domingo, 29 de noviembre de 2015

EL CAPITÁN TRUENO, EL ÚLTIMO COMBATE, de Joan Boix



Nuevo original de Joan Boix que, desde hace un tiempo, forma parte de mi extensa y preciada colección. La presente página (la número 1) sirvió como punto de partida del álbum El último combate, protagonizado por El Capitán Trueno y todos sus amigos y, posiblemente, el que más polémica ha cosechado en toda la historia del personaje.




Dibujado entre finales de 2009 y principios de 2010 (año que fue publicado por Ediciones B) por el maestro Joan Boix a raíz de un guión firmado por Ricard Ferrándiz, quien continuó escribiendo sus aventuras y dibujando al personaje en los álbumes Atlántida (publicado en 2011) y La espada del invencible (publicado en 2013), en El último combate nos encontramos con un Capitán Trueno, ya entrado en años, que vive exiliado en la soledad de su castillo de Ampurdá tras la trágica muerte de Sigrid. Cierto día, un desconocido llama a su puerta en busca de refugio. Aquel anónimo visitante portaba en sus manos unos cotizados manuscritos que formaban parte de un valioso tesoro, los cuales, eran perseguidos por el inquisidor de Toulouse, quien no duda en ordenar a su sanguinario ejército que atente contra los ocupantes de aquel apacible y solitario castillo con la única finalidad de que aquellos pergaminos cayeran en su poder. Este improvisado ataque obliga al Capitán Trueno a empuñar de nuevo su espada después de tanto tiempo y a volver a reunirse con sus viejos amigos para lograr acabar, reforzados por la ayuda de los Templarios, con las fuerzas del mal.

Esta historia se bautizó, inicialmente y ante el asombro de todos los fans del héroe, como La muerte del Capitán Trueno*, título que, enseguida, fue sustituido por el definitivo El último combate. Y la polémica estaba servida. Esta no fue la primera vez que Boix se ocupó de dar vida a Trueno, ya que, en 1990, apareció, con gran éxito, el cuadernillo Cita en Córdoba, ilustrado por este autor y escrito por Víctor Mora, guionista original de la serie. En este primer encuentro con el personaje, Joan Boix trató de ser lo más fiel posible al estilo plasmado por Ambrós, propósito que no tuvo tan en cuenta en El último combate, donde, conservando la esencia del dibujante original, aquí vemos un trazo más de Boix que de Ambrós.

De la presente página destacar que corresponde a la número 1 de esta aventura, que incluye una impresionante y detallada primera viñeta inicial y que nos regala la primera aparición de Trueno en El último combate.

*En las últimas páginas del álbum, podemos ver cómo el inmortal Trueno es vencido en plena batalla. 


 Página original de El último combate, dibujada por Joan Boix y dedicada por el autor.




sábado, 28 de noviembre de 2015

ACUESTE YA A SUS BORREGOS, Y LEA ESTOS CHISTES DE VIDEOJUEGOS (II)



Para esta semana me he reservado la segunda página de esa historieta que dibujé para el “Cretino” número 38 (16 en digital) dedicado a los videojuegos. Conservando la misma estética de la hoja anterior (de otro modo, no tendría ningún sentido), ha llegado el turno de seguir repasando aquellas parodias que un servidor tuvo el bien de realizar de algunos de los videojuegos más míticos que haya parido madre.

Arrancando con una divertida primera viñeta en la que los protagonistas son Sonic y su amigo Tails, ese zorro amarillo de dos colas (Gollum es un simple secundario), continuamos con Resident Evil (y los complejos de belleza de uno de sus cuantiosos monstruos), el bestial Donkey Kong (que saca a relucir, una vez más, su famosa mala gaita), los tiernos bichitos de Bubble Bobble (plasmando una de sus muchas noches de resaca de estos dos simpáticos dragoncillos amantes de las burbujas y del buen vino), el malogrado Bomberman (que de haber sido creado hoy se le hubiese encarcelado por terrorista) y Asteroids (el Australopithecus de los videojuegos).

Y hasta aquí mi humilde colaboración para aquel número 38 del “Cretino Digital”. Espero que haya sido del agrado de todos y que, a aquellos que empezáis a lucir canas, os haya hecho recordar vuestra más tierna y bonita infancia.

Fin del juego.



domingo, 22 de noviembre de 2015

LOS TRES MOSQUITOS, de Kito



Llevaba bastante tiempo circulando por Internet la noticia de que Kito e Ibáñez eran la misma persona. Yo siempre lo negué. Supuestamente, los años en los que el maestro estuvo trabajando para Editorial Marco (década de los cincuenta), utilizó varios seudónimos para firmar sus páginas, entre ellos, el ya mencionado nombre de Kito. Y las masas seguían lanzando suposiciones; hasta buscaron una posible explicación a este sobrenombre. El dueño de la editorial, Tomás Marco Debón, llamaba a aquel joven Ibáñez por el diminutivo de Francisquito, de ahí que firmara utilizando las últimas cuatro letras de este vocablo: (Francis) Kito. La noticia se extendió por la red como una llama sobre un rastro de gasolina, provocando confusión a los expertos en la obra de Ibáñez y fabricando, así, un falso mito que hoy continúa (aunque en menor medida) en boca de todos.

Yo no lo vi tan claro como lo hizo la gran mayoría. Aunque es cierto que el estilo de ambas firmas (F. Ibáñez y Kito) era casi el mismo, siempre existían pequeños detalles que no acababan de cuadrar. Y yo seguía contrariando esa falsa información que muchos creyeron cierta.

Finalmente, y gracias a una laboriosa y necesaria investigación por parte del amigo Hergest, administrador del blog Pensión el Calvario, el 26 de noviembre de 2012 pudimos descubrir (a mí no me pilló de susto) que Ibáñez y Kito eran dos personas distintas (y muy buenos amigos). Han pasado varios años desde que se destapó este misterio, pero aún, hoy en día, hay gente que sigue perjurando que el maestro firmó con el nombrado seudónimo. No hay más ciego que el que no quiere ver…

Aclarado este punto que considero de gran importancia, el lector ya se encuentra en disposición de conocer a este prolífico autor desconocido por la gran mayoría.




Kito (Francisco Pérez Espinosa) nació en 1937 en el vecino pueblo de Los Ramos (Murcia). Sus inicios como dibujante los hallamos en un periódico de la región llamado “Línea”, allá por 1953. Para este diario creó la sección Nuestros bonitos pronósticos que, tal y como su nombre indicaba, y mediante unos divertidos personajes, debía predecir el resultado de los partidos de fútbol antes de que se jugasen.




En 1955 se traslada a vivir a Barcelona. Poco después, aparece una nueva revista: “Sandalio”, para la que Kito crea a su primer personaje: Paco Carpeta, un desdichado historietista que deambula de un lado para otro en busca de un trabajo digno como dibujante.




Al año siguiente (1956), ficha por Editorial Marco para trabajar en su revista “La Risa”. Allí coincide con el resto de la plantilla de dibujantes: Martínez Osete, Raf, Ibáñez, Ripoll, Belindo..., todos bastante jóvenes. Se le encarga volver a montar varias páginas de Emili Boix publicadas en la revista “Hipo, Monito y Fifí” tras la marcha de este dibujante a tierras americanas, además de colorear varios cuadernos de Martínez Osete y rotular diversas páginas. Con el tiempo, se encargaría de la continuidad de Levy Berzotas, Sherlock Gómez (ambas de Raf) o Los Tres Mosquitos (de Ibáñez), cuando estos dibujantes se marcharon a Editorial Bruguera. 








A principios de los sesenta, empieza a publicar en la revista femenina “Babette”, de Ediciones Toray, dibujando al personaje del mismo nombre con guiones ajenos. Su estilo aquí era muy distinto al plasmado en Editorial Marco, donde se le notaba una fuerte influencia ibañezca. Pero su hazaña duró poco, ya que la censura acabó con esta revista cuando sólo se había publicado el primer número. Tras este batacazo, Kito siguió trabajando para Toray en “Fulgor” y “Hazañas Bélicas”.










A los pocos meses, este autor se traslada a París, lugar donde empieza a publicar en diversas revistas de la época: “Le Herisson”, “París Presse” o “Frimousse”. Entre sus numerosos trabajos, cabe destacar el realizado en la serie El Florocof Romos, escrita por René Goscinny (guionista de Astérix, Lucky Luke o Iznogud) y publicada en la revista “Pilote” (de la que Goscinny fue cofundador y director). 




Tras disminuir su volumen de trabajo debido a la decadencia de las revistas para las que trabajaba, Kito regresa a Barcelona. Poco después, recibe una suculenta oferta de Bruguera que Kito no duda en rechazar. Las condiciones impuestas no son del agrado del autor ya que la editorial era quien se quedaba con todos los originales y el sueldo era bastante inferior al que cobraba en las revistas francesas. Por estas razones, Kito decide apartarse del dibujo y empieza a trabajar como vendedor en una inmobiliaria, por cierto, con bastante éxito.

En 1974, regresa a su Murcia natal, concretamente, al pueblo de Águilas, lugar donde vivió durante bastantes años. Retomó su carrera como dibujante, publicando en varios periódicos de la región como: “La Verdad de Murcia”, “El Diario de Murcia”, “La Voz de Murcia”, “El Más Deportivo” y “La Opinión de Murcia”.

En la actualidad, disfruta de una merecida jubilación ocupando su tiempo en otra de sus grandes pasiones: la pintura. 


 Página original de Los Tres Mosquitos dibujada por Kito.

sábado, 21 de noviembre de 2015

ACUESTE YA A SUS BORREGOS, Y LEA ESTOS CHISTES DE VIDEOJUEGOS (I)



El número 38 (16 en su edición digital) de la revista “Cretino Digital” estuvo dedicado al universo de los videojuegos. Hoy me hallo bastante apartado de este mundo (¡ay, mi horrible falta de tiempo libre!), pero confesaré que, hace tiempo, hubo un día en que un servidor llegó a declarar su amor a su impasible consola de videojuegos. La de horas que habré pasado sentado frente a la pantalla del televisor aplastando marcianitos. 




Por esta razón, y aunque pueda parecer que vivo anclado en el pasado, mi colaboración para ese número 38 se basó en parodiar los videojuegos más sonados de la época que se dignaron a envejecer a mi lado. La cubierta de dicha publicación fue obra de Dani Hellez (magistral trabajo, por cierto), y las páginas 30 y 31 fueron dibujadas por un servidor. Arrancando con una primera viñeta que recoge el título de esta historieta de dos páginas (con la habitual coletilla haciendo la rima), las 11 restantes fueron transformadas en antiguas pantallas de televisión en donde los personajes principales de varios juegos de video conseguían campar a sus anchas.

Así, para esta primera muestra, se dieron cita: el gran Mario Bros. (quién no ha tenido pesadillas con aquella musiquilla…), el tragón de Pacman (la de puntitos blancos que habré devorado…), el osado Alex Kidd (me volvió un adicto al juego de “piedra, papel o tijera”), el inmortal Tetris (no existe cifra para contabilizar las horas que habré pasado encajando piezas sobre aquel fondo oscuro) y, como no, Street Fighter (todavía se me saltan las lágrimas al recordar mi juego de lucha favorito). 




P.D.: Para la siguiente entrada me reservo la página número 2, cuyas viñetas están protagonizadas por el resto de personajes. Press start to continue? 9, 8, 7, 6…

domingo, 15 de noviembre de 2015

KOKOLO, de Francisco Ibáñez (Parte IV)



Esta semana, cerramos este especial dedicado al personaje de Kokolo con una página dibujada por Ibáñez, su creador.

Tras una primera plancha de Pueyo y dos dibujadas por Pont (dibujantes que se encargaron de este personaje tras la marcha de Ibáñez a Bruguera), hoy expondré, como eje central de esta entrada y a modo de conclusión, una divertida página publicada en la revista “La Risa” en donde un jovenzuelo Ibáñez (tengamos en cuenta que creó a este simpático individuo con tan sólo 19 primaveras) hizo uso de su directo e inagotable sentido del humor.

Un cartel clavado en el tronco de un árbol pone al corriente al jefe de Kokolo sobre un inminente campeonato en el que se dará una recompensa (nada más y nada menos que una vespa) al audaz que cace más leones. Kokolo, haciendo uso de su ingeniosa habilidad, se inscribe al mismo (o eso es lo que Ibáñez nos quiere hacer creer) sin la necesidad de usar arma alguna. Esta valentía deja boquiabierto a su jefe, quien no duda en comunicarlo al resto de sus colegas cazadores. Finalmente, y alertados por el bullicio que se forma en una apartada orilla, comprueban con sus propios ojos que las intenciones de aquel supuesto héroe eran bien distintas. ¿Por qué perder el tiempo y la salud cazando leones cuando puedes matar el rato jugando unas partidas al futbolín?

P.D.: Conviene no pasar por alto la forma en que Ibáñez traza la última letra de su firma. No es lo más común que el maestro altere su rúbrica (desde su primera página publicada sigue firmando igual que hoy), pero cierto es que, alguna vez, se ha podido ver la “z” trazada de esa forma.



domingo, 8 de noviembre de 2015

KOKOLO, de Pont (Parte III)



Tercera página original protagonizada por el entrañable Kokolo y la segunda dibujada por Pont. Al igual que la anterior plancha del mismo autor, aquí vuelve a presentarnos una historieta muy divertida concentrada, únicamente, en una sola página.

El jefe (por llamarlo de algún modo) de Kokolo tiene la maquiavélica ocurrencia de salir a cazar avestruces (el hombre no tenía nada mejor que hacer ese día). Para ello, no inventa otra cosa que embutirse en un disfraz de avestruz para lograr pasar desapercibido. Sale a la calle ataviado con esas pintas y, cuando se dispone a dar caza al primer macho que se le cruza por el camino, el bonachón de Kokolo, haciendo aparición en escena, le hace pagar por su sanguinaria idea, eso sí, sin ser consciente de ello.

Pont nos presenta una página muy bien elaborada, con personajes algo más sueltos que en su anterior trabajo mostrado aquí hace justo una semana. Las posturas de los protagonistas de esta historia también son más comunes, y el estilo se ciñe más al creado por su mentor: Francisco Ibáñez.



sábado, 7 de noviembre de 2015

LOS SERIALES DE IBÁÑEZ: UHU Y EL NIÑO PRUDENCIO



Nueva incursión de Francisco Ibáñez en el universo publicitario. La creación de la agencia de publicidad Nueva Línea, propiedad de Editorial Bruguera, inició, en los años sesenta, una extensa producción de historietas enfocadas a publicitar cualquier tipo de producto. Una de esas primeras series fue encargada al maestro, quien se ocupó de dibujarla a lo largo de sus dos primeros años de vida, la cual, anunciaba un pegamento de origen alemán. El serial al que hago referencia es Uhu y el niño Prudencio, nacido también en el prolífico 1964, año en el que el trabajo se acumulaba sobremanera encima de la mesa de Ibáñez. 


 Cabecera de la serie.



 El niño Prudencio y Uhu.

El creador de Mortadelo y Filemón recibió varios encargos por parte de esta empresa publicitaria, los cuales, no parecían gustar demasiado a Rafael González, director editorial: “Cuando se creó Nueva Línea, empezaron las broncas de los miércoles (ese era el día en que había que entregar el material en redacción). El señor González consideraba que estos encargos eran una interferencia clara en el ritmo desenfrenado de las entregas de las series regulares; no podía concebir que no pudiera entregar a tiempo el material para las revistas semanales por culpa de las historietas publicitarias”, confiesa Ibáñez, quien estuvo al frente de este serial durante sus dos primeros años de vida, siendo sustituido por Martínez Osete y Bernet Toledano, que lo continuaron hasta su desaparición en 1969.

Esta serie apareció en las revistas “Pulgarcito”, “Tío Vivo” y “El DDT”, y estaba protagonizada por el búho Uhu (búho en alemán) y su amigo, el niño Prudencio, que, a pesar de haber salido de la pluma de nuestro autor, quien perfilaba a todos sus personajes con cierto aire gamberro, apuntaba buenas maneras. Uhu llevaba siempre consigo un tubo de pegamento, e iba desperdigándolo siempre en plena calle, generando con esto unas situaciones de lo más divertidas. Fuera como fuese, al final de estas curiosas historias siempre se hacía justicia, pues los malos de la película eran castigados y siempre acababan recibiendo su merecido. 














domingo, 1 de noviembre de 2015

KOKOLO, de Pont (Parte II)



Segunda entrada de las cuatro consecutivas que he decidido dedicar al personaje de Kokolo. En la semana anterior ya apunté que este simpático negrito nació en el número 85 de la revista “La Risa”, en 1955, de la mano de Francisco Ibáñez. Este autor se ocupó de su retoño a lo largo de bastantes números, hasta que llegó el momento de su marcha a Bruguera. Y Kokolo, que decidió quedarse en Editorial Marco, pasó a manos de otros dibujantes.

En la anterior entrada ya hablé de Pueyo, de quien expuse una página original protagonizada por este africano bonachón. Esta semana hablaré de Pont, otro de los dibujantes encargados de dar continuidad al personaje. Al igual que ocurrió con Pueyo, los datos que nos harán conocer la carrera de este dibujante son, a mi entender, inexistentes. Esto me ha llevado a la conclusión de que, estos dos autores, no debieron tener una carrera muy influyente en el mundo de la historieta (cómo me gustaría equivocarme).

En el presente original, Pont desarrolló una aventura bastante divertida (el jefe de Kokolo trata de buscar un cocinero con buena mano y que cobre poco), cargada de violencia (Ibáñez hubiera hecho lo mismo), pero plasmando unos personajes algo más estáticos y realizando, en algunos casos, unas posturas un tanto extrañas. En la ansiada búsqueda de ese reputado chef, Kokolo le presenta, en primer lugar, a uno de origen chino; después, a otro de nacionalidad árabe (que decía cobrar menos que el chino) y, ya por último, a uno que había sacado de su tribu (que cobraba menos que el árabe y el chino y sólo se conformaba con un poco de comida para saciar su apetito). Finalmente, e impulsado por su lado más mísero, se decanta por este último, aunque el final no es tan feliz como esperaba. Y es que claro, lo barato, al final, sale caro…