domingo, 16 de octubre de 2011

UN MERECIDO Y PARTICULAR HOMENAJE


Tras plasmar en mis últimas obras la celebración de mi cumpleaños y el nacimiento de un nuevo mequetrefe (Marcelino), ahora toca una (que tarde o temprano tendría que llegar obligatoriamente) con homenaje incluido. Por si alguien no se ha percatado aún, mi admiración por la figura y obra de Francisco Ibáñez es casi absoluta (bueno, yo quitaría el “casi”…), y eso queda de manifiesto en cada una de mis páginas.

Por esta razón, quisiera dedicarle esta nueva entrada y este nuevo dibujo al más grande de la historieta española de todos los tiempos (y que conste, que no es que lo diga yo). Después de casi sesenta años de profesión, tras veintisiete horas diarias anclado al tablero, 75 añitos a sus espaldas, un arrollador éxito incluso en tiempos difíciles y, sobre todo, una excelente persona, éste es un título que se ha ganado merecidamente.

En la imagen se puede ver a un energúmeno chupatintas tirado por los suelos (o sea, yo), besando (o mejor dicho, babeando) el pie izquierdo del gran Ibáñez. De alguna manera (sin explicación aparente), consigo colarme en la casa del maestro y trato de demostrarle (como veis) mi pasión hacia él. Lógicamente, mi actitud es la de un maníaco obseso y pegajoso, así que el hombre se ve obligado a descolgar el teléfono y a llamar a seguridad.

Lo que ocurrió después no se ve en el dibujo, pero yo os lo cuento: En cuestión de segundos, acudieron tres gorilas de dos metros quince, más musculosos que Stallone y Schwarzenegger juntos (en sus tiempos mozos) y con más malas pulgas que un inspector de trabajo. Uno me agarró de los pelos, otro de las piernas, y el tercero de… de…, bueno, no quiero recordarlo. En contra de mi voluntad, me sacaron de la habitación y, tras una enorme paliza, me arrojaron por la ventana (aún sin abrir, que quede claro) estrellándome contra el duro asfalto. Y os voy a decir una cosa, mi admiración por Ibáñez es tal, que me volvería a colar en su casa. No tengo remedio…

En este nuevo dibujo, volvemos a encontrarnos con unos secundarios ya habituales: los mosquitos (cada vez más escatológicos), el gusano (aquí más cegato que una piedra) y la araña (vestida a lo John Wayne).

Sin nada más que contar, que disfrutéis con esta nueva página y, si no ocurre nada, ¡hasta la semana que viene!

Chao.



1 comentario:

  1. El señor Ibáñez debe estar contento con esta nueva entrada porque has dicho verdades como puños, que humorísticamente representas con el excesivo "cariño" hacia su personaje en la historieta. Los puntos fuertes a mi parecer han sido: Cómo de bien te ha quedado dicho personaje (la única pega es que no entiendo muy bien la posición de la mano izquierda que sujeta el teléfono). El humor de las mosquitos con las bolas chinas. Enhorabuena por esta nueva entrada y deseando ya que estoy de leer la siguiente. Un saludo.

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