Tras una intensa e inolvidable
semana repleta de mensajes de agradecimiento, felicitaciones y visitas en masa,
un servidor, aún eufórico por la emoción que esto conlleva, sigue festejando
los 5 primeros años de vida de su querido retoño virtual.
Tal y como anuncié en el apartado
final de la anterior entrada dedicada a este evento, a partir de esta semana me
dispongo a comentar cada uno de los distintos dibujos que sirvieron para
glorificar, aún más si cabe, aquella fiesta de aniversario que hoy continúa sin
descanso.
En la ocasión que nos ocupa
hablaremos, largo y tendido, acerca de esa ilustración de El Caco Bonifacio y,
sobre todo, de su creador: Enric de Manuel González, alias Enrich. Todo surgió
como por arte de magia (el destino, a veces, es así de caprichoso). Cierto día,
revisando la bandeja de entrada de mi correo electrónico, tropecé con un
mensaje que, especialmente, me llamó mucho la atención. Aquella persona (cuyo
nombre corresponde con las siglas I. D. M.), había tomado la decisión de ponerse
en contacto conmigo para felicitarme por el blog y, sobre todo, por aquella
primera entrada que había dedicado al gran Enrich. Según sus propias palabras,
se hallaba navegando por Internet buscando información acerca de este autor, a
quien, al parecer, conocía bastante bien y, con toda seguridad, le haría mucha
ilusión ver aquella entrada dedicada a su vida y obra.
(Foto: gentileza de Enrich y su familia).
Enrich es una de las grandes
figuras del cómic nacional y de los pocos que aún continúan con vida. Pese a
convivir con diversos achaques ocasionados por la edad (86 años), Enrich fue
paciente y atendió cada una de mis distintas peticiones con una ilusión y
alegría envidiables. Disfrutando de una más que merecida jubilación, hoy únicamente
dibuja para su familia y amigos.
(Foto: gentileza de Enrich y su familia).
Dicho esto, y agradeciendo de
antemano el gran esfuerzo realizado por el propio Enrich y gran parte de su
familia más allegada, dispongámonos a conocer, un poco mejor, a esta leyenda
viva de la historieta, creador, entre otros, de El Doctor Perejil, Don
Inocencio o El Caco Bonifacio (protagonista absoluto de esta especial entrada).
(Foto: gentileza de Enrich y su familia).
Enrich (Enric de Manuel González)
nació en Vénissieux (Francia) en 1929, y no en 1930 como siempre se había
creído. Sus primeros trabajos vieron la luz en la revista “Trampolín”, a principios de los años cincuenta, y posteriormente,
en “Alex”, “Jaimito” y “Nicolás”.
Para dicha publicación (“Trampolín”),
creó a Ciriaco Majareto (en 1950), y para la revista “Alex”, a El pirata Malapata.
(Imagen: Tebeosfera).
(Imagen: El rincón del Taradete).
Años después, entró a formar
parte de la plantilla de Bruguera, dando sus primeros pasos en esta nueva casa
en su departamento de publicidad. Ya en 1957, empezó a publicar sus trabajos en
la revista “Tío Vivo”. Para esta
publicación, Enrich creó a uno de sus personajes más emblemáticos y recordados:
El Caco Bonifacio, serie de gran éxito. Para esta misma revista, de la que
también fue director artístico, creó, además, a El Doctor Perejil y a Boliche.
(Imagen: Mangaclassics).
En 1961 fue director de la
revista “Rififí”, de la que se
publicaron contados números. En los años siguientes, continuó en Bruguera
creando nuevos personajes: Tontáinez (en 1965) y Don Inocencio (en 1968), ambos
publicados en “Pulgarcito”, y Don
Toribio, conserje (en 1966), publicado en “Tío
Vivo”. También publicó en la revista “Gina”,
creando la serie Montse, Amiga de los Animales (en 1978).
(Imagen: Tebeosytebeos).
En 1962, tras la muerte de
Guillermo Cifré (padre de El Repórter Tribulete, Don Furcio Buscabollos o Amapolo
Nevera, entre otros), y junto a Antoni Bancells, se encargaron de dar
continuidad a la exitosa serie El Repórter Tribulete, trabajos que ambos no
podían firmar por imposición directa de la editorial. Enrich y Cifré eran
cuñados, así que quién mejor que él para seguir dándole vida al
personaje.
(Imagen: Artcomicenventa).
Después de estos breves apuntes,
que nos han servido para acercarnos un poco más a la obra de este genial autor,
recomiendo leer, con mucha atención, una muy interesante y preciada entrevista
que Enrich me concedió con todo el cariño e ilusión y, aunque no resultó sencillo
que recordara todas aquellas respuestas que yo ansiaba oír, gracias al enorme
esfuerzo de su familia pude ver realizado este sueño.
Así transcurrió todo…
(Foto: gentileza de Enrich y su familia).
“Ante todo, me gustaría agradecerle que haya
atendido la petición de este loco entrevistador y que robe unos minutos de su
tiempo para responder estas cuestiones que a continuación le voy a plantear. Le
transmito mi más sincero agradecimiento y mi más rotunda admiración”.
1ª-
¿Cómo era su vida antes de consagrarse en el dibujo? ¿A qué se dedicaba?
¿Quieres que te diga la verdad? Antes de ser
dibujante era: ¡Periodista! ja, ja, ja. Bueno, yo vendía periódicos, ja, ja,
ja, los compraba a 10 céntimos y los vendía a quince. Ahora en serio, en casa
éramos cuatro hermanos, todos chicos y el dinero no sobraba. De hecho yo nací
en Vénissieux, cerca de Lyon, en Francia, en 1929, donde residían mis padres,
circunstancialmente, por trabajo, pero no me registraron hasta 1930 cuando
volvieron a Barcelona, que es la fecha que consta en las biografías. Después,
al estallar la Guerra
Civil, a mi padre lo pusieron en un campo de concentración y
mi madre nos llevó al pueblo de donde era ella, Santolea (Teruel) que ahora
está tragado por un pantano. Fueron, a pesar de la época, unos años felices.
Cuando eres pequeño no entiendes de política… Allí descubrí el gusto por
dibujar. Pero antes de ser dibujante profesional trabajé para una empresa como
pintor y decorador y durante cuatro años asistí a una academia de dibujo a
diario. Debe quedar muy claro que si no hay una formación académica
(proporciones, anatomía, perspectivas) es muy difícil dibujar bien.
2ª-
Imagino que, como ocurre casi siempre, sus inicios en la historieta no debieron
ser nada fáciles. ¿Cuál era el principal problema al que debía enfrentarse?
¿Qué opinaba su familia al respecto?
Mis padres estaban encantados de que yo
dibujara. Para ellos, que un hijo suyo tuviera talento para una actividad
concreta, les enorgullecía. Cuando a los diez años entré en los Jesuitas me
ponía a dibujar incluso en el recreo y al cabo de un rato ya tenía un corrillo
de compañeros alrededor. Esto no gustaba a los maestros que preferían que los
alumnos se desfogaran con otras actividades en el patio. ¿Sabes que yo soy
zurdo pero que me ataban la mano a la espalda para obligarme a escribir con la
derecha? Lo único que consiguieron fue convertirme en ambidiestro, ja, ja, ja.
También ayudaba en las misas (aún me la sé toda en latín) porque las
familias pobres sufragaban así la
escolarización. Por lo tanto ya ves: mis padres y mis hermanos encantados con
mis dibujos.
3ª-
¿Recuerda cuál fue la primera historieta que dibujó? ¿Qué personaje o
personajes la interpretaban? ¿Aún la conserva?
Dibujaba todo tipo de personajes, pero no
conservo absolutamente nada de aquella época. ¡Me estás hablando de hace un
millón de años!
4ª- ¿Y
su primera historieta publicada? ¿Dónde y cuándo fue?
Creo que la primera que se publicó fue Ciriaco
Majareto en la revista “Trampolín” que se editaba en Madrid… No sé, hace tanto tiempo que ya no me
acuerdo…
(Foto: gentileza de Enrich y su familia).
5ª- De
todos los personajes que ha creado, que son muchos, ¿Cuál es su favorito y por
qué?
Mi personaje preferido y al que le tengo más
cariño es sin ninguna duda El Caco Bonifacio, el Caco “Boni” como me gusta
llamarlo. También Montse, la amiga de los animales que fue mi último personaje,
con el que me jubilé. Montse es un personaje inspirado en mi hija Cristina ya
que todos los días me pedía tener una mascota en casa pero yo no cedía, aunque
con el paso de los años llegamos a tener un gato. En cuanto al “Caco” fue mi personaje más conocido y
con el que empecé a publicar historietas en “Tío
Vivo”, primero como uno de los chistes de contraportada y después con una
página entera. A mediados de los sesenta, cuando la cabecera estaba otra vez en
poder de Bruguera, me sugirieron que un ladrón como protagonista de una
historieta dirigida a público infantil y juvenil no era demasiado edificante,
¡y eso que Boni era un trozo de pan y
no le salía nada bien! Pero bueno, surgieron otros personajes… ¿Te has fijado
que el caco Boni es zurdo?
6ª-
¿Cuáles fueron sus primeros trabajos para la desaparecida Editorial Bruguera?
Yo entré como dibujante de publicidad.
Diseñaba, maquetaba y rotulaba unas diapositivas de publicidad que aparecían en
los cines, pero claro, lo que a mi me gustaba era lo que hacían los compañeros
que tenía al lado, porque veía que haciendo historietas ganaban bastante más y
yo sabía que era tan capaz como ellos de hacerlas a pesar de mi juventud. Un
día, Rafael González, que dirigía con mano dura la editorial, se enteró que yo
estaba haciendo personajes para otras revistas y me dijo que si yo estaba en
Bruguera solo podía dibujar para ellos. Así pude empezar a hacer encargos
empezando por páginas de chistes…
7ª-
¿Cómo consiguió fichar por esta editorial?
Bueno, no recuerdo demasiado pero les
presenté algunos trabajos y al cabo de un tiempo me llamaron para empezar a
trabajar y ahí empezó todo, pero claro, los inicios siempre son complicados y
yo empezaba desde abajo.
8ª-
Imagino que, a lo largo de toda su extensa carrera, se habrá codeado con los
más grandes dibujantes del momento ¿Qué recuerdos guarda de la época? ¿Con
cuáles se llevaba mejor y con cuáles existían más diferencias?
Hombre, la pregunta es fácil: Para mí el más
grande fue Cifré, Guillem Cifré. Fue mi maestro, mi mentor, como un hermano
mayor… y además acabamos siendo cuñados. También Escobar, Conti, Peñarroya,
Giner. Con todos estos fundamos la revista “Tío
Vivo” .Yo era muy joven y Cifré me propuso irme con ellos de Bruguera para
hacer una revista nueva. Estaban hartos de todo el tema de la falta de derechos
de autor que había. Se sentían un poco “explotados”. Ellos eran los “vedettes”
de la historieta española de la época. Como te he dicho yo era joven y me
impresionaba como vestían, sus relojes de oro… y pensaba que yo también
progresaría con el cambio…
Pero bueno, acerca de lo que me preguntabas
sobre los compañeros te diré que me llevaba bien con todos. Yo siempre he
tenido un carácter abierto y no he tenido problemas con nadie. Recuerdo también
con cariño a Jorge, el de Doña Urraca, que murió muy joven y por supuesto a
otro gran amigo: Vázquez, un tipo genial y un dibujante rapidísimo y buenísimo.
Dibujos originales de Cifré, Conti, Escobar y Peñarroya dedicados a su amigo Enrich. (Imágenes: gentileza de Enrich y su familia).
9ª-
¿Alguna vez se ha sentado frente a una hoja de papel en blanco y la idea se ha resistido
a salir a flote?
No, que yo recuerde. A ver, siempre tienes
días mejores, más inspirados y días peores. Pero no, no he tenido ese problema
¡y eso que han sido unos cuantos años de profesión! Toda vez que me sentaba a
crear, las ideas fluían solas. Ese era mi trabajo… cuanto más creas más
facilidad tienes para encontrar temas. Cualquier cosa alrededor tuyo puede ser
una fuente de inspiración, incluso los mismos juegos de mis hijos cuando eran
pequeños me podían dar la idea para una historieta.
10ª- ¿Cuál ha sido su musa?
No he tenido ninguna musa. Aunque sí te diré
que mi mujer ha sido y es una persona muy importante en mi vida y ha sido
siempre la primera en supervisar todos mis dibujos y pinturas.
11ª-
¿Cuántas páginas era capaz de crear al día?
No sé, no te sabría decir, quizás una página
a diario sin problemas
12ª- ¿A
qué dibujantes admira y cuáles le han servido de inspiración?
Ya te he comentado antes que mis referentes
son todos de esa época. Además también me gustaba y admiraba mucho a Muntañola,
que trabajaba para “TBO”… y he tenido
grandes compañeros como Joso o Gin, Raf o Nadal.
13ª-
¿Junto a qué grande del cómic le hubiese gustado trabajar?
No, ninguno, ya te he dicho que he trabajado
con los más grandes y no tenemos nada que envidiar de los de fuera. De la misma
manera que yo trabajé para el extranjero, muchos compañeros míos también lo
hicieron en su momento, ¡para que veas si había nivel! Como curiosidad te puedo
contar que hubo una empresa norteamericana que buscaba dibujantes para hacer
los “layouts” de una película de Snoopy. Hice las pruebas y les gustó, así que
estuve una buena temporada dibujando Peanuts
aquí en Barcelona mismo. Me
comentaron que no encontraban diferencias entre mis dibujos y los de Schulz,
imagínate.
14ª-
Bruguera tenía por costumbre, y por contrato, quedarse con los originales de
todos sus dibujantes. ¿Llegó a recuperar alguno de sus trabajos o todos se
quedaron entre las paredes de la editorial? Si es así, ¿aún los conserva?
Tengo muy poca cosa de los antiguos. De El Caco
Bonifacio conservo 2 y medio aquí en
casa con fecha de 1959 y tres más que regalé a cada hijo para que lo tuvieran
enmarcado en su casa como recuerdo. Alguien más supongo que debe tener alguno,
pero del resto no tengo ni idea: perdidos o destruidos. Cuando cerró Bruguera
vete a saber qué pasó con los dibujos. De El Doctor Perejil conservo solo uno.
Lo que sí tengo a cientos son chistes sueltos o de dos viñetas, muchos de Humor sin palabras que se publicaron en países escandinavos en los años
sesenta y setenta (porque aquí no los dejaban publicar) a través de la agencia
Zardoya y Bardon Art. También cuando se dejó de publicar a principios de los
noventa mi último personaje, Montse la amiga de los animales, Ediciones B me
retornó todos los originales (aquí hay una auténtica montaña). Quien quiera
volverlos a publicar, ya sabe… ¡Hay para unos cuantos años!
15ª-
Tras la prematura muerte de su cuñado, Guillermo Cifré, Antoni Bancells y usted
continuaron con uno de sus personajes más emblemáticos: El Repórter Tribulete.
¿Cómo surgió este encargo? ¿Por qué no podían firmar aquellas páginas?
Bueno, la muerte de Cifré fue muy traumática
porque fue muy repentina. Había ido a pasar el día en la montaña con la familia
y al volver a casa empezó a sentirse mal. Su mujer Margarita fue a la cocina a
prepararle una manzanilla y cuando volvió lo encontró ya muerto de un infarto
fulminante. Tenía sólo 40 años. Mi cuñada quedó en una situación económica
complicada. A Bruguera le interesaba seguir con el personaje y yo no tenía
problema en continuarlo para que parte de los beneficios fueran para ella, que
tenía un niño y una niña pequeños. Por cierto, Guillermo, el mayor, fue también
dibujante e ilustrador pero desgraciadamente murió hace un par de años. El motivo
de no firmarlos era simplemente un tema ético: el personaje era de Cifré y lo
que importaba era que el público siguiera disfrutándolo. Los egos no importan en esas situaciones.
16ª-
Imagino que, en la actualidad, gozará de una merecida jubilación. Aún así,
¿continúa dibujando?
No, ya no, ya he dibujado bastante ja, ja, ja.
Mira, yo trabajaba por las mañanas en el diario “La Prensa”
y después de la muerte de Franco pasé al Departamento de Juventud de la Generalitat de
Catalunya. Cuando me jubilé seguí unos cuantos años con el personaje de Montse y
con la sección de Humor sin palabras
hasta que la revista “Zipi y Zape”
cerró. Pude dedicar más tiempo a la pintura. Me dediqué a hacer cuadros y óleos
que tengo por aquí decorando toda la casa, también colaboré con mi hijo Jordi
ilustrando algunas novelas suyas e hice dos recopilaciones de chistes con la
gente de Amaníaco Ediciones en 2011. Ahora cuando dibujo es sólo para mis
nietos (y biznieto) pero sigo recortando, montando y restaurando chistes míos
antiguos.
Dos óleos pintados por Enrich. (Imágenes: gentileza de Enrich y su familia).
17ª-
Dejando atrás una carrera tan extensa como la suya, colmada de éxitos y
reconocimiento, ¿cuáles son sus conclusiones cuando realiza una valoración en
conjunto de la misma?
Cuando estás en activo no te das cuenta de lo
que haces o de la transcendencia que pueda tener tu obra. Ahora en perspectiva,
tras tantos años de carrera, miro todas esas historietas, viñetas de chistes y
estas recopilaciones y pienso: ¿Todo esto lo he hecho yo? Parece mentira, me da
hasta vértigo, pero si he conseguido arrancar algunas sonrisas entre mis
lectores ya me doy por satisfecho.
(…)
“De nuevo, y antes de despedirme, me gustaría
agradecerle su tiempo y su paciencia. Son muchas las sonrisas que ha conseguido
despertar entre sus lectores (entre los que me incluyo) a lo largo de tantos
años. Gracias por hacernos felices y por hacernos sentir como niños (a pesar de
que ya pintamos canas) al releer sus divertidas historietas y al recordar a sus
inmortales personajes. Una vez más, gracias”.
No quisiera cerrar este capítulo sin
agradecer a I. D. M. por su gran interés y estrecha colaboración para que todo
esto haya podido ser posible. Gracias amigo, estaré siempre en deuda contigo.
Enrich dibujando el Caco Bonifacio que hizo para mi blog. (Foto: gentileza de Enrich y su familia).
Original de Enrich y su personaje El Caco Bonifacio con dedicatoria.
Felicidades. Qué bien. Ya tengo ganas de ver la segunda parte.
ResponderEliminar¿Sabes dónde se publicó el Conde Valentin? ¿lo de Picolin eran reediciones? ¿Aparte de Glober y Ganzúo y Pesquisón publicó algo más para I.P.C?
Impresionante post y no menos interesante entrevista. Pero lo que más asombra es que hay una segunda parte! me alegra mucho ver fotos de Enrich con esa sonrisa. Es de los pocos grandes de Bruguera que perviven y ojalá por mucho. Esperaré esa segunda parte.
ResponderEliminarGrande, muy grande Enrich. Y una muy buena entrevista. Muchas gracias.
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