a Marcelino? La respuesta es sí, y no sólo lo alcanzó, sino que se lió a darle mordiscos por todo el cuerpo y garrotazos a diestro y siniestro. Aún así, logró burlar a la muerte una vez más y ya se está preparando para embarcarse en una nueva aventura, de la cual, seguro que tampoco saldrá muy bien parado.

Para completar la página, ahí tenéis al típico mosquito metomentodo, a una ratona que trata de ganarse la vida como bien puede, a un escarabajo pelotero llevándose el punto de la admiración, a un gato medio sordo y a un monigote vestido de vaquero.

Sed felices.


domingo, 1 de enero de 2012

UN (ARRIESGADO) DÍA DE PESCA


Año nuevo, vida nueva, ¿no es eso lo que dicen? Pero yo, contrario a todo dicho, continúo con mis dibujitos una semana más contra viento, marea y crisis.

Tras pagar una demanda impuesta por el propio Papá Noel por sacar a la luz su ajetreada vida privada, aquí vuelvo con un dibujo libre de críticas y de ofensas contra nadie (aunque nunca fue esa mi intención).

Dos amiguetes salen cierto día a pescar, suben a bordo de una barca y se dirigen mar adentro. Uno de ellos, posiblemente el más entendido en el tema, propone echar al mar pececillos vivos con el fin de atraer a los demás peces de mayor tamaño. No se puede negar que el resultado final es el que esperaban conseguir, pero creo que los pececillos que acudieron a zamparse el cebo eran más grandes de lo esperado…

A la derecha de la imagen se cuela una jirafa (???????), lo cual, demuestra el alto nivel de surrealismo que acompaña a mis obras. He de decir que, si puse ahí al animal, no fue por puro azar, sino porque yo quería que allí estuviese. Por ahí también se cuela un mosquito (están hasta en la sopa, tanto en mis dibujos como en la vida real), que casi muere empalado. Como animalillos novedosos, presento a un pobre pez que parece no haber visto en su vida un tiburón, y a un par de buitres sobrevolando sobre las cabezas de nuestros protagonistas. Uno de ellos, como ya os habréis percatado, tiene el mismo problema que nuestro querido amigo Marcelino (no, no me refiero a la impotencia). La preocupante falta de vista del animal hace que confunda a los dos pescadores con un par de mejillones enlatados.

Sin nada más, no me gustaría despedirme sin antes desearos un próspero y feliz año 2012. Sólo espero poder seguir con vosotros mucho tiempo y que me tengáis aquí semana tras semana, al igual que ha ido ocurriendo a lo largo de este año que acabamos de terminar. Yo deseo que así sea.

P.D.: A pesar de que hemos empezado un nuevo año, veréis que, bajo mi firma, continúa figurando 2011. Esto se debe a la enorme cantidad de dibujos que aún quedan en mi archivo pendientes de publicar. Quiero aclarar esto para que más de uno no piense que todavía no me he enterado de que hemos cambiado de año.

Aclarado esto, feliz semana.