El original que hoy muestro en mi
blog pertenece a la exposición “Murcia:
otras miradas”, en la que Juan Álvarez y Jorge Gómez inmortalizaron algunos
de los rincones más bellos de la capital murciana dándoles su particular toque
personal.
Un servidor, como admirador
incondicional de su obra y, sobre todo, como amigo de estos dos genios, no pude
dejar escapar la oportunidad de hacerme con una de aquellas obras allí
expuestas. De entre todas las presentes (la gran mayoría de ellas, verdaderas
obras de arte), me quedé con la que muestro más abajo y que lleva por nombre “Beso en La Glorieta”.
Para el que no lo sepa (porque
todos no tenemos que saber de todo), La Glorieta de Murcia (o Glorieta de España), situada
en el casco antiguo, es uno de los rincones más destacados de la ciudad de
Murcia. En esta plaza peatonal de forma rectangular adornada con flores,
palmeras, fuentes de agua y diversas estatuas y situada a pocos metros del río
Segura, tienen su sede el Ayuntamiento y el Palacio Episcopal. Un lugar de alto
interés turístico que recomiendo visitar a los que aún no lo hayan hecho.
Os dejo a continuación con una
pequeña muestra de las varias pinturas que pudieron contemplarse en dicha
exposición inaugurada el 13 de diciembre de 2012:
Esta última es la mía, para mí, una de las mejores.
Y aprovechando que dispongo de
esas imágenes, adjunto también unas fotografías tomadas por los propios autores
de la obra con las que podemos hacer un recorrido a todo el proceso de
elaboración de este maravilloso original.
Y ya como broche final a esta
entrada dedicada a la exposición “Murcia:
otras miradas”, os dejo con unas bellas palabras de Juan Álvarez hablando
de su “Beso en La Glorieta”:
“Hay que besar, esa es la conclusión a la que llego. En la intimidad y
en espacios públicos. Cariño, afecto, pasión... lo mejor de nosotros mismos a
través de un gesto”.
Noticia publicada en prensa en la que habla de dicha exposición y en la que eligieron (casualmente) mi Beso en La Glorieta como muestra.
Fotografía tomada por un servidor en la que inmortalicé, desde el mismo punto, el lugar plasmado en la obra que adquirí.
Son fantásticos. El de la chica con la maleta parece que haga salir del dibujo el aire que le mueve la falda.
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