domingo, 3 de julio de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE XIII: CHICHA, TATO Y CLODOVEO, por Juan Manuel Muñoz



Una semana más, continúo repasando esa lista que incluye los nombres de aquellos autores que tuvieron la gentileza de unirse al aniversario de este blog gracias a sus extraordinarias colaboraciones. Hoy centraré mi atención en Juan Manuel Muñoz (mano derecha de Francisco Ibáñez a lo largo de las últimas tres décadas), a quien me gustaría agradecer públicamente su participación, a pesar de que ya lo hice a modo privado.



La máquina creativa de Ibáñez no para, encadenando el final de una aventura con el comienzo de otra nueva. A sus 80 años, su mente y su mano derecha siguen tan frescos como lo estaban hace medio siglo y, su fuente de inspiración, claramente desbordada de nuevas ideas, parece no conocer obstáculo alguno. El trabajo de Muñoz consiste en pulir los dibujos a lápiz creados por el maestro y, una vez están a su gusto, pasarlos a tinta. Contando esto no pretendo otra cosa que demostrar que la agenda personal de Muñoz debe hallarse al borde del colapso, aún así, quiso obsequiarme con una ilustración muy cuidada y divertida, repleta de detalles y gags secundarios y protagonizada (a petición mía) por Chicha, Tato y Clodoveo, aquellos muchachos alocados que Ibáñez creó en la década de los ochenta tras marcharse de Bruguera, ya que, Mortadelo y Filemón pertenecían, por coj…, perdón, por contrato a la antigua editorial.



Es para mí un orgullo disponer de un original como este en mi colección, ya que estos personajes llevaban mucho tiempo dormidos (su última aventura se publicó en 1990) y han despertado, expresamente, para estar presentes en este blog.     




 (Foto: Facebook).



Muñoz (Juan Manuel Muñoz Chueca) nació en Barcelona en 1961. En 1978, empezó a trabajar para Editorial Bruguera, en un primer momento, pasando a tinta las páginas a lápiz de otros dibujantes (personajes como El profesor Tragacanto, Deliranta Rococó, El botones Sacarino, Rompetechos, etc. han pasado por sus manos) y, más tarde, encargándose de realizar historietas completas (lápiz y tinta). Por aquellos entonces, además, Muñoz empezó a codearse con algunas agencias de publicidad y dibujó diversas aventuras de Bamse, personaje infantil publicado en Suecia.






Su relación con Bruguera se truncó hacia 1984, o bien, en 1985, con el cierre definitivo de la editorial, empezando a trabajar entonces para Grijalbo, casa que también se había encargado de fichar al mismísimo Francisco Ibáñez. Allí se ocupó de las tintas de Chicha, Tato y Clodoveo, nuevos personajes creados por Ibáñez para esta editorial y publicados en la revista “Guai!”, ya que, como he comentado más arriba, por problemas de derechos, el maestro no podía seguir dibujando ni a sus dos personajes más populares (Mortadelo y Filemón) ni a ningún otro, pues, por contrato, eran propiedad de Editorial Bruguera.


 Portada del número 117 de la revista "Guai!" protagonizada por Chicha, Tato y Clodoveo y realizada, íntegramente, por Muñoz.




Muñoz también se ocupó del entintado (y del lápiz de muchas de sus páginas) de otra nueva serie creada por Ibáñez para la citada revista. Hablamos de 7, Rebolling Street, nueva vuelta de tuerca a su mítica 13, Rue del Percebe. A partir de entonces, Muñoz se convertiría en el ayudante habitual de Ibáñez (salvo pequeñas excepciones), colaboración que se ha ido extendiendo a lo largo de los años hasta la actualidad. Esas excepciones las encontramos una vez iniciada la década de los noventa, fecha en la que Muñoz empezó a trabajar para Egmont Group dibujando diversos personajes de la factoría Disney entre 1994 y 1997.







En 1988, tras una dura batalla a capa y espada, Ibáñez logra recuperar los derechos sobre sus personajes, empezando a desarrollar nuevas aventuras de su pareja de agentes de la T.I.A. apoyado, de nuevo, por la colaboración de Muñoz. 



Además de su labor como dibujante de cómics, Juan Manuel Muñoz también ha trabajado como diseñador de logotipos para distintas empresas e, incluso, ha dejado su sello en el mundo de la animación realizando storyboards para series como The King Arthur´s disasters, Dougie o Tex.











Siguiendo una tradición impuesta por mí mismo, formulé a Muñoz una entrevista que respondió con toda la atención del mundo. Sus brillantes respuestas arrojan luz a una carrera profesional impecable, a una vida dedicada a la historieta y, sobre todo, vinculada a Mortadelo y Filemón (aunque su nombre no haya aparecido NUNCA en ninguna parte), y nos acercan un poco más hasta este amigo a quien admiro rotundamente y que bien se merece todo reconocimiento o distinción. Si Ibáñez decidiera algún día jubilarse (hoy por hoy, parece que mucha intención no tiene), Muñoz sería el más indicado para recoger el testigo ya que lleva a su lado más de 30 años. Sugiero que leáis la siguiente entrevista con mucha atención, hay detalles contenidos en la misma que no conviene pasar por alto. 



1ª- Echemos un vistazo al pasado: ¿Dónde y cuándo empezaste a publicar tus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente de aquella época?



Comencé en la editorial Bruguera cuando tenía 16 años. Un día, y tras mucho dibujar en mi casa desde niño, hice un curso por correspondencia de CEAC que era "dibujante humorístico completo". Me sirvió para aprender las distintas técnicas y conocer más a fondo cómo era esta profesión que me atraía desde siempre. Tras hacerlo, preparé muestras de un personaje mío y mi padre me llevó a la editorial una mañana. Me recibió Sanchís, el entonces director artístico, y tras mirarse detenidamente lo que había llevado me hizo hacer pruebas en mi casa. Dibujaba personajes y luego los entintaba, e iba cada varios días a enseñárselos. Me los corregía y daba consejos para mejorar hasta que un día me dio mi primera página que era de Pillo y Bollo, unos personajes de Jorge David, quien trabajaba en el estudio que había en la redacción junto a otros más como Toni Bancells o Tino Santanach...



2ª- ¿Cuál fue tu primer dibujo o página que te publicaron?



Como trabajo de entintado fue esa página de Pillo y Bollo. No obstante, lo primero y único que publiqué en Bruguera fue años después y era una tira vertical con tres chistes, creo recordar, y se llamaba "Julito y familia". No fueron muchas ya que el trabajo con los álbumes de Mortadelo, Sacarino, etc., no me dejaba tiempo prácticamente. Fue una oportunidad que me dio Ana María Palé, la entonces directora de publicaciones.



3ª- Imagino que la pasión por el dibujo te viene desde muy temprana edad…



Sí, claro. Siempre estaba en el cole haciendo dibujos cuando tenía un rato libre y, por supuesto, en la asignatura de dibujo y, aunque quede feo decirlo, era un alumno muy aventajado. Mi profesor de dibujo de La Salle (siempre estudié allí) era una gran persona y me animó siempre a continuar por ese camino y siempre se lo agradeceré.



4ª- ¿A qué te dedicabas antes de convertir el oficio de dibujante en tu profesión?



Estudiaba, como era lógico, con 16 años. A los 18 acabé la Formación Profesional de Delineación, estudios que estuve compaginando con mis primeros años en Bruguera.



5ª- A finales de los setenta empezaste a trabajar para Bruguera, ¿cómo surgió esta colaboración?



Como ya he explicado anteriormente, un buen día me llevó mi padre a la editorial y me presenté sin más buscando empezar en esta profesión. Supongo que Sanchís vio que tenía potencial y me dio una oportunidad que debo agradecerle siempre.



6ª- ¿Qué relación tenías con los dibujantes de esta casa?



Hombre, yo era muy jovencillo y allí en la salita de espera me cruzaba con algunos y los saludaba. Unos esperaban como yo para entregar el trabajo, como Edmond, Tran, Schmidt, Rovira…, y otros entraban a la redacción sin más como Raf y, evidentemente, Ibáñez. Alguna vez recuerdo haber estado con algunos de ellos en un bar junto a la editorial tomando una cervecita, cosa que era habitual para ellos el día de entrega y juraría que era los miércoles. Si no me falla la memoria, el bar estaba en una esquina al lado y se llamaba La Roda. Esto ocurrió en dos o tres ocasiones. Me queda todo muy lejano y borroso en el recuerdo ya que han pasado más de 30 años... Bueno, más bien 35.



7ª- Te iniciaste en esta editorial pasando a tinta las páginas a lápiz de algunos de los más grandes dibujantes de la casa. ¿Qué sentías al tener en tus manos originales de estos monstruos de la historieta? ¿Imponía?



Evidentemente, al tener esos originales encima de mi mesa me daba mucho respeto, claro. Siempre con el miedo de si lo iba a hacer bien y con infinita paciencia.



8ª- Tu relación con Bruguera se prolongó hasta el cierre definitivo de la editorial. ¿Cómo veías tu futuro entonces?



Fueron unos tiempos complicados. Estuve sin cobrar y trabajando nueve meses como todos los colaboradores, y con la amenaza de que no cobraríamos jamás si deteníamos el trabajo. Al final cobré todo lo adeudado mediante una extraña maniobra en la que entregábamos en un despacho en el Paseo de Gracia donde tenía la sede un ente llamado Producciones Editoriales. Supongo que fue algún apaño de la editorial. Allí, la persona que estaba era Montse Vives, que había sido subdirectora de publicaciones con Ana María Palé. La verdad es que recuerdo de aquellos tiempos dos reuniones. Una con gente de UGT, a la que acudimos muchos profesionales (guionistas, dibujantes, traductores, etc.), y entre ellos Ibáñez, cuando la cosa empezaba a estar complicada. La otra, en la propia editorial, con el gerente, que mira por dónde se llamaba Conde, y en la que estaban todos los dibujantes y guionistas además de un servidor y Lourdes Martín y en la que se nos comunicó que debido a la falta de liquidez de la empresa sólo liquidaría en aquel momento la deuda que tenían con Ibáñez, y que si no recuerdo mal era de unos nueve millones de pesetas de entonces. Se justificaban diciendo que él era quien aportaba con sus personajes la mayor parte de los ingresos de la editorial. Ni que decir tiene que se armó un lío considerable y hubo gritos y una fuerte discusión con el representante de la editorial. Raf, por ejemplo, se fue cabreadísimo dando un portazo y le siguieron otros más. Era comprensible ya que se sentía ninguneado en comparación a Ibáñez, y otros, lógicamente, se sintieron igual. Tiempos muy convulsos como he dicho antes.



9ª- Enseguida conseguiste fichar por Grijalbo, donde te encontraste con algunos viejos amigos, entre ellos, Francisco Ibáñez. ¿Cómo fue este reencuentro?



Pues bueno, contacté con Ana María Palé y me ofreció trabajar para Grijalbo mediante su agencia Liter Art. Ella se había ido de Bruguera hacía unos meses y era la agente de Ibáñez. Así que comenzamos a trabajar de esta manera.



10ª- En el mismo momento que empezaste a trabajar para esta editorial comenzó tu colaboración con Ibáñez, pasando a tinta a sus nuevos retoños Chicha, Tato y Clodoveo. ¿Se echaba de menos a Mortadelo?



Sí, claro. Comencé con Chicha, Tato y Clodoveo a partir del segundo álbum ya que el primero lo había hecho íntegramente Ibáñez. Además también dibujé y entinté 7, Rebolling Street y, posteriormente, volvimos a dibujar Mortadelo y Filemón, sólo que la revista se llamó Yo & Yo, debido a que los derechos de la cabecera y los personajes no los había recuperado Ibáñez aún. Una vez el grupo Z llegó a un acuerdo y ediciones B comenzó a publicar de acuerdo con él, todo volvió a la normalidad.



11ª- Como ya has comentado, también te ocupaste de otra nueva serie del maestro: 7, Rebolling Street. Muy poca gente sabe que Ibáñez sólo dibujó las primeras páginas y luego pasó a un segundo plano ocupándose de los guiones y dejando el dibujo en tus manos y en las de otro chico.



Sí, como ya he explicado, hice bastantes, y también otro chico más joven que entró a trabajar en la agencia y creo que se llamaba Ramón Bernardó.



12ª- Y después volvisteis, de nuevo, a la carga con Mortadelo y Filemón, tras recuperar Ibáñez los derechos sobre sus personajes. ¿Cómo viviste todo aquello?



Bueno, una vez todo volvió a una situación estable con los derechos, se reanudó la producción de álbumes de Mortadelo y el proceso de trabajo, dependiendo de la prisa, se hacía de dos maneras: Ibáñez me pasaba las páginas a lápiz, más o menos plantado, y luego las redefinía y redibujaba hasta dejarlo listo para el pasado a tinta, que hacía otra persona. En otros álbumes, debido a que había que compaginar con los de Chicha, Tato y Clodoveo, Ibáñez grababa en cinta de cassette el guión y Ana María lo transcribía a papel y yo dibujaba completamente la historia. Posteriormente lo entintaba total o parcialmente. Este sistema no funcionaba muy bien porque la transcripción al papel no era muy adecuada y no estaba bien descrita la acción y las secuencias no estaban correctamente distribuidas, lo cual, me obligaba a estar solucionando por mi cuenta multitud de incongruencias y llamando en múltiples ocasiones a Paco para aclarar entuertos en la acción (hay que hacer constar que Ana María Palé no era guionista y hacía lo que podía). Ibáñez se cabreó y se dejó de hacer.



13ª- Tras el regreso de estos dos agentes de la T.I.A., ¿qué fue de Chicha, Tato y Clodoveo y 7, Rebolling Street? 



Durante un tiempo, y como decía en la anterior respuesta, se simultaneaban los álbumes de ambos personajes, mientras yo me ocupaba de Mortadelo, Ramón hacía lo propio con Chicha, Tato y Clodoveo junto a Lourdes Martín, que algún tiempo más tarde decidió irse y nos quedamos los dos solos. En un momento determinado que no puedo situar en mi recuerdo, se dejaron de hacer, supongo que por imposibilidad de tiempo y porque Mortadelo tenía un tirón en las ventas mucho mayor.



14ª- Para Egmont, dibujaste a varios personajes de la factoría Disney. ¿Cuál era tu favorito?



Sí, años después, y tras nacer mi primer hijo (después de semanas de no dormir y siendo muy complicado trabajar en casa), contacté con unos amigos compañeros de profesión que había conocido en unos cursos de animación y me fui con ellos a trabajar compartiendo estudio. Ellos dibujaban cómics de los clásicos de Disney y me animé a intentarlo y hacer un cambio. Así que, durante unos tres años, dibujé a Mickey, Minnie, Gooffy, etc., para la editorial Egmont. Fue una buena experiencia, pero eran tremendamente exigentes (vulgarmente los llamaría "tocapelotas") y volví a llamar a Ibáñez, que tenía una chica que le entintó esos años. Al poco tiempo me llamó y me ofreció volver a trabajar con él porque según me comentó no había quedado muy satisfecho de cómo lo hacía esa otra persona. A mí me encantaba dibujar a Gooffy.



15ª- Me gustaría destacar también tu trabajo en el mundo de la animación. ¿Son muy distintos el mundo del cómic y el de los dibujos animados?



Hice algo en animación para una productora llamada Pegbar, uno de cuyos propietarios fue profesor de animación en los cursos que antes mencioné. Trabajé en la serie "El fantástico mundo de Minus" y también en algunos planos de la primera época de "Las trillizas". Evidentemente, la animación y el cómic tienen muchas cosas en común, aunque quizás la animación te exige aún más horas y dedicación pero, por otro lado, se trabaja en equipo, lo cual es muy motivador.



16ª- ¿A qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te sirvieron y te sirven de inspiración?



Aparte de, lógicamente, Ibáñez y Raf, muchos autores de la época Brugueriana y también me ha encantado siempre el estilo franco-belga, del estilo de los de la revista Spirou (Franquín, Roba, Deliége, etc.), y por supuesto a Uderzo.



17ª- Imagino que, después de tantos años juntos, Ibáñez y tú seréis como uña y carne, llegando a confiar plenamente en tu trabajo. ¿Existe alguna diferencia entre sus páginas a lápiz de hoy en día de las de antes?



Los personajes han ido evolucionando a lo largo de estas décadas, como es lógico. El lápiz de Ibáñez ha cambiado y me lo ha ido dejando más suelto, y también ha ido cumpliendo años, y eso afecta, quieras que no, pero sigue teniendo un magnífico trazo y una capacidad de trabajo envidiable que ojalá tenga yo a su edad.



18ª- A estas alturas de la vida, creo que ya se debe estar hablando acerca de un digno sucesor para continuar con las aventuras de Mortadelo y Filemón, aunque, según palabras del propio Ibáñez, no tiene planteado jubilarse hasta dentro de 30 o 40 años.



De momento él no piensa parar, y hace poco me comentaba que, en comparación con Uderzo, que entonces tenía 85 años más o menos, él era "bastante más joven"... ahí lo dejo.



19ª- Has dibujado casi de todo. ¿A qué personaje te gustaría enfrentarte y aún no lo has hecho?



Hombre, de todo no... De Ibáñez los he dibujado todos, pero me hubiera gustado dibujar en mi época Disney a Donald, aunque debo confesar que poder haber animado o dibujado cómics de la Warner como Bugs Bunny, el Correcaminos y el Coyote, Silvestre y Piolín, Porky, etc., me encantaría. Francamente, me gustan mucho más que Disney ahora que no nos oye nadie... je, je.



20ª- ¿Eres exigente contigo mismo a la hora de trabajar?



Mucho. Siempre lo he sido y en todo lo que hago. Es bueno para ir mejorando y no acomodarse, pero también te crea a veces ansiedad y malos ratos cuando no te parece que está lo suficientemente bien el resultado de tu trabajo.



21ª- ¿Junto a qué grande del cómic te hubiese gustado trabajar?



Pues seguramente haber trabajado con Uderzo hubiera sido fantástico.



22ª- Y para concluir, a pesar de los adelantos que nos ofrece la tecnología hoy en día, sigues empleando la plumilla y los rotuladores para el entintado de las páginas. ¿Crees que las nuevas tecnologías llegarán a sustituir el método tradicional?



Sigo usando materiales y herramientas tradicionales aunque también uso para otras cosas la tableta digital y el ordenador, claro. El dibujo digital te permite corregir las veces que sea necesario y para el color ya se usa en las páginas de Mortadelo desde hace muchos años. De todas formas, el tacto del papel no tiene nada que ver con trabajar sobre la pantalla de una Wacom Cintiq o similar. Es otra sensación, pero no descarto hacer digitalmente los cómics algún día, aunque de momento el método debe ser el tradicional, como quiere el maestro.


 Impresionante ilustración de Chicha, Tato y Clodoveo realizada por Muñoz a petición mía y que sirvió para conmemorar el 5º aniversario de este blog. 

P.D.: Todas las imágenes empleadas en esta entrada (excepto su foto y el dibujo personalizado) han sido extraídas del blog y la Web de Juan Manuel Muñoz.

3 comentarios:

  1. Gran entrevista. Muchas gracias por ella.

    ResponderEliminar
  2. Muy buena la entrada Juan. Muñoz es un excelente dibujante y una gran persona. No es lógico que a día de hoy no se reconozca su trabajo. En el fútbol para que un equipo gane no basta con un delantero supergoleador de tropemilcientosmillones...

    ResponderEliminar
  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar