Este nuevo dibujo es un auto homenaje que me dedico a mí mismo. Quizá muchos no lo sepáis, pero una de mis grandes pasiones es colgarme la mochila a la espalda y salir por ahí, monte a través, a hacer senderismo y, ya puestos, a visitar yacimientos arqueológicos. Como es de suponer, en la mayoría de los casos, me doy con la puerta en las narices, pues toca regresar a casa sin haber descubierto nada nuevo; suerte que yo ya voy con esa idea antes de salir.
Lo que estáis observando en este dibujo es completamente cierto, aunque reflejado a modo de chiste, claro está. Cierto día del presente año, salimos mi hermano y yo a la aventura, hacia el Cabezo del Mal Nombre, así se llama, ubicado en la pedanía murciana de Santomera. Allí nos topamos con miles de arbustos pinchosos (en más de una ocasión probamos de aquella medicina), con cientos de liebres que salían despavoridas a nuestro paso, con un zorro que nos miraba con cara de interrogante, con pendientes imposibles de subir (y no veáis de bajar) e, incluso, con varias águilas sobrevolando por encima de nuestras cabezas. Lo único que no llegamos a ver y que he plasmado en el dibujo, era la señal de prohibición de circular a más de 110 Km./h; este detalle ha sido una añadidura de mi cosecha.
Quizá el chiste aquí representado sea menor en comparación a los anteriores ya publicados, pero el dibujo sigue conservando toda su frescura y, por qué no decirlo, toda su mala leche.
P.D.: Quizá algún día vuelva a auto homenajearme con un dibujo semejante, tal vez, cuando realice un descubrimiento abrumador o, tal vez, cuando me despeñe monte abajo (si vivo para contarlo).
Saludos.
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