¡No os podéis ni imaginar lo agustito que se está aquí, en El Caribe, tumbado bajo una sombra bebiendo una refrescante bebida afrodisíaca! ¿Os podéis hacer a la idea? ¿Nooo? Yo tampoco, que ahora me encuentro escribiendo esta entrada medio tumbado sobre mi escritorio de trabajo. Pero soñar es gratis, ¿no?
Refrescante y veraniego dibujo el que toca comentar hoy. Aquí Noé es un mujeriego empedernido pasado de alcohol, y desobediente como el que más de los mandatos de su Jefe. ¡Pobres animales! Seguro que ya tenían comprado el billete de embarque y las maletas echas para el viaje. Noé tuvo que pensárselo mejor y, ya que tenía que estar a bordo de aquel Arca no sé cuántos días, ¿por qué hacerlo rodeado de animales cuando podía estar en compañía de tías buenas con ganas de marcha? Es muy curioso ver los bikinis que se llevaban en aquellos tiempos; hay que reconocer que son bastante parecidos a los de hoy día. Este dato arqueológico se desconocía hasta hoy, día que he decidido hacerlo público a nivel mundial.
Estoy seguro de que al protagonista de este dibujo debió hacérsele el viaje muy corto, y es más que probable que, una vez las aguas volvieron a su cauce, sobornara a su Jefe con un buen jamón de Jabugo, con el fin de que provocara un segundo diluvio universal.
Por suerte, Dios parece ser vegetariano.