Segunda entrada de las cuatro
consecutivas que he decidido dedicar al personaje de Kokolo. En la semana
anterior ya apunté que este simpático negrito nació en el número 85 de la
revista “La Risa”, en 1955, de la
mano de Francisco Ibáñez. Este autor se ocupó de su retoño a lo largo de
bastantes números, hasta que llegó el momento de su marcha a Bruguera. Y Kokolo,
que decidió quedarse en Editorial Marco, pasó a manos de otros dibujantes.
En la anterior entrada ya hablé
de Pueyo, de quien expuse una página original protagonizada por este africano
bonachón. Esta semana hablaré de Pont, otro de los dibujantes encargados de dar
continuidad al personaje. Al igual que ocurrió con Pueyo, los datos que nos
harán conocer la carrera de este dibujante son, a mi entender, inexistentes.
Esto me ha llevado a la conclusión de que, estos dos autores, no debieron tener
una carrera muy influyente en el mundo de la historieta (cómo me gustaría
equivocarme).
En el presente original, Pont
desarrolló una aventura bastante divertida (el jefe de Kokolo trata de buscar
un cocinero con buena mano y que cobre poco), cargada de violencia (Ibáñez
hubiera hecho lo mismo), pero plasmando unos personajes algo más estáticos y
realizando, en algunos casos, unas posturas un tanto extrañas. En la ansiada
búsqueda de ese reputado chef, Kokolo le presenta, en primer lugar, a uno de
origen chino; después, a otro de nacionalidad árabe (que decía cobrar menos que
el chino) y, ya por último, a uno que había sacado de su tribu (que cobraba
menos que el árabe y el chino y sólo se conformaba con un poco de comida para
saciar su apetito). Finalmente, e impulsado por su lado más mísero, se decanta
por este último, aunque el final no es tan feliz como esperaba. Y es que claro,
lo barato, al final, sale caro…
No hay comentarios:
Publicar un comentario