Hablar de Juan Álvarez es hablar de Jorge Gómez, y viceversa. El tándem, que se complementa a la perfección, lleva un montón de años trabajando en común unión y, precisamente éste, celebran su 35º aniversario (1986-2021). Para ello, han editado un tomo recopilatorio (Artbook) de 92 páginas donde podemos ver algunas muestras de sus numerosos trabajos como dúo escogidas al azar desde el principio de los tiempos hasta hoy. Bien es cierto que, a lo largo de todo este tiempo, ambos han publicado proyectos por separado, pero está claro que lo suyo es estar juntos y, enseguida, empiezan a echarse de menos.
A principios de enero les invité a aquella fiesta que hoy celebramos por estos 10 años del blog. Como era de esperar, ni uno ni otro me pusieron inconveniente alguno. Todo lo contrario, estaban ansiosos por asistir al evento. Y aquí los tenemos, recién llegados y aplastando el timbre de la puerta como si no hubiese un mañana. Se les ve bien, con mucha energía y con ganas de unirse a la fiesta, pero más aún, con ganas de reencontrarse conmigo porque, pese a ser paisanos de un servidor, todo este tinglado montado por la pandemia y los confinamientos de marras nos han mantenido separados durante mucho tiempo. Al abrir la puerta allí estaban, con su eterna sonrisa dibujada en sus caras y vestidos con sus mejores trajes comprados expresamente para la ocasión. Ambos saben que les admiro desde siempre, que les sigo allá por donde van y, lo más importante, que les quiero. Por esta razón, han sabido corresponderme obsequiándome con dos de mis mayores debilidades: un dibujo original y, encima, de los Masters del Universo. ¿Qué más puedo pedir? Agradecido de los pies a la cabeza, les invito a pasar y a reunirse con el resto de invitados. Amigos, mil millones de gracias…
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