domingo, 10 de abril de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE I: EL CACO BONIFACIO, por Enrich



Tras una intensa e inolvidable semana repleta de mensajes de agradecimiento, felicitaciones y visitas en masa, un servidor, aún eufórico por la emoción que esto conlleva, sigue festejando los 5 primeros años de vida de su querido retoño virtual.

Tal y como anuncié en el apartado final de la anterior entrada dedicada a este evento, a partir de esta semana me dispongo a comentar cada uno de los distintos dibujos que sirvieron para glorificar, aún más si cabe, aquella fiesta de aniversario que hoy continúa sin descanso.

En la ocasión que nos ocupa hablaremos, largo y tendido, acerca de esa ilustración de El Caco Bonifacio y, sobre todo, de su creador: Enric de Manuel González, alias Enrich. Todo surgió como por arte de magia (el destino, a veces, es así de caprichoso). Cierto día, revisando la bandeja de entrada de mi correo electrónico, tropecé con un mensaje que, especialmente, me llamó mucho la atención. Aquella persona (cuyo nombre corresponde con las siglas I. D. M.), había tomado la decisión de ponerse en contacto conmigo para felicitarme por el blog y, sobre todo, por aquella primera entrada que había dedicado al gran Enrich. Según sus propias palabras, se hallaba navegando por Internet buscando información acerca de este autor, a quien, al parecer, conocía bastante bien y, con toda seguridad, le haría mucha ilusión ver aquella entrada dedicada a su vida y obra. 


 (Foto: gentileza de Enrich y su familia).

Enrich es una de las grandes figuras del cómic nacional y de los pocos que aún continúan con vida. Pese a convivir con diversos achaques ocasionados por la edad (86 años), Enrich fue paciente y atendió cada una de mis distintas peticiones con una ilusión y alegría envidiables. Disfrutando de una más que merecida jubilación, hoy únicamente dibuja para su familia y amigos.


 (Foto: gentileza de Enrich y su familia).

Dicho esto, y agradeciendo de antemano el gran esfuerzo realizado por el propio Enrich y gran parte de su familia más allegada, dispongámonos a conocer, un poco mejor, a esta leyenda viva de la historieta, creador, entre otros, de El Doctor Perejil, Don Inocencio o El Caco Bonifacio (protagonista absoluto de esta especial entrada).  


 (Foto: gentileza de Enrich y su familia).
    
Enrich (Enric de Manuel González) nació en Vénissieux (Francia) en 1929, y no en 1930 como siempre se había creído. Sus primeros trabajos vieron la luz en la revista “Trampolín”, a principios de los años cincuenta, y posteriormente, en “Alex”, “Jaimito” y “Nicolás”. Para dicha publicación (“Trampolín”), creó a Ciriaco Majareto (en 1950), y para la revista “Alex”, a El pirata Malapata.


 (Imagen: Tebeosfera).

(Imagen: El rincón del Taradete).

Años después, entró a formar parte de la plantilla de Bruguera, dando sus primeros pasos en esta nueva casa en su departamento de publicidad. Ya en 1957, empezó a publicar sus trabajos en la revista “Tío Vivo”. Para esta publicación, Enrich creó a uno de sus personajes más emblemáticos y recordados: El Caco Bonifacio, serie de gran éxito. Para esta misma revista, de la que también fue director artístico, creó, además, a El Doctor Perejil y a Boliche. 


 (Imagen: Mangaclassics).

En 1961 fue director de la revista “Rififí”, de la que se publicaron contados números. En los años siguientes, continuó en Bruguera creando nuevos personajes: Tontáinez (en 1965) y Don Inocencio (en 1968), ambos publicados en “Pulgarcito”, y Don Toribio, conserje (en 1966), publicado en “Tío Vivo”. También publicó en la revista “Gina”, creando la serie Montse, Amiga de los Animales (en 1978).


 (Imagen: Tebeosytebeos).

En 1962, tras la muerte de Guillermo Cifré (padre de El Repórter Tribulete, Don Furcio Buscabollos o Amapolo Nevera, entre otros), y junto a Antoni Bancells, se encargaron de dar continuidad a la exitosa serie El Repórter Tribulete, trabajos que ambos no podían firmar por imposición directa de la editorial. Enrich y Cifré eran cuñados, así que quién mejor que él para seguir dándole vida al personaje. 


 (Imagen: Artcomicenventa).

Después de estos breves apuntes, que nos han servido para acercarnos un poco más a la obra de este genial autor, recomiendo leer, con mucha atención, una muy interesante y preciada entrevista que Enrich me concedió con todo el cariño e ilusión y, aunque no resultó sencillo que recordara todas aquellas respuestas que yo ansiaba oír, gracias al enorme esfuerzo de su familia pude ver realizado este sueño.

Así transcurrió todo…


 (Foto: gentileza de Enrich y su familia).

“Ante todo, me gustaría agradecerle que haya atendido la petición de este loco entrevistador y que robe unos minutos de su tiempo para responder estas cuestiones que a continuación le voy a plantear. Le transmito mi más sincero agradecimiento y mi más rotunda admiración”.

1ª- ¿Cómo era su vida antes de consagrarse en el dibujo? ¿A qué se dedicaba?

¿Quieres que te diga la verdad? Antes de ser dibujante era: ¡Periodista! ja, ja, ja. Bueno, yo vendía periódicos, ja, ja, ja, los compraba a 10 céntimos y los vendía a quince. Ahora en serio, en casa éramos cuatro hermanos, todos chicos y el dinero no sobraba. De hecho yo nací en Vénissieux, cerca de Lyon, en Francia, en 1929, donde residían mis padres, circunstancialmente, por trabajo, pero no me registraron hasta 1930 cuando volvieron a Barcelona, que es la fecha que consta en las biografías. Después, al estallar la Guerra Civil, a mi padre lo pusieron en un campo de concentración y mi madre nos llevó al pueblo de donde era ella, Santolea (Teruel) que ahora está tragado por un pantano. Fueron, a pesar de la época, unos años felices. Cuando eres pequeño no entiendes de política… Allí descubrí el gusto por dibujar. Pero antes de ser dibujante profesional trabajé para una empresa como pintor y decorador y durante cuatro años asistí a una academia de dibujo a diario. Debe quedar muy claro que si no hay una formación académica (proporciones, anatomía, perspectivas) es muy difícil dibujar bien.

2ª- Imagino que, como ocurre casi siempre, sus inicios en la historieta no debieron ser nada fáciles. ¿Cuál era el principal problema al que debía enfrentarse? ¿Qué opinaba su familia al respecto?

Mis padres estaban encantados de que yo dibujara. Para ellos, que un hijo suyo tuviera talento para una actividad concreta, les enorgullecía. Cuando a los diez años entré en los Jesuitas me ponía a dibujar incluso en el recreo y al cabo de un rato ya tenía un corrillo de compañeros alrededor. Esto no gustaba a los maestros que preferían que los alumnos se desfogaran con otras actividades en el patio. ¿Sabes que yo soy zurdo pero que me ataban la mano a la espalda para obligarme a escribir con la derecha? Lo único que consiguieron fue convertirme en ambidiestro, ja, ja, ja. También ayudaba en las misas (aún me la sé toda en latín) porque las familias  pobres sufragaban así la escolarización. Por lo tanto ya ves: mis padres y mis hermanos encantados con mis dibujos.

3ª- ¿Recuerda cuál fue la primera historieta que dibujó? ¿Qué personaje o personajes la interpretaban? ¿Aún la conserva?

Dibujaba todo tipo de personajes, pero no conservo absolutamente nada de aquella época. ¡Me estás hablando de hace un millón de años!

4ª- ¿Y su primera historieta publicada? ¿Dónde y cuándo fue?

Creo que la primera que se publicó fue Ciriaco Majareto en la revista “Trampolín” que se editaba en MadridNo sé, hace tanto tiempo que ya no me acuerdo…


 (Foto: gentileza de Enrich y su familia).

5ª- De todos los personajes que ha creado, que son muchos, ¿Cuál es su favorito y por qué?

Mi personaje preferido y al que le tengo más cariño es sin ninguna duda El Caco Bonifacio, el Caco “Boni” como me gusta llamarlo. También Montse, la amiga de los animales que fue mi último personaje, con el que me jubilé. Montse es un personaje inspirado en mi hija Cristina ya que todos los días me pedía tener una mascota en casa pero yo no cedía, aunque con el paso de los años llegamos a tener un gato. En cuanto al “Caco” fue mi personaje más conocido y con el que empecé a publicar historietas en “Tío Vivo”, primero como uno de los chistes de contraportada y después con una página entera. A mediados de los sesenta, cuando la cabecera estaba otra vez en poder de Bruguera, me sugirieron que un ladrón como protagonista de una historieta dirigida a público infantil y juvenil no era demasiado edificante, ¡y eso que Boni era un trozo de pan y no le salía nada bien! Pero bueno, surgieron otros personajes… ¿Te has fijado que el caco Boni es zurdo?

6ª- ¿Cuáles fueron sus primeros trabajos para la desaparecida Editorial Bruguera?

Yo entré como dibujante de publicidad. Diseñaba, maquetaba y rotulaba unas diapositivas de publicidad que aparecían en los cines, pero claro, lo que a mi me gustaba era lo que hacían los compañeros que tenía al lado, porque veía que haciendo historietas ganaban bastante más y yo sabía que era tan capaz como ellos de hacerlas a pesar de mi juventud. Un día, Rafael González, que dirigía con mano dura la editorial, se enteró que yo estaba haciendo personajes para otras revistas y me dijo que si yo estaba en Bruguera solo podía dibujar para ellos. Así pude empezar a hacer encargos empezando por páginas de chistes…

7ª- ¿Cómo consiguió fichar por esta editorial?

Bueno, no recuerdo demasiado pero les presenté algunos trabajos y al cabo de un tiempo me llamaron para empezar a trabajar y ahí empezó todo, pero claro, los inicios siempre son complicados y yo empezaba desde abajo.

8ª- Imagino que, a lo largo de toda su extensa carrera, se habrá codeado con los más grandes dibujantes del momento ¿Qué recuerdos guarda de la época? ¿Con cuáles se llevaba mejor y con cuáles existían más diferencias?

Hombre, la pregunta es fácil: Para mí el más grande fue Cifré, Guillem Cifré. Fue mi maestro, mi mentor, como un hermano mayor… y además acabamos siendo cuñados. También Escobar, Conti, Peñarroya, Giner. Con todos estos fundamos la revista “Tío Vivo” .Yo era muy joven y Cifré me propuso irme con ellos de Bruguera para hacer una revista nueva. Estaban hartos de todo el tema de la falta de derechos de autor que había. Se sentían un poco “explotados”. Ellos eran los “vedettes” de la historieta española de la época. Como te he dicho yo era joven y me impresionaba como vestían, sus relojes de oro… y pensaba que yo también progresaría con el cambio…
Pero bueno, acerca de lo que me preguntabas sobre los compañeros te diré que me llevaba bien con todos. Yo siempre he tenido un carácter abierto y no he tenido problemas con nadie. Recuerdo también con cariño a Jorge, el de Doña Urraca, que murió muy joven y por supuesto a otro gran amigo: Vázquez, un tipo genial y un dibujante rapidísimo y buenísimo.





 Dibujos originales de Cifré, Conti, Escobar y Peñarroya dedicados a su amigo Enrich. (Imágenes: gentileza de Enrich y su familia).

9ª- ¿Alguna vez se ha sentado frente a una hoja de papel en blanco y la idea se ha resistido a salir a flote?

No, que yo recuerde. A ver, siempre tienes días mejores, más inspirados y días peores. Pero no, no he tenido ese problema ¡y eso que han sido unos cuantos años de profesión! Toda vez que me sentaba a crear, las ideas fluían solas. Ese era mi trabajo… cuanto más creas más facilidad tienes para encontrar temas. Cualquier cosa alrededor tuyo puede ser una fuente de inspiración, incluso los mismos juegos de mis hijos cuando eran pequeños me podían dar la idea para una historieta.

10ª- ¿Cuál ha sido su musa?

No he tenido ninguna musa. Aunque sí te diré que mi mujer ha sido y es una persona muy importante en mi vida y ha sido siempre la primera en supervisar todos mis dibujos y pinturas.

11ª- ¿Cuántas páginas era capaz de crear al día?

No sé, no te sabría decir, quizás una página a diario sin problemas

12ª- ¿A qué dibujantes admira y cuáles le han servido de inspiración?

Ya te he comentado antes que mis referentes son todos de esa época. Además también me gustaba y admiraba mucho a Muntañola, que trabajaba para “TBO”… y he tenido grandes compañeros como Joso o Gin, Raf o Nadal.

13ª- ¿Junto a qué grande del cómic le hubiese gustado trabajar?

No, ninguno, ya te he dicho que he trabajado con los más grandes y no tenemos nada que envidiar de los de fuera. De la misma manera que yo trabajé para el extranjero, muchos compañeros míos también lo hicieron en su momento, ¡para que veas si había nivel! Como curiosidad te puedo contar que hubo una empresa norteamericana que buscaba dibujantes para hacer los “layouts” de una película de Snoopy. Hice las pruebas y les gustó, así que estuve una buena temporada dibujando Peanuts aquí en Barcelona mismo. Me comentaron que no encontraban diferencias entre mis dibujos y los de Schulz, imagínate.

14ª- Bruguera tenía por costumbre, y por contrato, quedarse con los originales de todos sus dibujantes. ¿Llegó a recuperar alguno de sus trabajos o todos se quedaron entre las paredes de la editorial? Si es así, ¿aún los conserva?

Tengo muy poca cosa de los antiguos. De El Caco Bonifacio conservo 2 y medio aquí en casa con fecha de 1959 y tres más que regalé a cada hijo para que lo tuvieran enmarcado en su casa como recuerdo. Alguien más supongo que debe tener alguno, pero del resto no tengo ni idea: perdidos o destruidos. Cuando cerró Bruguera vete a saber qué pasó con los dibujos. De El Doctor Perejil conservo solo uno. Lo que sí tengo a cientos son chistes sueltos o de dos viñetas, muchos de Humor sin palabras que se publicaron en países escandinavos en los años sesenta y setenta (porque aquí no los dejaban publicar) a través de la agencia Zardoya y Bardon Art. También cuando se dejó de publicar a principios de los noventa mi último personaje, Montse la amiga de los animales, Ediciones B me retornó todos los originales (aquí hay una auténtica montaña). Quien quiera volverlos a publicar, ya sabe… ¡Hay para unos cuantos años!

15ª- Tras la prematura muerte de su cuñado, Guillermo Cifré, Antoni Bancells y usted continuaron con uno de sus personajes más emblemáticos: El Repórter Tribulete. ¿Cómo surgió este encargo? ¿Por qué no podían firmar aquellas páginas?

Bueno, la muerte de Cifré fue muy traumática porque fue muy repentina. Había ido a pasar el día en la montaña con la familia y al volver a casa empezó a sentirse mal. Su mujer Margarita fue a la cocina a prepararle una manzanilla y cuando volvió lo encontró ya muerto de un infarto fulminante. Tenía sólo 40 años. Mi cuñada quedó en una situación económica complicada. A Bruguera le interesaba seguir con el personaje y yo no tenía problema en continuarlo para que parte de los beneficios fueran para ella, que tenía un niño y una niña pequeños. Por cierto, Guillermo, el mayor, fue también dibujante e ilustrador pero desgraciadamente murió hace un par de años. El motivo de no firmarlos era simplemente un tema ético: el personaje era de Cifré y lo que importaba era que el público siguiera disfrutándolo. Los egos no importan en esas situaciones.

16ª- Imagino que, en la actualidad, gozará de una merecida jubilación. Aún así, ¿continúa dibujando?

No, ya no, ya he dibujado bastante ja, ja, ja. Mira, yo trabajaba por las mañanas en el diario “La Prensa” y después de la muerte de Franco pasé al Departamento de Juventud de la Generalitat de Catalunya. Cuando me jubilé seguí unos cuantos años con el personaje de Montse y con la sección de Humor sin palabras hasta que la revista “Zipi y Zape” cerró. Pude dedicar más tiempo a la pintura. Me dediqué a hacer cuadros y óleos que tengo por aquí decorando toda la casa, también colaboré con mi hijo Jordi ilustrando algunas novelas suyas e hice dos recopilaciones de chistes con la gente de Amaníaco Ediciones en 2011. Ahora cuando dibujo es sólo para mis nietos (y biznieto) pero sigo recortando, montando y restaurando chistes míos antiguos.



 Dos óleos pintados por Enrich. (Imágenes: gentileza de Enrich y su familia).

17ª- Dejando atrás una carrera tan extensa como la suya, colmada de éxitos y reconocimiento, ¿cuáles son sus conclusiones cuando realiza una valoración en conjunto de la misma?

Cuando estás en activo no te das cuenta de lo que haces o de la transcendencia que pueda tener tu obra. Ahora en perspectiva, tras tantos años de carrera, miro todas esas historietas, viñetas de chistes y estas recopilaciones y pienso: ¿Todo esto lo he hecho yo? Parece mentira, me da hasta vértigo, pero si he conseguido arrancar algunas sonrisas entre mis lectores ya me doy por satisfecho.

(…)

“De nuevo, y antes de despedirme, me gustaría agradecerle su tiempo y su paciencia. Son muchas las sonrisas que ha conseguido despertar entre sus lectores (entre los que me incluyo) a lo largo de tantos años. Gracias por hacernos felices y por hacernos sentir como niños (a pesar de que ya pintamos canas) al releer sus divertidas historietas y al recordar a sus inmortales personajes. Una vez más, gracias”.

No quisiera cerrar este capítulo sin agradecer a I. D. M. por su gran interés y estrecha colaboración para que todo esto haya podido ser posible. Gracias amigo, estaré siempre en deuda contigo.


 Enrich dibujando el Caco Bonifacio que hizo para mi blog. (Foto: gentileza de Enrich y su familia).
Original de Enrich y su personaje El Caco Bonifacio con dedicatoria.

3 comentarios:

  1. Felicidades. Qué bien. Ya tengo ganas de ver la segunda parte.
    ¿Sabes dónde se publicó el Conde Valentin? ¿lo de Picolin eran reediciones? ¿Aparte de Glober y Ganzúo y Pesquisón publicó algo más para I.P.C?

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  2. Impresionante post y no menos interesante entrevista. Pero lo que más asombra es que hay una segunda parte! me alegra mucho ver fotos de Enrich con esa sonrisa. Es de los pocos grandes de Bruguera que perviven y ojalá por mucho. Esperaré esa segunda parte.

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  3. Grande, muy grande Enrich. Y una muy buena entrevista. Muchas gracias.

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