domingo, 31 de enero de 2016

ESTUDIO DE PERSONAJES PARA “THE PHANTOM: THE ZOMBIE MAKER”, de Joan Boix



Impresionante página original la que cuelgo esta semana en las paredes de mi museo. Obra de mi buen amigo y maestro Joan Boix, estamos frente a una plancha de gran tamaño (A-3) creada para estudiar los rostros de los personajes de aquella historia de 32 páginas y ambientada en los años 30 protagonizada por The Phantom y que llevó por título: The zombie maker. Elaborado íntegramente a lápiz, Boix nos deleita con este precioso dibujo donde representó, con todo lujo de detalles, a los distintos protagonistas que aparecieron en aquella historia. Lejos de encontrarnos ante el tradicional boceto a lápiz, con trazos muy sueltos y figuras inacabadas, Boix nos muestra una página completamente acabada (lista para pasar a tinta) que, gracias a su buen hacer, forma parte de mi preciada colección de planchas originales.

El propio Joan Boix redactó en su blog el siguiente comentario acerca de esta página: “Por lo general, no acostumbro a estudiar los rostros de los personajes de las historias, los dibujo a medida que aparecen en el guión. Al leerlo, ya capto cómo debo representarlos, pero aquí hice una excepción”.



sábado, 30 de enero de 2016

DE TIEMPOS REMOTOS: VIERNES 13



Con este álbum que dibujé en 1998, plasmé sobre el papel mi debilidad por el cine de terror. Esta historia supuso para mí un radical cambio de estilo, dejando a un lado el trazo humorístico que siempre había estado presente en mis páginas y decantándome por un estilo más serio, que es el que, realmente, esta historia requería.

Aquí me permití el lujo de reinventar aquella película de culto que es Viernes 13, desarrollando una historia propia (nada que ver con la original) con un argumento tan simple como sanguinario. El protagonista absoluto es Jason Voorhees (el psicópata de la película a la que traté de homenajear), quien siembra el terror y la muerte allí por donde pisa, descuartizando a diestro y siniestro sin mostrar el menor arrepentimiento.

Ésta iba a ser una historia larga (de hecho, lo es), cuya última página acabaría en continuación para seguir con las peripecias del señor Voorhees en un segundo álbum. Pero, como ya era por costumbre en aquel tiempo, los nuevos proyectos brotaban sin descanso y las nuevas ideas empujaban más que las ya existentes. Y claro, al final, ocurrió lo inevitable; después de 60 páginas y mucha sangre derramada, Viernes 13 fue aparcada para siempre, pese a contar con la absoluta admiración de mis compañeros de instituto y de varios amigos. Pero sus halagos y fanatismo por mi obra no fueron suficientes como para animarme a continuar con las matanzas de Jason. Tal vez, las repetitivas situaciones de la historia, que siempre se lo ponían en bandeja al asesino de turno para que despedazara a sus víctimas sin mayor esfuerzo, tuvieron su parte de culpa, sin olvidar lo ya mencionado: el ansia irrefrenable por llevar a cabo otros nuevos proyectos. No obstante, dejé un legado de 60 páginas a todo color (exceptuando las últimas) cargado de terror, suspense y situaciones tan disparatadamente brutales como sanguinolentas.







































domingo, 24 de enero de 2016

DOÑA URRACA, de Jorge (II)



Hace poco más de tres años (cómo se pasa el tiempo), mostré en esta misma sección una página original de Doña Urraca, legendaria estrella de Bruguera que marcó un antes y un después en la historia del cómic en España. Su creador no fue otro que Miguel Bernet, alias Jorge, quien creó a este siniestro personaje en 1948 para la revista “Pulgarcito”. Jorge se ocupó de este personaje (y otros) hasta que la muerte le sorprendió a la prematura edad de 39 años. Tras su marcha, su hijo, Jordi Bernet (Torpedo 1936, Clara de noche…), continuó con las aventuras de Doña Urraca tras obtener el visto bueno de la editorial. Esta continuidad del personaje se prolongó a lo largo de todo un año.

Con esta información sobre la mesa, la pregunta ahora sería: ¿Quién fue el autor de la primera página que mostré de Doña Urraca, Jorge o Jordi Bernet? Por aquel entonces, cuando redacté aquella entrada en diciembre de 2012, parecía tenerlo bastante claro. Hoy, tras varias investigaciones, tengo mis dudas. 




Para empezar, y esto es algo en lo que no reparé en un primer momento, resulta sospechoso que el n.f. (número de factura) que aparece en la última viñeta de esa página sea tan alto para la época (26348), ya que Jorge falleció en 1960 y esta aventura fue publicada en el número 1611 de la revista “Pulgarcito”, el 19 de marzo de 1962. Otro dato que hoy me parece bastante llamativo es que la rotulación plasmada en esa página fuese mecánica (anteriormente a 1960 la hacían manual, pasando a la mecanizada más adelante, tras la muerte de Jorge). En la página no existen signos de remontaje, así que descartamos la opción de que, con posterioridad, se hubiese sustituido la tipografía manual por la mecánica. Teniendo en cuenta estos puntos (muy importantes a la hora de identificar al autor de aquella Doña Urraca), corrijo mi posible errata cometida en aquella primera entrada y doy cabida a que esa primera página que mostré a finales de 2012 fue dibujada por Jordi Bernet tras la muerte de su padre.

Pero poseo otro original de Doña Urraca, adquirido algún tiempo después que éste y que fue publicado el 7 de septiembre de 1959 como portada del “Pulgarcito” número 1479. Esta vez, cumple con todos los requisitos para que sí sea (o eso espero) de Jorge, su creador. No dispone de n.f., pero observemos que la rotulación es manual y se ajusta a la época (anterior a 1960) en la que Jorge daba vida al personaje. Si a esto le sumamos que su anterior propietario es alguien que entiende bastante de cómics (a ello se dedica), la autoría de Jorge está (casi) al 100% garantizada.


 Página original de Doña Urraca.



 "Pulgarcito" en el que apareció publicada esta página como portada.

sábado, 23 de enero de 2016

MÁS FALSO QUE…: ESTUDIO Y CORRECCIONES DE FILEMÓN



Continuamos comentando esos originales de dudosa autenticidad y que, por desgracia, están ahí, al alcance de cualquiera. Tras lanzar la voz de alarma entre mis lectores acerca de un supuesto dibujo a carboncillo y acuarela trazado por Ibáñez, hoy repito hazaña mostrando una página de idénticas características que la anterior y en la que se puede ver a Filemón visto desde varias posturas (cual peligroso delincuente al ser detenido por la policía) sobre un fondo de color verde.

Al comprobar la asombrosa similitud entre ambas, no hay que ser Sherlock Holmes para darse cuenta de que el vendedor es el mismo que el de la ya comentada página de Mortadelo (omito nombres o seudónimos pues, como ya apunté en el arranque de esta sección, no es mi objetivo condenar a nadie, sólo lanzar advertencias ante posibles fraudes), al igual que también aparece anunciada en la misma y archiconocida página destinada a la subasta de productos a través de Internet de la que tampoco diré nombre (si no pagan por dar publicidad, no hay publicidad).

El precio de venta, en el momento de su salida al mercado, fue de 600 euros (una cantidad bastante atrayente si se tratarse de un auténtico original de Ibáñez, pero un verdadero disparate para una página dibujada por alguien anónimo que ni siquiera se ha molestado en falsificar la firma del maestro). Debido al escaso interés, su valor fue rebajado a la mitad poco tiempo después, precio al que se puede adquirir actualmente. Pero mucho ojo si, al ver el anuncio en cuestión, sientes esa irrefrenable necesidad de atraparlo para incluirlo en tu colección. Si es tu voluntad pagar 300 eurazos por un falso original de Filemón que podría haber sido dibujado por cualquiera, adelante, no quiero destrozar tu sueño. Pero no lo hagas pensando que estás adquiriendo una pieza de Ibáñez porque no es así.



domingo, 17 de enero de 2016

KALA-BACÍN DE DAMASCO: EL COLLAR, de Carrillo



El original que cuelgo esta semana en las paredes de mi museo virtual es el primero que muestro del genial dibujante Antonio Pérez García, conocido popularmente como Carrillo (añadir que en su firma utilizaba el segundo apellido de su padre). Publicada en 1984 en el número 563 de la revista “Zipi y Zape”, de Editorial Bruguera, esta bonita página (la única que poseo de esta historia bautizada con el nombre de El collar) tiene unas dimensiones de 38,5 x 26,5 centímetros. Como viene siendo habitual cada vez que presento a un nuevo autor en esta sección, expongo una interesante información para que podamos conocer un poco mejor al maestro Carrillo, creador del inolvidable Capitán Pantera.




Carrillo (Antonio Pérez García) nació en Málaga en 1931. En la década de los cuarenta, se matriculó en la escuela de Bellas Artes, formación que compaginó con los estudios. En aquella época, y en sus primeros trabajos, su estilo se vio muy influenciado por los trazos de Alex Raymond y Emilio Freixas.

Fue a partir de 1952 consiguió publicar sus trabajos en la revista “Diez Minutos”. Entre 1952 y 1953, para Gráficas Espejo, colaboró en la revista “Cuadernos Ilustrados de Sucesos”. Justo al año siguiente (1954), creó a uno de sus personajes más emblemáticos: El Capitán Pantera, publicado, por vez primera, en la revista “Chicos” (que, por aquellos entonces, gozaba de su tercera época), de Ediciones Cid. Desde 1955, para Editorial Rollán, participó en la serie Aventuras del FBI, sustituyendo a Luis Bermejo (autor de muy dilatada carrera que abordó distintos géneros, entre los que destacan el de aventuras y el de acción). 













Un año después (1956), fichó por la todopoderosa Bruguera, para la cual, se centró en la producción de trabajos enfocados al público femenino. Así nacieron Martita y su papuchi o Las chicas de Carrillo (ambas, aparecidas en 1958), series publicadas en las revistas “Selecciones de Humor de El DDT” y “Can Can”, respectivamente. Pero sus trabajos no sólo se centraron en Bruguera, sino que también consiguió explotar su faceta romántica para editoriales como Iberomundial de Ediciones o Maga, llegando, incluso, más allá de nuestras fronteras con Selecciones Ilustradas o Bardon Art. Hasta 1967 se dedicó de lleno a este género (romántico), excepción hecha en las colecciones “Brigada Secreta” y “Espionaje”, de Toray, entre 1963 y 1965.






Fue a partir de 1968 cuando Carrillo regresó al género de aventuras. Con guiones de su propia cosecha, dibujó las series: Doc Foran el Africano (publicada en 1968 en la revista “Bravo”), Sambhur (publicada en 1969 en “Gaceta Junior”), El Tiburón (aparecida en 1970), Rex, de los mares del Sur (en 1971), etc. Entre 1971 y 1974, colaboró en el serial Joyas Literarias Juveniles, de Editorial Bruguera, adaptando novelas clásicas.










Desde 1973, compaginó su trazo realista con otros trabajos enfocados al humor, adaptando su estilo a este género. Fue en este mismo año cuando se embarcó en la serie Los casos de Ching Chong, con guiones de Jaume Ribera y publicada en “Super Mortadelo”. A partir de 1983, cambió por completo de registro, aparcando sus anteriores estilos y centrándose, únicamente, en el humor. Por este motivo, y para la citada revista “Super Mortadelo”, reconvirtió su serie El Capitán Pantera a este género, obteniendo como resultado unas aventuras muy divertidas, inmortales al paso del tiempo y, al releerlas en la actualidad, consiguen traerme muy buenos recuerdos de mi infancia. Siguiendo en la línea del humor, creó la serie Kala-Bacín de Damasco, publicada en “Zipi y Zape” y de la que muestro una página original.













Desde 1990, empezó a trabajar para la factoría Disney, dibujando historietas de diversos personajes de la casa.

Como último punto, añadiré que Carrillo solía firmar sus páginas utilizando este apellido (que no era suyo), pero también usó las siguientes rúbricas: Carr, A. P. Carrillo o Antonio Pérez Carrillo.


 Página original de Kala-Bacín de Damasco, de Carrillo.

sábado, 16 de enero de 2016

LOS SERIALES DE IBÁÑEZ: EL SHERIFF DE PORRA CITTY



El ibañezco personaje que muestro a continuación, un incompetente y divertido vaquero de medio pelo, no logró sobrevivir más allá de esta historieta que ocupó cuatro páginas, la cual, muestro íntegra al pie de estas líneas. El propio Ibáñez nos aclaró el por qué de tan prematura muerte de algunas de sus series: “Hay algún personaje encargado para una ocasión determinada, por ejemplo los extras de Navidad; como El Sheriff de Porra Citty. Esta historia fue publicada en el Almanaque para 1966 de la revista “Tío Vivo”, en 1965, y estaba protagonizada por este tipo torpe e ingenuo y toda la panda de malhechores que campaban a su alrededor. 


 Cabecera de la serie.



 El sheriff de Porra Citty.



 Los malos malísimos.

Muchas veces, Ibáñez nos ha dejado con ganas de más, como ocurre en esta ocasión. A todos los seguidores del maestro e, incluso, al lector más ocasional, nos hubiese gustado poder disfrutar de la continuidad de algunas de sus series que, por un motivo u otro, tuvieron una muy corta vida (ahí quedan los ejemplos de Doña Pura y Doña Pera, Policarpo, Cabeza de Ajo o la que hoy muestro, El Sheriff de Porra Citty). Pese a que el creador de Mortadelo y Filemón era (y es) un trabajador incansable, una fuente inagotable de ideas y situaciones disparatadamente divertidas, para su suerte o desgracia, los días sólo tienen 24 horas. Semanalmente, debía entregar a la editorial una veintena de páginas (¿ahora se entiende por qué Ibáñez precisaba de entintadores?). Pese a esta desmesurada sobrecarga de trabajo, sus páginas siempre gozaban de una calidad sobresaliente (cuyo guión e ilustraciones corrían a su cargo) y, de vez en cuando, se sacaba unos minutos extra de la manga para realizar historias como la presente, de cuyo entintado también se ocupó.

El maestro Ibáñez ha confesado en más de una ocasión que le hubiese gustado poder continuar algunas de sus series, sobre todo, las más breves: “Me hubiera gustado seguir haciendo Doña Pura y Doña Pera, vecinas de la escalera, que tuve que dejarla porque no podía con tantos encargos”






domingo, 10 de enero de 2016

LOS GRANDES REPORTAJES, de Francisco Ibáñez



Esta bonita página original fue escrita por el genial Carlos Bech y dibujada por Francisco Ibáñez. Publicada en la década de los cincuenta en la revista “La Risa”, de Editorial Marco, Los grandes reportajes fue una sección en la que se narraban noticias (siempre ficticias) desde una óptica enfocada a hacer reír a sus lectores. Dichos textos, elaborados por Bech, estaban acompañados de unas pequeñas ilustraciones dibujadas por Ibáñez (que hacía las veces de reportero gráfico), las cuales, reflejaban diversas escenas descritas en dicha crónica.

Al pie de la página, encontramos una breve pero intensa (y muy divertida) tira de cuatro viñetas titulada El ciclista (que nada tenía que ver con el reportaje más arriba narrado) y, bajo ésta, otros tres descacharrantes chistes sin ningún nexo de unión con el texto de la noticia. Todo esto, obra del gran Ibáñez.



sábado, 9 de enero de 2016

MÁS FALSO QUE…: ESTUDIO Y CORRECCIONES DE MORTADELO



Con este sugerente título, abrimos nueva sección en el blog. No es mi intención denunciar nada a través de ella, ni tampoco condenar a nadie. Mi objetivo es mostrar, a título informativo, falsos originales que han circulado y circulan por Internet u otras vías esperando a que un alma caritativa los adopte bajo su mismo techo como si se tratasen de cotizadas y auténticas piezas. ¡Mucho ojo!

Existen señores que tienen muy mala leche y muy buena mano para calcar y falsificar páginas que luego nos cuelan como si de verdad hubiesen sido realizadas por sus reputados autores. Se recomienda que, siempre antes de comprar, se compare el original en cuestión con la página que, finalmente, apareció publicada. Qué mejor forma de poder comprobar y garantizar su autenticidad. Lo malo es que no siempre tenemos a mano esa publicación para poder comparar y, mientras que tratamos de localizarla, otro avispado comprador (con los bolsillos llenos) puede adelantarse y llevarse nuestra pieza. Por esta razón, muchas veces nos dejamos guiar por la intuición (y por nuestros conocimientos, que no se diga) y nos lanzamos a la caza de ese original con la esperanza de no llevarnos después una (funesta) sorpresa con nuestra nueva y querida adquisición. En el mundo de los originales hay que andarse con mucho ojo y caminar siempre con pies de plomo. Aún así, y pese a llevar mucha cautela, ningún coleccionista está libre de caer en las redes de estos piratas, algunos, verdaderos maestros de la falsificación…

La página que muestro a continuación, y que da el pistoletazo de salida a esta nueva sección, es un original de Mortadelo, eso no cabe duda, pero… ¿de Ibáñez? Más despacio, ya veremos… Según la información aportada por su vendedor (que no sé de dónde se la habrá sacado), todo apunta a que sí, aunque yo no estaría tan seguro.

Supuestamente, estamos frente a un estudio con correcciones del personaje, dibujado a carboncillo sobre cartulina y con un fondo anaranjado pintado a acuarela. Las medidas de esta página son 32 x 25 centímetros, y procede, nada más y nada menos, de la propia Editorial Bruguera. Está bastante claro que, pese a la información aportada por el vendedor, estos bocetos no han salido de la mano de Francisco Ibáñez, por mucho que se pueda asegurar de que sí. A kilómetros de distancia se puede comprobar este dato. Con respecto a su valor, en un primer momento, esta página salió a la venta al “módico” precio de 600 euros y, actualmente, ronda los 300.

Que no nos engañen: original de Mortadelo: sí; original de Ibáñez: un NO rotundo.



domingo, 3 de enero de 2016

LA CAPITANA DIANA, de Juan Álvarez y Jorge G.



Otra página original más realizada por mis apreciados paisanos Juan Álvarez y Jorge Gómez en la que, como es por costumbre en todos sus maravillosos trabajos, sobresale el buen humor y un resultado final de lo más sugerente.

El personaje aquí plasmado forma parte de otra de sus series más reconocidas, junto a Los Mendrugos o Lucía, gabinete de sexología. La Capitana Diana, una mujer militar de armas tomar, fue publicada en la revista “Puta Mili” allá por los años noventa. Esta revista, que nació en 1992, aparecía con una periodicidad semanal y, tras su desaparición 5 años más tarde, dejó atrás una estela de 264 números a todo color cargados de buen humor.

Sin más tiempo que perder, y ante la comprensible impaciencia del lector, muestro esta página original que, desde hace un tiempo, goza de los beneficios de hallarse entre mi preciada colección personal. 



sábado, 2 de enero de 2016

DE TIEMPOS REMOTOS: DYNAMITE HEADDY



Tercera entrada dedicada a desempolvar aquellos antediluvianos trabajos realizados por un servidor en una época muy, pero que muy productiva, que me sirvió de escuela para forjarme en el dibujante que hoy soy. Cientos y cientos de personajes, de distinta naturaleza y religión, fueron llenando mis páginas a un ritmo de vértigo a lo largo de unos años en los que las ideas y el tiempo para llevarlas a cabo caminaban juntos de la mano.

Hoy redescubro una serie que incluso yo había dado por perdida. Dynamite Headdy no fue un personaje mío, sino que lo cogí prestado de un videojuego bautizado con el mismo nombre. Puesto a la venta por la todopoderosa Sega en 1994, quedé tan fascinado por el mundo que en él se plasmaba que decidí realizar mi propia versión y trasladarlo al papel en esta historieta que, debido a la sobrecarga de trabajo que soportaba en aquella época, quedó inconclusa triste e irremediablemente.

Headdy es un individuo que se defiende de sus enemigos lanzándoles su propia cabeza, la cual, flota sobre sus hombros como por arte de magia sin ningún nexo de unión a su cuerpo. El malvado Dark Demon (siempre tiene que haber alguien que meta el dedo en la llaga) tratará de hacerle la vida imposible, capitaneando a su temido ejército de marionetas para lograr acabar con la vida de Headdy, su principal objetivo. Al final de la historia, como es lógico, el protagonista logra derrotarles y proclamarse vencedor.

Esta historieta fue realizada en 1996, a la temprana edad de 15 años. Al quedar inacabada, desconozco de cuántas páginas hubiese estado compuesta, pero, viendo los formatos que utilizaba en aquella época, bien pudo constar de 44 o 56 páginas. La historia que en ella se relataba era bien sencilla: Muldk inventa una máquina del tiempo para trasladarse a cualquier lugar o época, pero, debido a un fallo de última hora, todo sale mal y sus planes se vuelven a la inversa. Es decir, el cacharro en cuestión actúa como un túnel del tiempo para trasladar desde cualquier espacio y tiempo hasta su mundo. Uno de estos improvisados viajeros es el propio Headdy, quien se luce ante la atónita mirada de estos dos mostrando algunas de sus cualidades y métodos de lucha. Pero Headdy no viaja solo. Su acompañante no es otro que su peor archienemigo Dark Demon, quien emplea a sus temidos y diabólicos muñecos para aniquilar a nuestro héroe.

Todo esto quedó narrado en 6 páginas y media, pues la número 7 jamás se terminó, dando por zanjada la historia. Una pena; volviéndola a leer ahora, en nuestros días, después de mucho tiempo, me he dado cuenta de que hubiese resultado un gran álbum digno de haber sido completado.