domingo, 25 de diciembre de 2011

25, ¡YA ES NAVIDAD!


Aquí me tenéis una semana más (soy vuestra peor pesadilla), pendiente de publicar mis dibujos religiosamente aún en días tan señalados como este. Y como no podía ser de otro modo, el de esta semana va relacionado con el día en que se publica. Un dibujo que llevo anunciando en las dos últimas entradas y que ve la luz hoy, 25 de diciembre.

Como podéis ver, es una ilustración ambientada en la Navidad, pero aquí, nada de buenos sentimientos, ni villancicos, ni espíritu navideño. ¡Mala leche a raudales! Ya estabais avisados. Al que le pique el gusanillo de ambiente navideño, sólo tiene que pasarse por El Corte Inglés, allí le darán dosis suficiente como para parar un tren.

Deteniéndome un poco en la explicación del dibujo, diré que no fue nada fácil escoger una historia y una situación que realmente me convencieran. Ideas tenía a miles, pero no cuajaba ninguna. Hasta que, cierto día, cuando pensaba en otra cosa, ¡chof!, inspiración al canto. Acabé un dibujo protagonizado por dos archiconocidos personajes televisivos (no, no son Rajoy y Zapatero) (¡tampoco Pajares y Esteso, caray!), confirmando un rumor que circula sobre ambos desde hace tiempo y que a más de uno puede que no le haga ninguna gracia, aunque la tiene. Dicha ilustración aún permanece inédita, pero demos tiempo al tiempo.

Lo dicho, acabé ese dibujo y, sin tiempo que perder, empecé este nuevo. Aunque no sea una de mis obras más logradas, en cuanto a calidad de dibujo se refiere, el buen sabor de boca que me dejó el resultado final, hizo que me gustara incluso a mí (los que me conocen sabrán que soy muy crítico conmigo mismo).

La historia: un tipo llega a casa en nochebuena tras un duro día de trabajo y, cual es su sorpresa, cuando pilla a su mujer con Papá Noel en la cama. Sin dudarlo dos veces, agarra una escopeta y sale como un cohete tras él, quien se monta a toda prisa en su trineo olvidando los pantalones en la habitación. La reacción del enfurecido marido fue tan grosera que decidí sustituir sus palabras por dibujitos, como si se tratase de un jeroglífico, con el fin de evitar la clasificación +18. Os reto a que descifréis su mensaje. Una pista: guapo no le dijo en ningún momento.

Una satisfecha y desnuda mujer asomada a la ventana, unos pajarracos que no salen de su asombro, unos animalitos babeantes, un mirón, un caracol hambriento y una auto-caricatura felicitándoos la Navidad, completan esta divertida escena recién sacada del horno.

¡FELIZ NAVIDAD!


sábado, 17 de diciembre de 2011

MARCELINO ES UN TIPO PRECAVIDO (DEMASIADO)


Este nuevo dibujo viene como anillo al dedo ahora que los termómetros empiezan a descender bruscamente. Así pues, ha llegado la hora de desempolvar los abrigos, de hacer buenas migas con las bufandas, guantes y gorros, y de cortar los troncos para encender la chimenea. Las ciudades, como cada invierno, volverán a vestirse de blanco, los niños disfrutarán haciendo muñecos de nieve, y la nieve disfrutará haciendo resbalar a más de uno.

Sabiendo esto, nuestro amigo Marcelino ha decidido tomar precauciones para no pillar la típica gripe de invierno, colocándose la ropa de abrigo sin reparar en las altas temperaturas veraniegas. Pero me da la sensación de que tanta prudencia no es del todo buena…

Mientras que los ciudadanos sudan la gota gorda, a la misma vez que los termómetros se disparan por encima de los noventa grados a la sombra y a pesar de que las ranas están más secas que la mojama, Marcelino es feliz abrigado hasta el cuello.

Los gags deambulan por toda la página como Pedro por su casa (ese día me levanté inspirado), y se pueden encontrar nuevos detalles por cada centímetro cuadrado. Si os habéis fijado, este dibujo tampoco ha sido publicado en el último día de la semana (es decir, en domingo, por si alguno todavía no lo tiene claro). Resulta que el menda se ha vuelto todo un correcaminos y le ha dado por viajar en los fines de semana, aunque éste ya sea el último (de momento). Por razones obvias, no daré detalles acerca de mi propósito ni de mi destino, pero sólo diré que será una experiencia que difícilmente olvidaré. Siento no poder ofreceros más información al respecto (espero que me comprendáis), pero algún día os lo contaré, cuando llegue el momento.

P.D.: Ya tengo listo el dibujo navideño que os comenté en la entrada anterior y que subiré en la próxima semana. Una ilustración cargada de buenos sentimientos, de amor hacia el prójimo y de acciones dignas de estas fechas del año, rebosante de ternura y emoción.

P.D.2: ¡No creáis nada! Hay más mala leche concentrada en ese nuevo dibujo que en todos los que he publicado juntos. Así soy yo.

Saludos cordiales.


jueves, 8 de diciembre de 2011

ESOS LOCOS BICHITOS


Esta semana rompo con la rutina de publicar mis entradas siempre en domingo. El próximo fin de semana estaré fuera de casa (lejos, muuuuy lejos) y, en lugar de poner mil excusas para no publicar nada, he decidido adelantar dicha publicación para que tengáis vuestra ración semanal. Sé que muchos no me perdonaréis que os deje a pan y agua, por eso me tenéis aquí una vez más.

El dibujo que ahora nos ocupa es de temática muy surrealista (algo a lo que estaréis ya acostumbrados) y violenta. El pobre niño se lleva el susto de su vida al observar a aquel engendro de la ¿naturaleza? intentando devorar al inocente chucho. Su padre, pensando que todo era producto de la imaginación del chaval, cree que se trata de una vil, inofensiva y diminuta garrapata. El impacto que se llevó aquel hombre al ver aquello, le provocó cuarenta y seis infartos, catorce derrames cerebrales y, además, varios desprendimientos de retina.

Pero también sobrevivió milagrosamente (todos mis personajes lo hacen), y el médico que lo trató perdió una apuesta millonaria porque aseguró que no había ni una remota posibilidad de que aquel individuo siguiera adelante. Desde aquel momento, el doctor me anda buscando. No sé con qué intenciones, pero seguro que buenas no son.

La parte más costosa de esta ilustración se la llevó, sin lugar a dudas, el diseño de la monstruosa garrapata. En un primer boceto, dibujé al bicho en posición erguida, sostenido sobre sus dos patas traseras. Pero aquello no me convenció. Parecía un pariente de Godzilla en lugar de una garrapata. Así que borré todo y volví a dibujarlo tal y como ahora aparece. Este nuevo boceto me convenció más, y horroricé su figura tanto como se me ocurrió. El resultado final: el que tenéis frente a vosotros. Espero haber acertado en mi elección.

Bueno, os dejo que voy a seguir con la elaboración de mi nuevo dibujo (como veis, esto es como el cuento de nunca acabar), en esta ocasión, dedicado a las fechas venideras: la Navidad.


domingo, 4 de diciembre de 2011

LA PIRATERÍA ES UN DELITO ¡NO LA ACEPTE!


Que la piratería es dañina, perjudicial y una terrible amenaza constante, no es ningún secreto de Estado. Si no, que se lo pregunten a los dos tipos de la ilustración de esta semana. En este caso, no es la Ley quien toma cartas en el asunto, sino el propio disco de DVD. No sabemos si la película que iría grabada en dicho disco sería Piratas del Caribe o Hook, el capitán Garfio. Lo que sí sabemos es que el dichoso DVD es de armas tomar y tiene muy malas pulgas.

Al final (y se desconoce cómo pudo hacerlo), el disco consiguió alcanzar a los dos tipos, los cosió a sablazos y, posteriormente, los amarró con cuerdas y los arrojó por la borda (en realidad, era un octavo piso). Milagrosamente, la pareja logró sobrevivir a los ataques del DVD pirata y a la brutal caída, aunque, os puedo asegurar, no los reconocerían ni sus madres.

Si nos detenemos en el dibujo, podemos observar que apenas hay fondos, aunque no falten los tradicionales gags secundarios. Hay días en los que me apetece cargar la página hasta el vómito; sin embargo, hay otros en los que prefiero dar un poco de respiro y dejar más espacios en blanco, sin que con ello se vea la página incompleta o inacabada. Ya os habréis dado cuenta que, tanto en este dibujo como en los últimos publicados, predomina mucho más el movimiento. Unos personajes que, muy alejados de una postura estática y rígida, se doblan, se retuercen y adoptan poses imposibles como si de figuritas de papel se tratase (válgame la redundancia).

P.D.: Con este dibujo no pretendo ir en contra de la piratería ni tampoco ponerme de su parte. Lo que sí es cierto es que es algo que está muy de actualidad y, nos guste más o nos guste menos, al alcance de todos. Sin ir más lejos, ayer sábado, paseando por las calles de mi ciudad, me topé con decenas de puestos ambulantes en donde se vendían películas en DVD, CDs de música e, incluso, imitaciones de perfumes. Los vendedores eran todos extranjeros (en su mayoría africanos), y no se veían nerviosos ni preocupados ante la repentina aparición de la autoridad. Dicho queda.


domingo, 27 de noviembre de 2011

EL (POBRE) DIABLO SOBRE RUEDAS


Mis cordiales saludos, queridos seguidores. Esta mañana (no sé por qué) me he levantado con ánimo emprendedor y me voy a pasar el día fuera de casa en un lugar aislado del mundo donde nadie pueda localizarme. Así que, lamentándolo mucho, esta semana no habrá nueva entrada en mi blog.

Un momento. ¿Pero qué estoy diciendo? ¿Cómo voy a defraudar a mis más de diez millones de seguidores? Bueno, haré un esfuerzo y esta semana me quedaré en casa preparando la nueva entrada. Además, tengo dos dibujos pendientes de acabar y otro que quiero hacer con motivo de la Navidad. Así que, una semana más, me toca anclar el culillo a la silla y los codos en la mesa, y a darle al lápiz y a la pluma sin perder un segundo. Qué le vamos a hacer, a la próxima semana tal vez…

Ni de lejos se podría comparar este humilde dibujo con la mítica película de Steven Spielberg del mismo título, pero sin el pobre. En esta ocasión, el despistado Marcelino se pone al volante de un temerario SEAT 127, llevándose por delante cualquier cosa viviente y no viviente.

En un principio, pensé poner a Marcelino al volante de aquel legendario Plymouth Valiant rojo (el que salía en la película), pero como esto es España, decidí subirlo en el ya mencionado 127. Para el que no haya visto la película (que de todo tiene que haber en la viña del Señor), resumiré en cuatro líneas su argumento. Fue la primera película de un joven (y entonces desconocido) Spielberg en ser estrenada en cines, aunque originariamente se rodó para la televisión. El conductor del mencionado Plymouth es acosado durante todo el film por un siniestro y voraz camión cisterna (un viejo Peterbilt 351), el cual, lleva al protagonista al borde de la locura. Una película más que recomendable que sirvió de inspiración a su director para rodar el film que lo catapultaría a la fama mundial: Tiburón.

Aunque más que a El diablo sobre ruedas, por la forma en que se atropella a los transeúntes, diría más bien que se trata de una parodia del videojuego Carmageddon (ya sabéis, aquel en el que había que atropellar a la gente para conseguir puntos).

No diréis que no me he documentado para escribir esta nueva entrada, y es que, además de ser un admirador absoluto del gran genio Ibáñez, también lo soy del rey midas del celuloide: Steven Spielberg. Con este dibujo, quiero rendir homenaje a este todo terreno del cine.  

P.D.: Todos los que no hayáis visto aún el mítico film rodado en 1971, ¿a qué estáis esperando? Pero ahora no vayáis corriendo a las salas de cine a sacar la entrada, porque creo que ya no la ponen.


domingo, 20 de noviembre de 2011

MARCELINO SE VA A LA GUERRA


¡Angelito! ¿Y qué culpa tiene él si ve menos que un topo a las dos de la madrugada? Por suerte, siempre suele salir airoso de todos los marrones en los que se mete; por el contrario, algún día le veríamos en las esquelas del periódico.

Marcelino, aunque no lo aparente, es un tipo muy fiestero, y eso queda de manifiesto en la siguiente ilustración. La única pega (y menuda) es que, sin querer, se mete de lleno en medio de una gran batalla, y el tío tan ignorante y feliz. Los cañonazos de los tanques, el estallido de las bombas y los continuos tiroteos entre los dos bandos, son confundidos con las explosiones de los cohetes verbeneros.

Marcelino siente una gran devoción por su pueblo y, allí donde quiera que vaya, habla maravillas del mismo. Cada año, llueva o truene, cuando son las fiestas, este humilde tontainas acude sin falta atraído por el jolgorio de la verbena; una verbena amenizada por un acordeonista de frondoso y oscuro mostacho, y por una cantante entrada en kilos y con sombra bajo su nariz. Los asistentes: cuatro abueletes de muy avanzada edad y con los huesos hechos puré de calabaza.

Fiestazas aparte, centrémonos ahora en el dibujo. En un primer vistazo, parece una ilustración simple, pero puedo asegurar que tiene su trabajillo. Aunque en esta ocasión aparece en pequeñito, lo más costoso aquí fue trazar el tanque. Tenía en mente dibujar uno más simple, sin tanto detalle y con menos sombras, pero al final me decanté por el complicado. Sé que si no lo hubiese hecho así, aún se me removería la conciencia cada vez que lo mirara.

Aunque la página está cargada de detalles, aquí escasean los gags secundarios, tan presentes e importantes en mis dibujos como los protagonistas principales. A veces, me veo obligado a prescindir un poco de ellos; no por nada, sino por falta de espacio.

P.D.: Para los detractores de este entrometido personajillo, deciros que tendréis Marcelino para rato. Os lo aseguro.

P.D.2: Por si alguien no pilla el gag de los ratones, el supositorio al que hace referencia el roedor mutilado es una bala.

Bye.


domingo, 13 de noviembre de 2011

SILVERIO SOLITARIO


Su madre se quedó descansando. Lo de Silverio se entiende, pero lo de Solitario no tiene perdón. La única explicación que se me ocurre a este sugerente apellido es que, la mamá de este individuo, diera a luz en tan diminuto islote apellidando a su retoño con el adjetivo que describía a aquel lugar.

Y yo me pregunto: ¿Cómo llegaría esta mujer a este minúsculo peñasco? ¡Qué diablos! Silverio no tiene madre ni padre ni abuela, se apellida así porque a mí me da la gana y habita en dicho islote porque me sale de las narices. Siempre intento ubicar a mis personajes en lugares tan surrealistas como la situación a la que se enfrentan. Y en este caso, no podía ser de otra forma.

A este pobre hombre, le ocurre lo mismo que a Marcelino: va de una desgracia en otra. Cierta mañana (o tarde), a no sé que hora del día ni te cuento, Silverio se encontraba mareando al aire con un palo. De pronto, y sin saber cómo, llega hasta él un paquete sin remitente ni destinatario, que el pobre hombre desembala sin poder contener la ilusión. Lo que Silverio no sabía es que, algún hijo de su madre, medio en broma, medio en serio, había introducido una potente bomba en el interior de la caja. Puede que aquel obsequio llevara navegando días, incluso semanas, y tuvo que estallarle justo delante de sus narices. Las consecuencias, como os podéis imaginar, fueron fatales, pero por lo menos no había perdido su inseparable palito.

Humor muy al estilo de los dibujos de la Warner Bros., en los que explosiones con gigantescas bombas y cartuchos de dinamita no faltaban. En un principio, pensé en rotularle a la bomba aquella frase célebre: marca “ACME”, como homenaje a los inolvidables dibujos de mi infancia, pero al final, decidí no hacerlo por el tema de los derechos y esas cosas. Aunque, ahora que lo pienso, si para cuatro personas que visitan mi blog, ya sería mala suerte que una de ellas fuese directivo de la Warner. Bueno, lo hecho, hecho está.

Aunque el dibujo tiene sus complicaciones, fue bastante rápido de elaborar. Tal vez, al ahorrarme fondos, gags complementarios y los ya habituales animalitos toca narices, tuvo bastante que ver.

En conclusión, se puede considerar este dibujo como un paréntesis a los más de treinta ya publicados, dejando a un lado el ya típico chiste de una sola viñeta para pasar a desarrollar una breve historia en varias viñetas. Tampoco vi conveniente cargar demasiado los fondos, pues también es de agradecer el visualizar un dibujo sin tener que estar forzando la vista para apreciar todos los detalles que se extienden por ahí. Ésta, junto a la historieta de Don Fleco, son las dos únicas páginas que he creado desarrollando historias por viñetas. De momento, en los dieciocho dibujos que tengo acabados y pendientes de publicar (más otros dos que vienen de camino), no hay ninguno más de este estilo. Pero tranquilos y tranquilas, que en el momento que me de la vena elaboro otro, repitiendo personajes o creando otros nuevos, ya se verá.

P.D.: Quiero dedicar este especial dibujo a una persona muy querida y, posiblemente, la primera en despertar interés por mi obra. Sé que, allí dónde estés, seguirás dándome ánimos para que siga adelante con esto. Yo, como una pequeña muestra de agradecimiento, te iré mostrando mis nuevos dibujos en primicia, mucho antes de que sean publicados en mi blog. Nunca te olvidaremos. Para ti: Mercedes M. L.


domingo, 6 de noviembre de 2011

VENANCIO Y MARCELINO, HUYEN DE UN “GOLONDRINO”


Esta peculiar pareja de individuos, llevan más de veinte años siendo amigos (se conocieron en el colegio), y como ya era de costumbre, solían salir a dar un paseo por el parque cada tarde. Así aprovechaban para debatir sobre fútbol, política y coches (¡qué originales!) y, seamos sinceros, decir algún piropo que otro a las chicas que se cruzan por su camino. Aunque, si a los treinta y tantos siguen más solos que la una, así de bien se les tiene que dar eso de los piropos…

Que Marcelino es un tipo con gran corazón, de eso no cabe la menor duda (y lo puedo reafirmar, que para eso lo he parido). A pesar de que siempre anda metiéndose en marrones de tres pares de narices, tengo que confesar que ha sido a raíz de su buena fe y de sus buenos sentimientos. ¿Qué culpa tiene el pobre hombre si su vista es más corta que mi sueldo de un mes?

En esta ocasión (y no será la última, eso lo garantizo), Marcelino es el que sale peor parado de la situación. Su intención era buena (alimentar a las desnutridas palomas), pero su despiste fue fatal. Para postre, le toca aguantar el broncazo de su amigo Venancio, que a pesar de que vela por su seguridad, no es su ángel de la guarda.

Primera incursión en el género gore en las más de treinta entradas (que se dice pronto) que llevo publicadas en mi blog. Para los que hayáis leído mis anteriores apuntes, sabréis que no es la primera vez que toco este sanguinario género, pues, allá por 1998, escribí, dibujé y di color a un cómic basado en la mítica saga cinematográfica Viernes 13, al cual, le añadí el mismo título, en donde hay más sangre por metro cuadrado que en la nevera del Conde Drácula.

Un humor muy corrosivo, una araña peleona, un caracol con serios problemas, unos ratones salvando el pellejo y un pterodáctilo con escaso sentido del humor, completan el menú de esta semana.

P.D.: Niños, no os preocupéis por Marcelino, en casa tiene brazos de repuesto.



domingo, 30 de octubre de 2011

MARCELINO Y UNA MOMIA CON MALAS PULGAS


Pero… ¿qué diablos hace una momia en casa de mi entrañable mequetrefe? Hay que reconocer que mis ideas llegan a ser tan surrealistas que empiezan a asustarme a mí mismo. Pero, la verdad, es que no tenía otra opción. O tenía que trasladar a Marcelino al antiguo Egipto, a la tierra de las momias y faraones, o tenía que desplazar a la momia a los tiempos de Marcelino. Y me decanté por lo segundo. Desconozco si los antiguos egipcios disponían de un retrete para hacer sus necesidades y si tenían a mano un buen rollo de papel higiénico para dejar todo bien limpito.

De entre todas las momias que deambulaban por ahí, escogí la que peor humor tenía. Por diez euros, la convencí para que se introdujera dentro de mi máquina del tiempo y la trasladé al presente (o al futuro, depende del punto de vista en que se mire), justo en el momento en que mi mequetrefe se encontraba desatascando las tuberías. La verdad es que la situación en la que se ve involucrada la momia no le ayuda en nada a despertar una sonrisa.

Como ya os habréis ido percatando, en la mayoría de mis dibujos casi siempre encontramos dos partes: una más elaborada (que, normalmente, es la que capta mayor atención) y otra más simple. En este caso, la parte más complicada se la lleva la dichosa momia, envuelta en viejos y sucios vendajes, más arrugada que la camisa de uno que se acaba de levantar de la siesta y con los dientes más podridos que las flatulencias de un tipo que acaba de comer habichuelas. La elaboración de Marcelino fue más sencilla, aunque el diseño de su postura también me trajo algún que otro quebradero de cabeza.

¿Y el bocadillo? ¿Dónde está el bocadillo? Marcelino, aunque sea un personaje de tebeo, también tiene su parte humana. ¿Cuántos, después de desahogarnos en el baño, tenemos ganas de conversación? ¿Y con quién vamos a hablar que no sean las cuatro paredes que nos rodean? ¡Seamos realistas!

Unos simpáticos ratoncillos, un mosquito en verdaderos apuros y otros dos que se han quedado fuera de plano, completan la viñeta de esta semana.



domingo, 23 de octubre de 2011

SEÑORES… ¡ESTO SE HUNDE!



Aunque podría ser perfectamente, no me estoy refiriendo al país. En este caso, lo que se hunde es el dibujo. Bueno, el dibujo en sí tampoco (en todo caso, el dibujante, ja ja ja). Lo que se va sin remedio derechito al fondo del mar es el barco de esta nueva viñeta. Se desconoce si se trata del Titanic o del Tetanic, pero la cuestión es que, por la inclinación del mismo y la cara de angustia de la tripulación, la cosa pinta bastante fea.

Aunque no todos piensen igual. Si no, que se lo pregunten al tipo que se dispone a llenarse la panza. Él podría haber sido, perfectamente, el que inventó el dicho: Las penas con pan son menores. Y es que el hambre es mala, muy mala.

En esta ocasión, quise complicarme un poco más las cosas y decidí jugar con la perspectiva y la inclinación. Y que mejor situación para ello que un barco yéndose a pique. Trabajé todo el tiempo con el papel inclinado (es la forma más fácil de hacerlo), cuidando al máximo el detalle y el enfoque.

El resultado, como podéis ver, no tiene desperdicio: Los cubiertos de la mesa se caen, un ratón que intenta trepar a toda costa, una cucaracha (o lo que sea) se desliza comedor abajo en medio de una indisposición, unas malvadas palomas criticando a un confuso mosquito, la última frase del bocadillo acaba desparramándose, al igual que los vasos y copas de la bandeja del camarero, etc. etc.

Y ya que lo he mencionado, no conviene olvidarse de él. El camarero, muy fiel a su trabajo, aguanta el tipo como puede soportando las exigencias del comensal. Como veis, en lugar de ir tomando notas, sustituye el lápiz por un afilado cuchillo.

En conclusión, un dibujo bastante atractivo (visualmente hablando), trabajado con mucho mimo y cargado de gags medidos al milímetro, el cual, parodia una situación que, desde luego, no tiene ninguna gracia.

Buen viaje.

P.D.: Este dibujo está basado en hechos reales. Una situación, no tan exagerada como aquí, pero que viví en mis propias carnes hace unos tres años y que me ha servido como inspiración para este nuevo trabajo. Dicho queda.

P.D.2: El barco no llegó a hundirse.



domingo, 16 de octubre de 2011

UN MERECIDO Y PARTICULAR HOMENAJE


Tras plasmar en mis últimas obras la celebración de mi cumpleaños y el nacimiento de un nuevo mequetrefe (Marcelino), ahora toca una (que tarde o temprano tendría que llegar obligatoriamente) con homenaje incluido. Por si alguien no se ha percatado aún, mi admiración por la figura y obra de Francisco Ibáñez es casi absoluta (bueno, yo quitaría el “casi”…), y eso queda de manifiesto en cada una de mis páginas.

Por esta razón, quisiera dedicarle esta nueva entrada y este nuevo dibujo al más grande de la historieta española de todos los tiempos (y que conste, que no es que lo diga yo). Después de casi sesenta años de profesión, tras veintisiete horas diarias anclado al tablero, 75 añitos a sus espaldas, un arrollador éxito incluso en tiempos difíciles y, sobre todo, una excelente persona, éste es un título que se ha ganado merecidamente.

En la imagen se puede ver a un energúmeno chupatintas tirado por los suelos (o sea, yo), besando (o mejor dicho, babeando) el pie izquierdo del gran Ibáñez. De alguna manera (sin explicación aparente), consigo colarme en la casa del maestro y trato de demostrarle (como veis) mi pasión hacia él. Lógicamente, mi actitud es la de un maníaco obseso y pegajoso, así que el hombre se ve obligado a descolgar el teléfono y a llamar a seguridad.

Lo que ocurrió después no se ve en el dibujo, pero yo os lo cuento: En cuestión de segundos, acudieron tres gorilas de dos metros quince, más musculosos que Stallone y Schwarzenegger juntos (en sus tiempos mozos) y con más malas pulgas que un inspector de trabajo. Uno me agarró de los pelos, otro de las piernas, y el tercero de… de…, bueno, no quiero recordarlo. En contra de mi voluntad, me sacaron de la habitación y, tras una enorme paliza, me arrojaron por la ventana (aún sin abrir, que quede claro) estrellándome contra el duro asfalto. Y os voy a decir una cosa, mi admiración por Ibáñez es tal, que me volvería a colar en su casa. No tengo remedio…

En este nuevo dibujo, volvemos a encontrarnos con unos secundarios ya habituales: los mosquitos (cada vez más escatológicos), el gusano (aquí más cegato que una piedra) y la araña (vestida a lo John Wayne).

Sin nada más que contar, que disfrutéis con esta nueva página y, si no ocurre nada, ¡hasta la semana que viene!

Chao.



viernes, 7 de octubre de 2011

MARCELINO ¡HA VUELTO!


Os dije que volvería, y así ha sido (para que veáis que soy un hombre de palabra). Su nombre: Marcelino, como bien reza el título de la presente entrada, pero sin pan y sin vino.

Este es el primer personaje fijo que he creado en la cuarta etapa de mi trayectoria como dibujante e historietista, un claro sucesor del Rompetechos de Ibáñez pero más joven, más guapo y más esbelto, aunque igual de torpe y de ciego.

Para los que ya seáis fans del tiparraco de marras (aunque parece un poco pronto para que este personaje alcance tan reputada popularidad), os adelanto que estará con nosotros con bastante frecuencia y que volverá en las semanas venideras (aunque no en todas, porque tenemos que dejar hueco a los demás personajes que también les gusta asomar el bigote de vez en cuando). Incluso no sólo volverá a meterse en algún que otro fregado debido a su ceguera, sino que también se colará en mitad de una guerra y se pondrá al volante de un temible Seat 127. Pero no quiero adelantar acontecimientos, todo se irá viendo a su debido momento.

En el dibujo de esta semana, podemos ver a Marcelino con la vejiga a punto de estallarle. Debido a sus graves problemas de visión (esto ya quedó de manifiesto en la entrada anterior), el tipo se cuela en el castillo del mismísimo Conde Drácula, confundiendo el tenebroso y lúgubre hogar del vampiro con un convento, y a éste, con una monja, cosa que parece no hacerle demasiada gracia. Pero el inocente Marcelino no es el único que debería visitar al oculista con urgencia, porque una de las arañas que presencian la escena también ve menos que una jirafa embalsamada.

Sólo espero que os guste este nuevo personaje de la factoría Ros, el cual, he creado con mucha ilusión y cariño. En la sección de comentarios, podéis dar vuestra opinión al respecto. Si os ha gustado y queréis más páginas de Marcelino, pedidlas, que no cuesta nada. Por el contrario, si no os ha gustado nada en absoluto, me lo comunicáis y lo mando directo a la guillotina en el siguiente dibujo. Espero vuestras sugerencias.

Una semana más, el humor está servido a modo de chistes y gags a mansalva, y se pasea alegremente por las entrañas de este blog, con el fin de alegrar algún que otro corazoncito desvalido y falto de cariño.

P.D.: Una semana después, aún estoy limpiando los trozos del pastel esparcidos por todo el salón de mi casa.



domingo, 2 de octubre de 2011

30 AÑOS NO SON NADA (PERO DAN PARA MUCHO)

Como ya lo vine anunciando la semana pasada, hoy estamos de celebración. Y no festejo, precisamente, el próximo enlace de la Duquesa de Alba. No. Ni el quinientos mil aniversario de la invención de la rueda. Tampoco. Lo que hoy celebro, día 2 de octubre de 2011, es mi cumpleaños. Y la mayoría pensaréis: ¿Y a nosotros qué nos importa? ¿Acaso vamos largándolo por ahí cada vez que nos duele la tripa? ¿Y encima se dedica una entrada a sí mismo? La respuesta es SÍ (con mayúsculas), porque 30 primaveras no se cumplen todos los días.

¡Qué no cunda el pánico!, que no me voy a poner aquí a rajar sobre mi vida ni sobre mi persona. Pienso que resultaría aburrido, e incluso, puede que no le interese a nadie. Además, para conciliar bien el sueño ya tenemos los documentales de la 2. Lo que sí resumiré (y prometo que será breve) es mi trayectoria como dibujante e historietista. Pienso que qué mejor momento para dar un repaso a mi extensa carrera que en este 30 aniversario de mi nacimiento. Aunque no lo creáis, llevo ya mucho corrido en el tema. Si no, seguid leyendo, seguid leyendo, veréis como ya soy zorro viejo.

Así empezó todo…

Primera etapa

Tuve la poca vergüenza de nacer un 2 de octubre del cada vez más lejano 1981. Desde muy temprana edad, ya me gustaba agarrar bolígrafos y lápices para pintarrajear papeles y más papeles, algo que resulta habitual en los niños y niñas de la misma edad. Lo que ya no era tan habitual era que, a los cuatro o cinco años de edad, ya había empezado a dibujar mis primeras historietas (caricaturas, como yo erróneamente las llamaba), y poco después, ya tenía mis propios personajes: Los Canchas, de los cuales, creé cientos y cientos de historietas, eso sí, carentes de guión escrito, aunque éste me lo sabía de memoria y lo recitaba a todo aquel que tenía el privilegio de sentarse frente a mi página. Las historias más primitivas de estos no menos prehistóricos personajes (algunos las han datado del siglo IX a.C.), estaban protagonizadas por tres energúmenos deformes y abstractos (¿qué esperabais de un niño de cuatro o cinco años?), a los que, con el tiempo, se fueron uniendo otros personajes de aspecto más convencional y realista. En total, eran diez los personajes que aparecían en esta serie, dotando a cada uno con una personalidad diferente y con un objetivo claro en la vida, y todo esto, quiero hacer hincapié, con tan sólo cuatro o cinco años de edad.

Pero a mi imaginación le gustaba volar más que a mí, y tener sólo una serie le parecía poca cosa. Así que me ví obligado a crear otra nueva: Golpes y porrazos, protagonizada por un trío de tiparracos de aspecto de lo más extraño. Y a estas dos primeras series siguieron otras, tales como: Los Coras, El pájaro loco (nada que ver con la famosa serie de televisión), Los animales del bosque (no iba sobre políticos), El mundo de los fantasmas (esta tampoco), Cazo y cazuela (Arguiñano no era el protagonista), La banda, Fruitis modernos (sin comentarios) y Pulpi. Todas estas historietas, ya os digo, que datan de algunos siglos antes de Cristo, incluso antes de que el hombre inventara el vocabulario.

Segunda etapa

Con el paso de los años (nos situamos a finales de los ochenta y principios de los noventa), lógicamente, el dibujo iba evolucionando, y todos estos personajes empezaron a quedarse algo (bastante) desfasados. Así que, si quería seguir dándole al bolígrafo (porque mis cómics los dibujaba a bolígrafo), debía crear, forzosamente, personajes nuevos adaptados a ese tiempo. Así nacieron: El nuevo show de la Pantera Rosa (protagonizada por la Pantera Rosa), Spifly (basada en unos cortos animados interpretados por una araña y una mosca), Robor Juice (inspirada en la serie de dibujos Beetle Juice y recopilada en dos tomos), La bola nuclear (ésta ya era mía), La malvada hada, y la tira cómica Pepinos (interpretada por dos individuos inspirados en el personaje del Inspector Clouseau de la serie de dibujos animados). Todas estas historietas ya empezaban a llevar un guión escrito, de lo que carecían series anteriores.

Tercera etapa

Y los años seguían pasando, y el tío de marras seguía evolucionando en esto de los dibujos. Así que estos personajes también se quedaron algo anticuados. Por aquel entonces, estaba enganchado como un loco a los cómics de Mortadelo y Filemón, así que, sin permisos ni licencias, empecé a crear mis propias aventuras de esta pareja de agentes creados por el genial Ibáñez (la primera página de Mortadelo y Filemón la dibujé en 1989, pero la mayor producción de esta serie tuvo lugar a partir de 1992). Unas aventuras que, en un principio, eran de una página, de dos o, incluso, de cuatro páginas. En 1995, y una vez que ya manejaba estos personajes con cierta soltura, decidí embarcarlos en aventuras más largas; aventuras que ocupaban la friolera de cuarenta y cuatro páginas cada una y que correspondían a los siguientes títulos: Los inventos del profesor Bacterio (primera aventura larga realizada en 1995 y, pese a llevar el mismo título que la creada por Ibáñez, nada tiene que ver con ésta. Consta de cuarenta y cuatro páginas), Los que volvieron de allá (segunda historieta realizada en el mismo año que la anterior y, al igual que aquella, nada tiene que ver con la creada por el maestro. También consta de cuarenta y cuatro páginas), El genio (acabada el 22 de noviembre de 1995 y rotulada a máquina de escribir. El título ya era mío propio, y las páginas, en esta ocasión, eran cuarenta), ¡Han robado el botín! (rotulada a mano, como las dos primeras, y reunida en cuarenta y seis páginas. Realizada en 1996), Urgencias (claramente inspirada en la famosa serie de televisión y realizada también en el 96. Total de páginas: cuarenta y cuatro), El castillo encantado (realizada en 1997 y el primer álbum en llevar portadillas interiores, tanto al comienzo de la historia como al final. También consta de cuarenta y cuatro páginas), y la inconclusa Agentes secretos (realizada en 1999 y abandonada en la página veinticuatro). A partir de aquí, nunca más volví a utilizar a Mortadelo y Filemón en mis historietas.

Además de las historias largas que creaba de Mortadelo y Filemón, al mismo tiempo, también creaba cortas, las cuales, recopilé en dos tomos junto con páginas más antiguas, titulados: Burradas a mogollón y Agencia de información (de nuevo, utilizando títulos de Francisco Ibáñez).

Pero Mortadelo y Filemón no fueron los únicos personajes de Ibáñez que incluía en mis páginas. Ya por aquel entonces, mi admiración por este maestro de la historieta era más que evidente. La familia Trapisonda, un grupito que es la monda (serie que dibujé en 1994), Rompetechos (de 1995), Pepe Gotera y Otilio, chapuzas a domicilio (de 1995), 13, Rue del Percebe (una sola página fechada en 1995) y El botones Sacarino (de la que llegué a realizar sólo una viñeta. Sin comentarios). El número de páginas que realicé de las tres primeras series era bastante reducido, centrando casi todo mi trabajo en Mortadelo y Filemón.

Amén de todos estos tomos de personajes ajenos, también empecé a cosechar los míos propios (que no se diga, leche): Pepe Pirulez (gran colección de trescientas cuarenta y ocho tiras cómicas recopiladas en tomo en 1997, pero realizadas en años anteriores), Nick Canto, un tipo que es un encanto (creado en 1995. Tras varias historias cortas, realicé Las aventuras de Nick Canto, aventura larga dibujada entre 1995 y 1996 de cincuenta y seis páginas y cargada de acción trepidante. Acaba en continuación), Familia Feliz (serie de 1995 e inspirada en La familia Trapisonda, de Ibáñez), The family Crock (de 1995), Scout (de 1995), Crüe Ball (realizada en 1995 e inspirada en el famoso videojuego de pinball), Los chistes de tío Ros (de 1995 y claramente sucesora de Los cuentos de tío Vázquez, de Vázquez), Las nuevas aventuras de Robor Juice (de 1995. Si se tratase de una serie de televisión, diríamos que se trataría de una segunda temporada, aunque duró poco la cosa), El pobre de Feliciano, que nadie le da nada, ni su hermano (de 1996), Concho y su bigote poncho (de 1996), el serial El periódico (también de 1996), Martínez y Manolete, compañeros desde pequeñetes (de 1996), Los hermanos Sabañones-Uras, que están hasta los … de hacer travesuras (una única historieta de 1996), Steel man (otra inconclusa aventura de 1996 cargada de acción y dividida en capítulos de cuatro páginas. El capítulo quince quedó incompleto), Leopoldo (única historieta de 1997), Don Leo (única historieta de 1997), Rufino, sin palabras (única historieta de doble página creada en 1997), Ronaldo (historieta de 1997 de página y media y protagonizada por el archiconocido futbolista), Don Pirulez y Don Manusto, son de agarrados, que da gusto (de 1997), El tío Paco y su perro barraco (de 1997), la inconclusa Viernes 13 (de 1998 y abandonada en la página sesenta. Sanguinaria historia protagonizada por el mítico Jason Voorhees y en donde la sangre y las vísceras inundan cada una de sus numerosas viñetas), y el último de mis personajes, Er gitano Solapa, su guitarra y er papa (de 1999).

De esta tercera etapa, cabe destacar la sobrecarga de trabajo que llevé a mis espaldas en 1995, y las imprescindibles coletillas en los títulos de mis seriales, algo muy típico en la casa Bruguera y que decidí renovar allá por los noventa.

Cuarta etapa (y última, por ahora)

En el año 1998, la producción de páginas y personajes ya experimentó un notable descenso, siendo mucho más acusado justo al año siguiente, donde la actividad fue casi inexistente. En 2001, dibujé un par de páginas que dejé inacabadas, y en 2008, realicé algunos chistes, pero nada más. Así pues, se puede decir que abandoné el género durante más de doce años.

A mediados de 2010, volvió a picarme el gusanillo del lápiz y del papel, pero no encontraba el personaje ni la historia adecuados para mi regreso. Entonces, se me ocurrió retomar el trabajo justo en el mismo punto donde lo había dejado muchos años atrás, aunque mejorando los resultados. Así pues, mi brazo derecho se puso a trabajar de nuevo, esta vez de un modo más profesional y maduro. Los dibujos nacían siendo bocetos a lápiz, posteriormente se perfeccionaban hasta alcanzar su aspecto final y, por último, se pasaban a tinta. De ahí nacieron: Clotildo José María, peón de albañilería, Don Teodo, gafe del todo, Doña Blasa, ama de casa, Faustino Patiblias, vendedor de Biblias, Filiberto Olivo, cazador furtivo, José Manuel Aguado, detective privado, Leonidas Melva, el rey de la selva, Miguelillo “el zancos”, atracador de bancos, Prudencio Hermida, y su nariz comprometida, y Vicente Peretón, ufólogo de profesión.

A pesar de realizar varias páginas, cada una con nuevos personajes y nuevas coletillas, no estaba muy convencido con el resultado final. Habían transcurrido más de doce años desde que acabé mi tercera etapa, y el dibujo parecía estancado como si por él no hubiese pasado el tiempo. Así que me puse manos a la obra e intenté dar solución a este, entre comillas, problema. Para realizar dibujos más detallados y precisos, necesitaba un formato más grande. Así que sustituí la tradicional viñeta por un dibujo a tamaño A-4. Esto me dio la oportunidad de dibujar con mayor profesionalidad, dotando a mis trabajos de un mejor acabado y mayor detallismo. Así pues, y dedicando más tiempo a la elaboración de mis páginas, encontré el formato perfecto para mi gran regreso. El resultado final está publicado en este humilde blog, empezando por mi primer dibujo y acabando por el último, siempre en orden cronológico.




Las dos primeras páginas que realicé de Mortadelo y Filemón, fechadas en 1989, pintadas a mano y rotuladas a máquina de escribir. Por aquel entonces, yo tenía 7 u 8 años.



Dos de las varias portadas que dibujé basándome en las creadas por F. Ibáñez. Ambas corresponden a la colección Olé, a las historietas El huerto siniestro y Los diamantes de la gran duquesa, respectivamente. Aquí tendría yo unos 12 o 13 años.


Una de las escasas páginas que realicé en 1999 (con 17 ó 18 años), y una de las últimas antes de abandonar el dibujo, casi por completo, durante más de 12 años.



Primera página realizada, a mediados de 2010, y después de muchos años de inactividad. Como he comentado en párrafos anteriores, retomé mi trabajo en el mismo punto dónde la había abandonado. Esto es fidelidad y lo demás son tonterías…

El dibujo de esta semana está dedicado a un servidor y a su 30 cumpleaños. Unos amigos me habían organizado una fiesta sorpresa con tarta de cumpleaños incluida. Todo iba transcurriendo con total normalidad hasta que llegó el momento de colocar las velas sobre el pastel. Aunque no os lo cuente, podéis imaginar como acabó todo…

P.D.: Prestad especial atención al tipo de las gafas de culo de vaso y con cara de bonachón. Amenaza con volver…