ESPECIAL: 10º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE VII. Con Joan Boix

 

Si hay un invitado que sí o sí debía estar presente en esta celebración, ése es Joan Boix. Muchos años de amistad nos unen, y no sólo eso, sino que también hemos compartido infinidad de momentos, unos buenos y otros no tanto, a lo largo de todo este tiempo. Uno a otro nos hemos echado un cable cuando ha sido necesario, y nos hemos reído, y también llorado, cuando la situación así lo ha requerido. Prácticamente ha visto nacer a mis hijos, al igual que también los está viendo crecer. Para mí, hablar de Joan Boix es como hablar de un miembro más de la familia, y sé que, por su parte, también opina y siente lo mismo. Tuve la gran suerte de poder contar con su colaboración a la hora de ilustrar mi novela El manuscrito del miedo. Cuando, allá por 2014, le propuse esta cooperación, aparcó todo su trabajo para centrarse en el mío, y siempre, porque todo hay que decirlo, de forma desinteresada. Creo que el tándem Ros-Boix funcionó a las mil maravillas, y no sólo es ésta una opinión mía, sino que muchos de los lectores que en su día disfrutaron de la novela también opinaron lo mismo.

A principios de este año (2021), le planteé participar en el 10º aniversario de mi blog. De buena tinta sé lo apretado que va de trabajo y la cantidad de proyectos que lleva entre manos. Y otra vez hizo un paréntesis para entregarse en cuerpo y alma a mi petición. Hoy, día de celebración, en medio de la gran fiesta, Boix acude puntual a su cita y me hace entrega de una admirable ilustración de terror (cómo conoce mis debilidades) que agarro con todas mis fuerzas y que guardo, desde este día, como oro en paño.