Todo marchaba como la seda. Mientras esperábamos al resto de invitados, llegó la hora de sacar los primeros platos de un aperitivo preparado para la ocasión con todo el cariño del mundo. Aún no habíamos empezado con su degustación cuando nos volvió a acompañar la melodía de aquel timbre de la puerta que empezaba a convertirse en algo familiar. Mi alegría no podía ser mayor cuando descubrí quién era el próximo asistente de la fiesta. López Espí, un titán entre titanes, aguardaba al otro lado de la puerta. Rafael era otro de los invitados estrella que sí o sí debían estar presentes en esta celebración de aniversario.
Este infatigable dibujante, que ni de lejos quiere pensar en la jubilación, se mostró muy interesado en asistir a este acto desde el primer día que supo de la noticia. Sólo él y yo conocemos el colosal proyecto que nos une desde hace ya unos cuantos años. Los socios suscriptores del Fans Club, con el propio López Espí como capitán del barco, están siendo testigos de la magnitud del mismo gracias a las contraportadas a color de FansFun Magazine, gloriosa revista editada con periodicidad trimestral y que únicamente se puede conseguir mediante suscripción al Club. Con el tiempo, todos seremos testigos de una estrecha colaboración que ya ha sobrepasado el primer lustro de vida. Tras un fuerte apretón de manos, al que le siguió un prolongado abrazo, le invité a unirse a la fiesta. Allí se reencontró con viejos amigos y, juntos, se encargaron de regalarme momentos inolvidables.
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