sábado, 10 de marzo de 2012

DON PEDRITO, QUE ESTÁ COMO NUNCA, de F. Ibáñez


Cuarto original que saco a la luz pública, y el primero que es obra del maestro Ibáñez. Como todos los entendidos en el género sabrán, no es nada fácil hacerse con un original de este historietista universal. Cierto es que circula por ahí alguna que otra página, pero… ¿a qué precio? ¿Quién puede permitirse el lujo de pagar semejantes fortunas (3000 ó 4950 euros)?

Cifras aparte (no quiero sacar cuentas), poco a poco me voy haciendo con más originales del maestro, los cuales, iré mostrando aquí en las próximas semanas.

¿Qué quién es ese tal Francisco Ibáñez? ¿Acaso queda alguien a lo largo y ancho del país (o del planeta) que no haya oído hablar de él? Por si aún queda algún rezagado, dejadme que os lo presente:




F. Ibáñez (Francisco Ibáñez Talavera), nació en Barcelona en 1936. Perteneciente a la segunda generación o generación del 57 de la Editorial Bruguera, es el padre y creador de los populares agentes de la T.I.A. Mortadelo y Filemón, entre otros muchos.

Desde muy jovenzuelo, empezó a trabajar de botones en el Banco Español de Crédito (donde permaneció durante cinco años), a la vez que empezaba a publicar sus primeros dibujos en revistas como “Nicolás” (de Ediciones Cliper), “Alex” (de Editorial Símbolo), “Chicolino” (también de Símbolo), “La Risa” (de Editorial Marco) o “Hipo, Monito y Fifí” (también de Marco), entre otras.

Para estas pre-bruguerianas publicaciones, Ibáñez realizó series cómo: El mosquito Pérez, Don Usura, Haciendo el indio, Kokolo,  o La familia Repollino.

En el verano de 1957, abandona el banco para dedicarse de lleno a la historieta, ante la negativa de toda su familia. Empezó a publicar para la revista “Paseo infantil” (de Ediciones Generales), que fue cancelada al poco tiempo. Enseguida fichó por Bruguera, dónde empezó a publicar sus primeros chistes para las revistas “El DDT” y “Pulgarcito”.

Aunque creados a finales del 57, el 20 de enero de 1958 aparecen por primera vez Mortadelo y Filemón, agencia de información (aunque la coletilla desapareció en 1969), la serie que le catapultaría a la fama mundial. La peculiar pareja de agentes, empezó su larga trayectoria en el número 1394 de la revista “Pulgarcito”. Para esta editorial (en la que estuvo trabajando durante 27 años), creó las archiconocidas y longevas series: Rompetechos, El botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, 13, Rué del Percebe, La familia Trapisonda o Don Pedrito.

Pero también dio vida (aunque corta) a otros personajes que, por diversas razones, tuvieron una breve existencia: Policarpo (1 página publicada), Felisa y Colás (2 páginas), Doña Pura y doña Pera, vecinas de la escalera (4 páginas), El escudero Bartolo o… ¡qué calor hace, Manolo! (3 páginas) o “Cabeza de Ajo”, el penúltimo navajo (1 página).

En 1985, debido a la grave situación económica de Bruguera, Ibáñez abandona la editorial, quedándose la misma con los derechos de todos sus personajes. Así que, aunque resulte extraño, Ibáñez no podía seguir dibujando ninguna de sus series que tanto éxito le habían brindado, por lo que se vio obligado a crear otras nuevas. Entonces Bruguera se puso en marcha, y formó un equipo de varios guionistas y dibujantes para continuar con la publicación de Mortadelo y Filemón, sin la mano ni el consentimiento de Ibáñez, claro está.

Esto obligó a nuestro autor a arremeter contra su antigua casa, exigiendo, espada en mano, los derechos de sus personaje. Por aquel entonces, Ibáñez empezó a trabajar para Editorial Grijalbo, publicando las series Chicha, Tato y Clodoveo, creada en 1986, y 7, Rebolling Street, probablemente, su serie más apócrifa, pues tan sólo dibujó las primeras páginas de la misma, dejando el resto en manos de Juan Manuel Muñoz (su actual colaborador) y otro chico del que se desconoce su nombre.

Tras duros años de lucha, la Ley le dio la razón a Ibáñez, y Mortadelo y Filemón regresaron a su lado. En 1987, tras la publicación de la Ley 22/1987, de 11 de noviembre, de Propiedad intelectual, se reconocieron a los autores como propietarios de sus obras. Fue entonces cuando abandonó sus dos nuevas series y se dedicó de lleno a elaborar páginas protagonizadas por sus dos famosos agentes, ya en Ediciones B, relación que perdura hasta hoy en día.




Don Pedrito fue un encargo de la empresa Nueva Línea. “Está como nunca… ¡Fundador!” era una frase publicitaria muy utilizada en la España de los años sesenta. El producto anunciado era un brandy de las Bodegas Domecq, Fundador, que tuvo una potente repercusión entre finales de los años cincuenta y principios de los sesenta.

La mascota promocional de Fundador era un tipo bajito, calvo y con bigote, el cual, era conocido como “el hombre Fundador”. Ibáñez dio vida por primera vez a este curioso personaje en el número 185 de la segunda etapa de la revista “Tío Vivo”, en 1964, y el serial se llamó Don Pedrito, que está como nunca. Pero el propio maestro matiza: “El caso de Don Pedrito fue un poco singular, porque no era una historieta publicitaria, pues no anunciaba nada; Bruguera, sencillamente, compró los derechos del personaje del anuncio televisivo de Fundador”. 




Su nombre, Don Pedrito, fue ideado en la redacción de la editorial, y fue encargado a un joven Ibáñez que, por aquel entonces, contaba con 28 años de edad. Este serial apareció casi siempre en las portadas de la revista “Tío Vivo”, y es curioso ver cómo Bruguera utilizó la imagen de una marca de brandy para crear un personaje que iban a leer miles de niños españoles. Su explicación tendrá.

Don Pedrito, lejos de anunciar una bebida alcohólica, era un simpático personaje que se dedicaba a deambular por las calles, cruzándose con amigos y conocidos y demostrando sus habilidades o debilidades. El humor que Ibáñez empleó en este serial era mucho menos agresivo que el empleado en sus historias de Rompetechos, algo que se adaptaba mejor con su público infantil.

Don Pedrito era un hombre bienintencionado que siempre iba buscando empleo y su actitud no desencadenaba secuencias desternillantes. Para evitar que la serie fuese demasiado sosa y aburrida, Ibáñez utilizaba chistes o diálogos de clara incorrección política, gracias a los cuales, daba fluidez a sus historias.

Como ya venía siendo habitual con los personajes de Ibáñez, a partir de 1967, la serie pasa a manos de otros dibujantes, siendo el más habitual Blas Sanchís, que ya se había encargado de la continuidad de varios seriales de Vázquez.

Por lo tanto, queridos lectores, aquí os dejo con esta impresionante página original (entintada por el propio Ibáñez, que todo hay que decirlo) para el disfrute de muchos y la envidia (sana) de otros cuantos. 

Página original de Don Pedrito, que está como nunca, publicada en el número 197 de la revista "Tío Vivo".

3 comentarios:

  1. NOTA ACLARATORIA:

    La página original de Don Pedrito, aunque parezca que está dividida en dos, en realidad, es una sola pieza. Debido al gran tamaño de la misma, me he visto obligado a escanearla en dos veces, ya que mi escáner es para páginas tamaño A4.

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  2. EL QUE HABLA CLARO10 de marzo de 2012, 21:09

    LE QUIERO COMENTAR QUE LA BREVE EXPOSICIÓN QUE HA HECHO RELATANDO LA VIDA E HISTORIA DEL SEÑOR IBÁÑEZ ME HA PARECIDO.....GENIAL.

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  3. Me sumo a las felicitaciones del señor "El QUE HABLA CLARO". Simplemente extraordinario. Se nota el bagaje cultural que tienes en el mundo del cómic y, parece ser, sobre todo con Ibáñez... creo que debe de ser uno de tus favoritos porque lo mencionas bastante en tu blog. Los originales son difíciles de conseguir y me imagino que bastante caros. Espero ver por aquí alguno más que tengas porque no tiene desperdicio ver todos los detalles del uso de la tinta cuando uno hace "zoom" en el dibujo, ahí es donde se muestra la laboriosidad de estos dibujos.

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