No. He dicho que no. Lejos de lo que muchos puedan pensar, ese no soy yo. ¡Vaaale!, ambos nos llamamos igual, pero es que en ese momento no se me ocurría otro nombre. ¿Acaso sólo hay dos Juanes en el mundo? ¿Y cuándo he llevado yo esos pelos?
Realicé este dibujo, expresamente, para presentárselo al mismísimo F. Ibáñez en una sesión de firmas que se organizó en Córdoba, en octubre de 2010. Fue el primero que dibujé tan elaborado y detallado (tantas horas me llevó hacerlo que juré, en ese momento, no hacer ninguno más de esas características). ¿Por qué pasarme siete días haciendo un buen dibujo cuando puedo hacer siete dibujos malos en un día? Menos mal que yo no soy así.
Mi propósito era, que el maestro dibujara en el mismo un Mortadelo original; pero, por diversas razones (la gran afluencia de gente esperando una dedicatoria fue una de ellas), no fue posible llevar a cabo mi petición. Por supuesto, he de aclarar que, el Mortadelo que aparece en él disfrazado de Superman no figuraba en ese momento. Ese vino después.
Así que mi dibujo volvió a casa incompleto. Fue entonces cuando me puse manos a la obra y busqué, entre todas las portadas de los dos agentes más famosos del mundo (y no me refiero a Mel Gibson y Danny Glover en Arma letal), una que encajara con mi idea (y con la situación). 14 horas después la encontré; allí estaba el Mortadelo que yo necesitaba. Eliminé todo el fondo y utilicé la famosa técnica del “corta y pega” para insertarlo en mi dibujo. Ahora sí, ya estaba terminado, aunque no de la forma que me hubiese gustado. Pero yo no tiro la toalla…
A pesar de todo, es un dibujo al que yo le tengo bastante cariño. En primer lugar, como ya he comentado, porque fue el primero que hice con tantos detallitos. En segundo lugar, porque fue el que me abrió camino a una nueva forma de trazar mis dibujos, la cual, espero seguir realizando. Y, en tercer lugar, porque lleva dedicatoria y autógrafo originales de F. Ibáñez.
¿Qué más se puede pedir?
“Al amigo, maestro y colega Juan Antonio, con mil abrazos de… F. Ibáñez”.
Su dedicatoria me llegó al alma.
El maestro dándole al rotulador a toda velocidad, dedicándome uno de sus ejemplares. “Mi autorretrato era la mar de fácil cuando yo fumaba, siempre estaba ahí con el pito en la boca y tal... Ahora es más difícil ya”.
Me parece maravilloso tu trabajo. Tienes todo el talento para llegar donde quieras, ÁNIMO.
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