sábado, 31 de octubre de 2015

GABRIEL A BORDO



El presente dibujo tiene para mí un significado muy especial. Trataré de aclararlo.

La idea brotó de repente. Como ya hice público en su día en este blog, el pasado 15 de julio (2015) nació Gabriel, mi primer hijo. Pasados tres meses, cuando rebuscaba entre los papeles de un voluminoso manual de instrucciones que se supone que debía ayudarme a saber cómo rábanos se amarraba la silla del bebé a los asientos del coche, encontré una de esas pegatinas que se adhieren al cristal trasero y que ponen “bebé a bordo”. Me quedé mirando aquel dibujo plasmado en ese adhesivo plástico. La verdad es que era feo de narices. Entonces se me encendió la bombilla: ¿y por qué no hacerlo yo?

Fui corriendo hasta mi pequeño estudio, me senté frente a la mesa de dibujo (antes tuve que quitar mil papeles que la estaban sepultando) y calenté mi mano derecha hasta ponerla a punto para empezar a dibujar. El papel en blanco esperaba aterrorizado frente a mí. Cuál carpintero en mitad de la faena, me coloqué el lápiz sobre la oreja derecha mientras ataba (mentalmente) unos últimos cabos.

Y llegó el momento. Al tenerlo todo tan claro, la mano se movía a una velocidad de vértigo. Enseguida tenía acabado el boceto a lápiz. El siguiente paso sería perfilar ese dibujo, perfeccionarlo un poco antes de empezar con la tinta. Cuando esta labor estaba resuelta, llegó el momento de decapitar el tapón del tintero. La mano seguía deslizándose sobre el papel como unos zapatos comprados en los chinos sobre un suelo mojado.

Minutos después, el dibujo ya estaba más o menos listo. Ahora tocaba borrar todo el lápiz y dar unas últimas pinceladas. ¡Y listo! El siguiente paso, deslumbrarlo con el láser del escáner y pasarlo al ordenador. Cogí la paleta de colores. Aquel ratón inalámbrico me ayudó a seleccionar y colorear. Luego guardé la ilustración (ya acabada) en una memoria USB, bajé corriendo a la copistería para imprimirlo a todo color, lo plastifiqué y, ya por último, sólo me quedaba estamparlo sobre el cristal trasero de mi coche.

Después de tantas carreras, acabé agotado, con la lengua arrastrando. Pero al mirar el resultado final, expuesto a la vista de cualquiera, veo que ha merecido la pena.   


domingo, 25 de octubre de 2015

KOKOLO, de Pueyo (Parte I)



La que redacto esta semana es la primera de cuatro entradas dedicadas a uno de los personajes más extraños y, a su vez, simpáticos de cuántos ha creado Francisco Ibáñez.

Nacido en 1955, en el número 85 de la revista “La Risa”, Kokolo es un simpático indígena que anda haciendo de las suyas a lo largo y ancho de una supuesta ciudad africana. Siempre arropado por la cálida compañía de su jefe, un cazador al que Kokolo llama amito (diminutivo de amo, supongo), sus historietas, como casi todas las creadas por el papá de Mortadelo y Filemón, están repletas de situaciones disparatadas, tergiversaciones y, como no podía ser de otra forma, violencia.

Ibáñez se ocupó de dar vida a su personaje a lo largo de bastantes números, adaptando sus aventuras a los distintos formatos (cuarto de página, página completa y doble página) por los que iba pasando esta serie.

En 1957, Ibáñez se marchó a Bruguera, pero todos sus personajes creados para Editorial Marco se quedaron en la antigua casa. Lejos de ser sepultados bajo tierra, tengamos en cuenta que algunos de ellos gozaban de gran éxito, éstos pasaron a manos de otros dibujantes, como cabe esperar, con mucho menos acierto que cuando salían de los lápices de su creador.

Uno de aquellos dibujantes encargados de su continuidad fue A. Pueyo, del que no he conseguido recabar información alguna acerca de su vida y obra. Tan sólo sé que firmaba como Pueyo y que, a diferencia de Pont (del que hablaré dentro de 7 días), su estilo era más fiel al plasmado por Ibáñez en estos primeros trabajos. Este dibujante, siguiendo la estela dejada por Ibáñez, dotó a estos personajes de gran dinamismo, alejándolos de ser unos dibujos estáticos y sin movimiento. Pueyo se tomó, incluso, la molestia de imitar su caligrafía (cabe apuntar que, en casi todos estos primeros trabajos fechados en la década de los años cincuenta, Ibáñez rotulaba sus páginas). Lo que no trato de entender es el por qué de esos extraños hombros que Pueyo le añadió al personaje, algo nunca realizado por su creador.  



sábado, 24 de octubre de 2015

DE TIEMPOS REMOTOS: LAS AVENTURAS DE NICK CANTO



El mencionado personaje nació en 1995, protagonizando surrealistas y divertidas historietas cortas de una única página. Con el tiempo, y cumpliendo con mi deseo de realizar una aventura larga, lo trasladé del humor (género en el que siempre se había movido con cierta soltura) a la acción y el suspense. Comprendo que éste fue un cambio un tanto radical, pero que vino muy bien a la hora de renovar al personaje. Así nació el tomo Las aventuras de Nick Canto, de 56 páginas, dibujado entre finales de 1995 y principios de 1996 y compuesto por 14 capítulos de 4 páginas cada uno, siempre acabados en continuación para enlazar con el episodio siguiente.  

Como cabe esperar en toda historia de acción que se precie, siempre tienen que haber buenos y malos para que las persecuciones y los tiroteos estén asegurados. Aquí, estos últimos estaban encarnados por el Doctor Funk (un villano con insaciable sed de sangre al que no le vemos el rostro hasta el final de la historieta y que hará lo imposible por acabar con su archienemigo Nick Canto), su secuaz, Hatshon (que actúa siempre bajo las órdenes de su superior como si fuese su sombra), y otro malo malísimo que se une con posterioridad a esta banda de malhechores y del que nunca se menciona su nombre. Este último tiene la peculiaridad de ser un maestro en el arte del disfraz y, además, goza del don de la inmortalidad. ¿Quién da más?

Al coger este álbum entre mis manos después de tanto tiempo encerrado en el interior de una caja de cartón, sentí una enorme necesidad de volver a leerlo. Han pasado 20 años desde que lo dibujé (que se dice pronto), y había olvidado casi por completo el argumento de tan sugerente historia. He de confesar que pasé un rato la mar de a gusto redescubriendo lo que se encerraba en aquellas páginas que empiezan a oler a antiguo. A pesar de haber sido realizado a mi temprana edad de 14 años, debo reconocer que hay momentos en los que la tensión y el suspense están muy bien logrados.

Como dato anecdótico añadiré que me propuse hacer un segundo tomo que continuara con esta aventura, pero éste quedó interrumpido tras el tercer o cuarto capítulo. Hoy me arrepiento de no haberlo acabado. 




































domingo, 18 de octubre de 2015

PATTY´S WORLD (ESTHER Y SU MUNDO), de Purita Campos (II)



Segunda página original que expongo en mi particular museo perteneciente a la mítica serie para chicas Patty´s World. Creada en 1971 por el guionista británico Philip Douglas y por la historietista, ilustradora y pintora española Purita Campos, las aventuras de esta simpática muchacha aparecieron por vez primera en la revista “Princess Tina” y, tras ser publicada en numerosos países cosechando un enorme éxito, por fin llegó a España, de la mano de Editorial Bruguera, rebautizada con el nombre de Esther y su mundo.

Tres años hubo que esperar para que Esther y sus amigos consiguieran pisar territorio nacional. En 1974, sus aventuras se publicaron entre las páginas de la revista “Lily” y, a partir de 1981, tuvo el privilegio de gozar de su propia revista: “Esther”, cuyo último número está fechado en 1985.

El presente original (de enormes dimensiones) nos muestra la notable calidad gráfica con la que Purita Campos ilustraba los guiones de Philip Douglas.



sábado, 17 de octubre de 2015

CRETINO 39 DIGITAL 17: LA MAFIA, ¡YA A LA VENTA!



Desde el pasado 8 de octubre (2015), ya podemos disfrutar con el último número de la revista “Cretino Digital”. El tema aquí tratado, como bien reza en la portada de la presente publicación, ha sido el de la mafia. Un servidor realizó, hace ya algún tiempo, la cubierta para este nuevo número, la cual, no tardó en ser divulgada por Internet como anticipo al éxito que estaba por venir. 




En la escena representada, podemos ver a unos gángsters con cara de pocos amigos pero un tanto idiotas, capaces de liarla bien liada cuando sólo trataban de hacer bien su trabajo. Aquí, el objetivo a batir se hallaba a tan sólo un metro escaso de distancia y, aún así, de un modo que nadie ha conseguido explicar, les ha salido el tiro por la culata (y nunca mejor dicho).

Este número 39 (el 17 en su edición en digital) ha sido publicado en dos versiones: castellano e italiano, y ni siquiera el mismísimo Don Vito Corleone se ha podido resistir a partirse de risa disfrutando de su contenido (aunque en su cara no lo manifieste). Como diría Robert de Niro en una escena de la magistral película Casino: “Hay tres maneras de hacer las cosas: bien, mal y como yo las hago”







domingo, 11 de octubre de 2015

DIENTE DURO Y ROE-ROE, de Raf



Curiosos y divertidos personajes los que presento esta semana en esta sección de planchas originales. Fruto de la prolífica imaginación de Juan Rafart Roldán, conocido popularmente como Raf (seudónimo con el que firmaba sus páginas), Diente Duro y Roe-Roe son dos ocurrentes animalitos creados en 1958 y publicados en la revista “Yumbo”. El primero (el bueno de la película) es una especie de castor astuto y avispado y, el segundo, un roedor con muy malas intenciones. 




Mientras sus divertidas aventuras se desarrollan en los polvorientos escenarios del lejano oeste, Diente Duro y su pandilla hacen las veces de indios, y Roe-Roe y sus secuaces se meten en la piel de los vaqueros. El propósito de Roe-Roe en cada nueva aventura es hacerle la puñeta (en la medida de lo posible) al bueno de Diente Duro, pero éste es mucho más inteligente que su enemigo y le hace tragárselas todas juntas.  


 Página original de Diente Duro y Roe-Roe.

sábado, 10 de octubre de 2015

LOS SERIALES DE IBÁÑEZ: KITÍN, EL AMIGO DE LOS NIÑOS



De nuevo estamos ante un personaje nacido para el mundo de la publicidad. La fábrica de chocolates de la marca Nogueroles designó a Ibáñez, entre otros, para que se encargase de trasladar su particular mascota al mundo de la historieta. Cabe destacar que, en la década de los sesenta, se puso muy de moda que cada casa comercial tuviese su propia mascota, la cual, hacía las veces de imagen de empresa y, a su vez, de reclamo publicitario. 




Así, en abril de 1962, y tras algunas entregas firmadas por Ganzón, salieron a la luz, al menos, un par de historietas (no) firmadas por Francisco Ibáñez, tituladas: Kitín, el amigo de los niños, publicadas en el número 572 de la revista “El DDT” y en el 1617 de “Pulgarcito”




 Página de Kitín dibujada por Ganzón.




Como el hábil lector habrá podido comprobar, ese tal Kitín era un tipo muy poco agraciado y, por lo tanto, el esfuerzo por trasladarlo al papel debía ser descomunal. A diferencia de otros dibujantes que plasmaron al personaje tal y como había sido parido (con sus imperfecciones y defectos), Ibáñez trató de llevarlo a su terreno, otorgándole un aspecto más lozano y más propio a su estilo, pareciéndose más al botones Sacarino que a Kitín. 


 Cabecera de la serie.



 Kitín.



 Página dibujada por Ibáñez, publicada en "El DDT" nº 572.



 Otra historieta de Kitín, también de Ibáñez, publicada en el "Pulgarcito" nº 1617.

Bien por la aplastante acumulación de trabajo que se iba apilando sobre su mesa, o bien, por el descontento provocado por tener que llevar este extraño personaje al papel, el maestro abandonó esta serie de inmediato, pasándole el testigo a Manuel Vázquez, quien se encargó de Kitín a lo largo de varios números con mucho menos acierto que su amigo Ibáñez. 





                                 Varias aventuras de Kitín, esta vez, dibujadas por Vázquez.


P.D.: Según cierta información que he podido averiguar gracias a Internet, las aventuras de Kitín ya aparecieron varios años antes en la revista “Chicos”, más concretamente, en 1949. Rafael Gordillo fue el encargado de dibujar al individuo y, según ciertas teorías, también pudo ser su creador. Independientemente a su incierta autoría, yo me pregunto: Un niño al que le faltan varios dientes, ¿es la imagen más adecuada para anunciar una marca de chocolates? No hay duda de que estos señores eran, ante todo, sinceros.

domingo, 4 de octubre de 2015

PORTADA PARA NOVELA ROMÁNTICA, de José María Miralles



Miralles (José María Miralles) nació en Barcelona en 1937. Los inicios de su carrera los hallamos en 1953 para Selecciones Ilustradas, agencia para la que dibujó diversas historietas para el mercado francés. Posteriormente, y afincado en el género romántico, publicó para las revistas “Roxy”, “Valentine” y “Marilyn”, todas ellas, de origen británico. 




Con el transcurso de los años, Miralles empieza a centrarse más en su trabajo como dibujante de ilustraciones a color que en los cómics, llegando hasta el punto de que, en los sesenta, su labor como historietista es casi inexistente. 





Una de sus contadas historietas cosechadas durante esta época fue Un insulto a la ciencia, aventura de 10 páginas escrita por Fernando Fernández y publicada en Estados Unidos en la revista “Vampirella”, en 1977.




Ya en los ochenta, y para Editorial Toutain, dibujó otras historietas: La ofrenda y El chequeo, ambas escritas por Carlos Trillo.




El presente original de Miralles es una maravillosa portada a color realizada para una novela romántica de la que desconozco el título, realizada en papel Caballo y de grandes dimensiones (33 x 42 centímetros). Trazada con la misma maestría a la que el autor nos tiene acostumbrados, esta cubierta se encuentra, con toda probabilidad, a la cabeza de los más bellos originales que componen mi extensa colección.



sábado, 3 de octubre de 2015

LOS SERIALES DE IBÁÑEZ: “CABEZA DE AJO”, EL PENÚLTIMO NAVAJO



El siguiente personaje creado por el maestro Ibáñez para Bruguera resulta de lo más curioso. No vengo a referirme en lo de curioso a que el protagonista de esta historia sea un indio, pues, si hacemos un poco de memoria (y para el que no lo sepa, ya lo apunto yo a continuación), Ibáñez ya había creado un personaje similar cuando trabajaba en Editorial Marco, en la serie Haciendo el indio




Apuntaba que este personaje resulta un tanto extraño porque sólo apareció en una única historieta, la que se muestra a continuación. “Cabeza de Ajo”, el penúltimo navajo (así se titulaba, con su habitual coletilla) vio la luz en el número 599 de la revista “El DDT”, allá por 1962. Esta nueva serie pudo ser concebida, con toda probabilidad, con el ánimo de otorgarle una continuidad, ya que estaba interpretada por un indio un tanto tontorrón y perezoso y por otro más antipático y mandón, constantes más que presentes en la trayectoria de Ibáñez. Además, se nota a marchas forzadas que el maestro le puso muchas ganas a esta página para tratarse de un trabajo puntual. 


 Cabecera de la serie.



 Cabeza de Ajo.

Así pues, estamos ante un divertido y, a su vez, fallido intento de serial en el que empieza a notarse una clara evolución en la parte gráfica, tanto en el tratamiento de los personajes como en el cuidado de los fondos. Una pena que las particulares peripecias de esta rocambolesca pareja de indios no hubiesen conocido una continuación. Nos quedamos con ganas de más…


 Única página de "Cabeza de Ajo", el penúltimo navajo.



 La misma historieta reeditada algún tiempo después a todo color y con un extraño remontaje en algunas de sus viñetas.