domingo, 17 de abril de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE II: MORTADELO FANTASMA, por Francisco Ibáñez



Una semana más, seguimos con el eterno festejo celebrado a causa del 5º aniversario de este blog. Hoy, y siguiendo ese riguroso orden alfabético que ya expuse en aquella entrada que dio origen a todo, charlaremos con y sobre el siguiente autor de la lista: Francisco Ibáñez. Cualquier presentación que pueda añadir acerca de este infatigable historietista pienso que estaría de más, pues no creo que habite ser viviente sobre la Vía Láctea que no haya arrancado una carcajada gracias a alguna de sus incontables historietas.

Mi admiración por este legendario dibujante de tebeos es, a día de hoy, inocultable, pues ésta no sería la primera ocasión en la que me confieso al respecto sincera y públicamente. Además, no hay más que echar un vistazo a algunas de mis ilustraciones e historietas para saber a qué buen árbol me he estado arrimando desde que tuve uso de razón. No obstante, haré un gran esfuerzo y trataré de contener mis emociones, por difícil que me resulte, pensando siempre en el bien de mis lectores.

A pesar de ir hasta arriba de trabajo, el maestro Ibáñez aparcó a sus queridos Mortadelo y Filemón por unos minutos para satisfacer, amablemente (todo hay que decirlo), cada una de las múltiples peticiones que este osado intruso lanzaba por su boca. Agradeciendo de antemano su entregada amistad y su gran interés mostrado, realicemos un breve repaso a su laaaaaaaaarga trayectoria profesional. La siguiente biografía ya fue publicada en este blog el 10 de marzo de 2012, pero no viene mal volver a recordarla en la presente ocasión…


 (Foto: archivo personal).


F. Ibáñez (Francisco Ibáñez Talavera) nació en Barcelona el 15 de marzo de 1936. Perteneciente a la segunda generación o generación del 57 de la Editorial Bruguera, es el padre y creador de los populares agentes de la T.I.A. Mortadelo y Filemón, Rompetechos, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio y un largo etcétera.

Desde muy jovenzuelo, empezó a trabajar de botones en el Banco Español de Crédito (donde permaneció durante cinco años), a la vez que empezaba a publicar sus primeras historietas en revistas como “Nicolás” (de Ediciones Clíper), “Alex” (de Editorial Símbolo), “Chicolino” (también de Símbolo), “La Risa” (de Editorial Marco) o “Hipo, Monito y Fifí” (también de Marco), entre otras.

Para estas pre-bruguerianas publicaciones, Ibáñez realizó series tan dispares cómo: El Mosquito Pérez, Don Usura, Haciendo el Indio, Kokolo, La Familia Repollino, Joe Tranca...


 (Imagen: Tebeosytebeos).

 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).



 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).



 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).

 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).



(Imagen: Mortadelo-filemon.es).

En el verano de 1957, abandona el banco para dedicarse de lleno a la historieta, ante la negativa de toda su familia. Empezó a publicar para la revista “Paseo infantil” (de Ediciones Generales), que fue cancelada al poco tiempo. Enseguida fichó por Bruguera, donde empezó a publicar sus primeras páginas en las revistas “El DDT” y “Pulgarcito”.

Aunque creados a finales del 57, el 20 de enero de 1958 aparecen por primera vez Mortadelo y Filemón, Agencia de Información (cuya coletilla fue suprimida en 1969), la serie que catapultaría a su autor a la fama mundial. Esta peculiar pareja de agentes, empezó su larga trayectoria en el número 1394 de la revista “Pulgarcito”. Para esta editorial (en la que estuvo trabajando durante 27 años), también creó las archiconocidas y longevas series: Rompetechos, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, 13, Rue del Percebe, La Familia Trapisonda o Tete Cohete (último personaje creado para esta casa, el cual, no gozó de un futuro demasiado próspero). 


 (Imagen: Forocoches).

(Imagen: Viajesconmitia).

(Imagen: Secretosdemadrid).

Además de estos, también dio vida a otros personajes que, por diversas razones, tuvieron una breve existencia: Policarpo (1 página publicada), Felisa y Colás (2 páginas), Doña Pura y Doña Pera, Vecinas de la Escalera (4 páginas), El Escudero Bartolo o… ¡qué calor hace, Manolo! (3 páginas) o “Cabeza de Ajo”, el Penúltimo Navajo (1 página).

En 1985, debido a la grave situación económica de Bruguera, Ibáñez abandona la editorial, quedándose la misma con los derechos de todos sus personajes. Así pues, y por muy extraño que resulte, Ibáñez no podía seguir dibujando ninguna de sus series que tanto éxito le habían brindado a lo largo de los años, por lo que se vio obligado a crear otras nuevas. Entonces Bruguera se puso en marcha, y formó un equipo con varios guionistas y dibujantes para continuar con la publicación de Mortadelo y Filemón, sin la mano ni el consentimiento de Ibáñez, claro está.

Esto obligó a nuestro autor a arremeter contra su antigua casa, exigiendo, espada en mano, los derechos de sus personaje. Por aquel entonces, Ibáñez empezó a trabajar para Editorial Grijalbo, publicando las series Chicha, Tato y Clodoveo, creada en 1986, y 7, Rebolling Street, probablemente, su serie más apócrifa, pues tan sólo dibujó las primeras páginas de la misma, dejando el resto en manos de Juan Manuel Muñoz (su actual colaborador) y otro chico del que se desconoce su nombre. 


 (Imagen: archivo personal).

(Imagen: Mortadelo.wikia).

Tras duros años de lucha, la Ley le dio la razón a Ibáñez, y Mortadelo y Filemón regresaron a sus lápices. En 1987, tras la publicación de la Ley 22/1987, de 11 de noviembre, de Propiedad Intelectual, se reconocieron a los autores como propietarios de sus obras. Fue entonces cuando abandonó sus dos nuevas series y se dedicó de lleno a elaborar páginas protagonizadas por sus dos famosos agentes, ya en Ediciones B, relación que perdura hasta hoy en día.

Después de estas breves pinceladas, que nos han servido para aclarar todas las dudas posibles acerca de la obra de este peso pesado de la historieta, sentémonos cómodamente y dispongámonos a pasar un rato de lo más agradable, didáctico y divertido gracias a las geniales respuestas que Ibáñez me regaló tras un bombardeo incesante de preguntas lanzado por un servidor y que, en su conjunto, componen esta prodigiosa entrevista en la que no falta detalle alguno ni el inagotable sentido del humor del maestro Ibáñez. Pasen y vean…

1ª- Siempre que realizo una entrevista me gusta empezar lanzando esta pregunta: ¿Dónde y cuándo empezó a publicar sus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos le vienen a la mente de aquella época?

¿Recuerdos? ¡Ninguno! Hace tantísimo tiempo que, prácticamente, ya ni me acuerdo. Aquellos primeros trabajos se remontan a los tiempos de las cuevas de Altamira, puede que antes. ¡Hasta mi cabeza estaba poblada de pelo! Y ahora mírame… (Risas). Pues bueno, ahora en serio, mis principios fueron igual que los de cualquier otro: haciendo unos cuantos dibujillos, poniéndolos bajo el brazo y yendo de una editorial a otra a ver cuál de todas te mira a la cara y te cuela. Así, hasta que consigues meter las primeras páginas. Un trabajo de chinos, oiga.

2ª- ¿Cuál fue su primer dibujo o página que le publicaron?

Alguna vez lo he comentado, en alguna entrevista. El primero fue, era yo muy jovencito, no sé qué edad tendría, unos 7 años o por ahí. Fue en una revista que se llamaba “Chicos”, que tenían una paginita con colaboraciones de los lectores y allí envié mi dibujito, un dibujito pequeño, de 5 centímetros o algo así, era una cabeza de indio, y allí me lo publicaron. Aquello fue una ilusión tremenda. Ese fue el principio de todo.


 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).


3ª- Imagino que ese don para el dibujo ya le viene de nacimiento…

Nací con un buen puñado de lápices debajo del brazo, ¡y con un tablero! No veas lo bien que lucían las paredes de la cueva con aquellos garabatos (Risas).

4ª- ¿Cómo era su vida antes de dedicarse al dibujo? ¿En qué ocupaba su tiempo?

¿Antes de dibujar…? ¡Estuve trabajando en un banco! Bueno, realmente, no puedo decir que estuviera trabajando en un banco, diré simplemente que estaba en un banco porque allí me dedicaba a hacer otras cosas. Llené las esquinas de las páginas de pequeños dibujitos, o donde pillaba. Estuve un poco tiempo allí hasta que salí. Allí me dedicaba a hacer alguna cosilla, y cuando conseguí que las editoriales me publicaran, les dije a los del banco: “Ahí os quedáis muchachos, que yo me voy a dedicar al dibujo”. Éstas fueron mis palabras de despedida. Supongo que pensaron que había perdido los papeles…

5ª- A mediados de los cincuenta empezó a trabajar para Editorial Marco. ¿Cómo surgió?

Sí, sí, exactamente, fue en los cincuenta. Cuando estaba trabajando en ese banco ya hacía cosas para Marco. Era una editorial muy importante que había aquí, en Barcelona, que hacía muchas colecciones, entre otras, una serie que se llamaba “Rabanito y Cebollita”, “Hipo, Monito y Fifí”, muchos, muchos tebeos publicaban, y luego otra que se llamaba “La Risa”, que allí fue donde yo empecé a colaborar cuando tenía unos 16 años o así. Fíjate que cosas; fíjate lo jovenzuelo que era entonces…

6ª- Para la mencionada editorial creó una gran cantidad de personajes que, hoy en día, resulta bastante difícil recordar de memoria. Citaré unos cuantos: Kokolo, Don Usura, Melenas, Fulcio Batracio, Joe Tranca, Juan Desdichas…

Sí, exactamente, sí, sí… esos los hice todos, y muchos más. Mira la imaginación que tenía entonces para conseguir inventar a tantos personajes. Hoy no podría. 

7ª- A finales de esta misma década fue cazado por Editorial Bruguera, ¿Cómo surgió ese encuentro?

Fue cuando se marcharon los grandes de la época, los más grandes historietistas: Cifré, Peñarroya, Conti… Ellos se marcharon a fundar su propia revista y allí, varios como yo, aprovechamos el hueco que dejaron para colarnos en Bruguera. Y no nos salió tan mal...

8ª- Mortadelo y Filemón nacieron al poco de entrar en esta gran casa. ¿En qué se inspiró a la hora de crearlos? ¿De dónde se sacó esos nombres?

Sí, exactamente, sí. Siempre se habla de que nacieron en el año 58. Te diré, se empezaron a publicar en el año 58, en enero, pero claro, todo esto se trabajaba con un poco de anticipación y los parí, los di a luz a últimos del 57, bien en octubre o noviembre. En el 57 di a luz a estos dos y luego empezaron a publicarse en el 58. Así fue.

Los nombres eran lo de menos. El nombre no hace al personaje, sino que el personaje hace al nombre. Si un personaje sigue adelante es porque gusta y hace gracia, y si, encima, el nombre le acompaña, pues podemos decir que hemos dado en el blanco. En aquel momento era todavía una época de dificultades y tal. Mira, lo de Mortadelo recordaba a mortadela, mortadela que mucha gente no podía comprar por falta de recursos, y lo inventé así porque tenía gracia la cosa. Y el otro, el Filemón, como trabajaban en una Agencia de Información y, por aquellos tiempos, se tenía la costumbre de que las cosas, los títulos de las historietas, tuvieran su rima, pues Agencia de Información rimaba con Filemón, y ya está. Bueno, y también porque recordaba a filetón, a jugoso filetón de ternera (Risas). Pues ya está, esos fueron los orígenes de Mortadelo y Filemón. Pero, como te he dicho, la importancia la tiene el personaje en sí, no su nombre.

9ª- Ahora una pregunta un tanto comprometida: ¿Con quién se quedaría, con Mortadelo o con Filemón? Espero que, el no elegido, no se lo tome demasiado mal…

¡Ah no, eso no se sabe! Yo los quiero y los odio a los dos por igual. Mira, es una pareja muy divertida, y funcionan muy bien juntos, aunque a veces se quieran matar el uno al otro. Yo miraba todo lo que se publicaba entonces y veía que los personajes siempre iban solos, corrían por las historietas ellos solos, hablaban solos, se estrellaban solos… ¡Lo hacían todo solos, parecían tontos! (Risas). Y a mí siempre me ha gustado tener al personaje y al interlocutor para que vayan hablando como dos individuos normales y corrientes, no como dos chifladitos de turno. Soy su papá, no puedo querer más a uno que a otro. 

10ª- Además de Mortadelo y Filemón, de sus lápices también han salido personajes tan entrañables como Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, El Botones Sacarino… ¿Cómo se pueden sacar adelante, al mismo tiempo, tantas series de forma semanal? ¿Es cierto que tuvo que aprender a dibujar con ambas manos?

Con las dos manos, ¡y con los pies!, sí. Además, dibujé un montón de páginas de chistes y otros personajes. Cuando las cosas de Mortadelo empezaron a gustar, en la editorial no tenían reparo en pedirme más personajes: La Familia Trapisonda, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, el Sacarino, Don Pedrito… Bueno, Don Pedrito no era mío, era un personaje de un anuncio de televisión que a Bruguera le hizo gracia. Compró los derechos y tal y me pidieron que lo desarrollara en historieta. Pero hubo que dejarlo todo. Cuando se hacía una paginita de cada personaje, eran unos 6 o 7 personajes, se podían desarrollar todos. Pero cuando empezaron a exigir más páginas de Mortadelo, más y más y más, al final acabas abandonando todo lo demás porque es imposible poder sacarlo todo adelante. Pero yo he sido muy bruto trabajando. Lo normal era que se hicieran 5 o 6 páginas a la semana, trabajando a un ritmo normal. Todavía te quedaba tiempo para comer, dormir, salir a pasear… Luego, la editorial empezó a exigirme 15, ¡más del doble!, y ya era una locura, imposible de aguantar, pero yo, que era un bruto, les hacía hasta 20. Allí no había tiempo de coger vacaciones, ni fines de semana, ni días de fiesta, ni nada de nada. Trabajar, trabajar y trabajar. Acababan las 24 horas del día y ponía el reloj en la hora de Canarias para trabajar una hora más y seguir aguantando el tipo. ¿Te haces una idea de lo bruto que era? 


 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).


11ª- Y también está esa maravillosa serie que fue 13, Rue del Percebe, que, imagino, debía costarle sudores a la hora de inventar tantos chistes distintos para cada una de aquellas viñetas.

Era una tortura. Había que inventar un montón de chistes por página, ¡y luego dibujarlos! Todo debía quedar bien. Pero a la gente le gustaba, le hacía gracia ver qué pasaría en cada una de aquellas viviendas. Así que no me quedó más remedio que seguir. 

12ª- A mediados de 1985 se marchó de Bruguera y empezó a publicar con Grijalbo. ¿Qué le impulsó a que diera este paso?

Allí había una revistita que se llamaba “Guai!”. Mientras tanto, Ediciones B, del Grupo Zeta, intentaba hacerse con todo el fondo editorial de Bruguera y con los derechos de Mortadelo. Una vez recuperados y tal, fue cuando pasé a Ediciones B a continuar con mis personajes y en eso estamos. Allí en Bruguera hice las bodas de plata; aquí, en esta editorial (Ediciones B), he hecho otras bodas de plata, y no sé dónde haré las terceras bodas de plata, no tengo ni idea (Risas).

13ª- Para la citada editorial (Grijalbo), creó una serie llamada Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo. ¿Por qué esta serie, en lugar de ser dual, estaba protagonizada por tres individuos?

Sí, sí. Era lo que te decía antes. No me gustan los personajes que andan solos por sus historietas. Aquí, en lugar de una serie dual, quise hacer un trío para que fuera más complicado (para mí, claro).

14ª- Y también tenemos la 7, Rebolling Street, nueva vuelta de tuerca a su mítica 13, Rue del Percebe.

Esto es. El 7 Rebolling, como el 13 Rue, era una cosa que gustaba mucho al público. Me dije: mira, vamos a hacer algo que recuerde a aquello, a pesar que hacerlo era un trabajo tremendo. Pero bueno, como a la gente le gustaba, hice lo mismo que la 13 Rue pero el doble, el doble de trabajo, el doble de personajes, el doble de chistes, el doble de tortura… Pero bueno, todo el mundo quedaba satisfecho y yo también.

15ª- ¿Qué temas de actualidad quedan todavía por abordar en las aventuras de Mortadelo y Filemón? Por desgracia, nuestros políticos deben ser una clarísima fuente de inspiración con sus continuas movidas...

Menudo tinglado tienen estos montado. Bueno, Mortadelo y Filemón no hacen crítica social ni crítica de nada de eso. Son sólo situaciones de actualidad. Para que el lector vea que el personaje, con el paso de los años, no ha quedado desfasado completamente. Para que no se quede anclado en el pasado y tal, me lié a meter cosas de actualidad, cosas que me encuentro por la calle, en la prensa, en televisión… De ahí parte la idea, e inmediatamente, a trabajar. Y así lo vamos haciendo.

16ª- ¿Cuáles son sus planes futuros? ¿Seguir con Mortadelo y Filemón o marcharse a una playa paradisíaca?

(Risas). Ya me gustaría a mí poder irme a esa playa que me comentas. Mortadelo y Filemón no pueden pasar sin mí, así que me quedo con ellos. Yo tampoco puedo pasar sin ellos.

17ª- Dejando atrás una carrera tan extensa como la suya, colmada de éxitos y reconocimiento, ¿cuáles son sus conclusiones cuando realiza una valoración en conjunto de la misma?

¿Conclusiones? ¿Y qué conclusiones saco yo de mi propio trabajo? Me pones en un compromiso (Risas). Pues mira, actualmente, continúo yendo por ahí, por toda España, de Norte a Sur, de Este a Oeste, firmando ejemplares y tal, y cuando veo que en cada firma mía hay una cola interminable de gente que espera a que le ponga una dedicatoria en su ejemplar, pienso en las muchas horas de trabajo que me esperan por delante (Risas). En serio, es satisfactorio comprobar que a la gente le sigue gustando Mortadelo igual que hace muchos años. El señor que hoy viene a verme con un cargamento de cómics debajo del brazo, ya lo hacía cuando era un niño acompañado de su padre o su madre. Luego, ya de adulto, es él el que acompaña a su hijo, ¡o a su nieto! Éste es el mejor de los premios. 

Bueno, voy a seguir trabajando como un loco, sin parar ni un minuto, porque los Mortadelos no se hacen solos. Y aquí no hay ni trampa ni cartón. Lo que se dibuja es lo que hay, sin ayuda de ninguna maquinita de esas. Todo a mano, o con las dos. Algún día me jubilaré, algún día. Tal vez, dentro de 30 o 40 años, ya se verá. Y es que no me dejan, no me dejan...

Un abrazo así de gordo para ti y para todos los lectores de tu blog. ¡Hasta siempre!


 (Foto: archivo personal).

Dibujo con dedicatoria realizado por Ibáñez con motivo del 5º aniversario del blog.

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