Tema de rabiosa actualidad. A partir del 7 de marzo de 2011, todas las señales que prohibían circular a más de 120 Km ./h cambiaron, y no a 240 (como a muchos les hubiese gustado), sino a 110 Km ./h. Aseguran que, si corremos menos, ahorramos combustible. ¿Qué será lo próximo: que si empujamos nuestro vehículo en lugar de pisar el acelerador ahorraremos mucho más? No quiero seguir con este tema porque me caliento…
En fin, para mí es un gran honor dedicar el presente dibujo a los cerebritos que han tenido semejante idea, animándoles, desde aquí, a que sigan exprimiendo sus neuronas para que ideas tan sugerentes como la presente vuelvan a repetirse o, incluso, superarse.
Y como siempre, la historia llevada al extremo. Un agente de la autoridad hace el alto a un pobre labriego por conducir con su carro a más de 110 Km ./h. El pobre hombre, que tiene pinta de ver menos que un mono de escayola, mira al policía con cara de no saber qué carajo está pasando. El caballo parece otro de los grandes sorprendidos. Puede que lo haya parado por transportar “mercancías peligrosas” sin las autorizaciones pertinentes, pero la denuncia lo reza claro: “Multa por exceso de velocidad”. ¿A cuántos nos habrá sucedido lo mismo y habremos puesto caras semejantes?
De nuevo, un centenar de gags invaden por completo el papel, los cuales, cobran casi más atractivo y protagonismo que los personajes principales de la historia. Ya lo advertí en entradas anteriores: dibujos cargados de detalles a porrillo y, entre dibujo y dibujo, un pitillo.
Chao.
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