viernes, 12 de agosto de 2011

PARA SER CONDUCTOR DE PRIMEEERA, ACELEEERA, ACELEEERA…


Tras haber tocado el tema de las infidelidades en varias ocasiones, el de adaptar los cuentos infantiles a los tiempos modernos, el de la crisis o el de los controles de velocidad por radar, ahora le toca el turno al tema de los cochecitos. Y no me refiero a esa añorada atracción de feria en la que todos, cuando hemos sido pequeños, hemos suplicado a nuestros padres hasta el asco para que nos compraran la dichosa entrada para poder subir.

El tema al que ahora hago mención es el del mundo del automóvil. Y no me refiero a que haya un planeta enteramente habitado por vehículos, tampoco es eso… Bueno, que me voy por las ramas y me puedo tirar así todo el día.

Ahora toca hablar de coches, y para usté de contar. Y no me refiero a esa mítica serie de televisión de los 80 interpretada por Michael Knight y bla, bla, bla…
  
Con pocas palabras, el autor (que es el mismo que escribe estas líneas) busca la excusa perfecta para lucirse con un dibujo muy elaborado, aunque, todo hay que decirlo, no sea muy original. Lo que sí son originales son los gags que decoran el ancho y el largo de la página, como el de los dos tipos que caminan por la calle, el del negocio que permanece cerrado por vacaciones todo el año, o el del ratón que se hace pasar por muerto para irse con otra.

Ésta no será la única vez en la que me atreva con los dibujitos de automóviles, pues en obras venideras (la siguiente, por ejemplo), volveré a flirtear con el tema, aunque, eso sí, con mucha más mala uva que la presente. No conviene impacientarse; tan sólo hay que esperar siete días, o sea, una semana.

Sin nada más que contar, que paséis todos un buen verano y unas felices vacaciones (el que las tenga, claro).

Chao.


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