miércoles, 8 de junio de 2011

UN MAL DÍA LO TIENE CUALQUIERA


Antes de que alguien me lo diga, voy a ser el primero en reconocerlo: ¡Qué orgía de garabatos hay en este dibujo! Por suerte, si los unimos todos y los entrelazamos, todo parece cobrar sentido.

Aunque nadie lo crea, estamos ante la obra cumbre de mi carrera (si se puede llamar así) hasta la fecha, con un dibujo muy, pero que muy elaborado, y un guión que parece simple al primer vistazo, pero que resulta complejo en el fondo.

En entradas anteriores, ya advertí que mi Record en elaboración de un dibujo estaba en tres semanas. Pues bien, éste es el dichoso dibujo que tantas horas de sueño me robó, anclándome a la silla como ningún otro y haciéndome sudar anchos y caudalosos ríos de tinta. Una vez acabado, volví a jurar no hacer nada igual en mi vida (elaborados sí, pero no tanto). En fin, la verdad es que nadie me marca el camino a seguir, ni nadie me dice dónde debo apretar y dónde aflojar; todo mi trabajo lo realizo libre y voluntariamente y toco el tema que me apetece o que se me ocurre en ese momento. Si realizo un dibujo más detallado o menos, lo decido yo. Si pinto una boñiga con pies y manos y pestañas revueltas, es también decisión mía y, en este caso, ya desde la primera concepción de este dibujo, ya desde la primera idea, sabía que no iba a ser tarea fácil llevarlo a cabo.

Ésta es una historia en cadena, en la cual, se enlaza el plano de unos ladrones huyendo con el botín (a la izquierda), con el de los desnudos asaltados atados de pies y manos a los faroles (en el centro) y con el plano final de los dos mariquitas con intenciones un poco funestas (a la derecha).

Sin mostrar nada (pienso que sugerir resulta más efectivo que enseñar), he intentado crear una situación de lo más embarazosa. En resumen, dos atracadores de poca monta asaltan a dos inocentes transeúntes, quitándoles ropa, dinero y joyas y atándolos a una farola. Y, aunque dicen que después de la tormenta siempre llega la calma, en este caso, no es así, pues lo peor estaba por venir. Dos mariquitas con peligrosas intenciones se aproximan a sus espaldas.

Lo dicho, lo más efectivo es crear la situación para que luego sea el lector el que imagine y diseñe el final de tan trágica historia.

Ave César, los que van a reír (o a sufrir), te saludan.



1 comentario:

  1. ¡Pedazo de dibujo, sí señor! Desde luego que es el más elaborado hasta ahora y a mi juicio uno de los más cuidados en cuanto a guión y gags. Tiene para entretenerse uno media hora mirando detalles. ¡Enhorabuena! Sigue así hombre que llegarás lejos.
    Saludos desde Italia.

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