domingo, 24 de abril de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE III: SEGIS Y OLIVIO, por Jaume Rovira



Jaume Rovira es el siguiente autor de la lista que se unió a participar en el 5º aniversario de este blog. Su nombre lo hemos visto asociado tanto al mundo de la historieta como, más recientemente, al de los dibujos animados. De su mano han salido personajes tan dispares como Pepe, Vicente, el Dependiente, Tam-Tam de los monos o Segis y Olivio, protagonistas absolutos del original que Rovira realizó, expresamente, para conmemorar este acto. Cuando le comenté la idea que rondaba por mi cabeza y le propuse participar en aquella colosal entrada que un servidor redactaría con motivo de ese 5º aniversario que estaba por llegar, no lo dudó lo más mínimo y se unió a mi ambicioso proyecto. Es de agradecer la ilusión y el entusiasmo que demostró desde el primer momento, implicándose en esta aventura a pesar de los escasos huecos libres de su apretada agenda.




Fruto de su buen hacer nació el dibujo original que ya mostré en su día y que hoy vuelvo a hacerlo como cierre a esta especial entrada. Ahí podemos ver a sus queridos Segis y Olivio, aquellos traperos de alivio que se han visto obligados a dedicarse al pastoreo de ovejas desde que se inició la grave crisis en el sector de la historieta. Además de su divertida página original, Jaume Rovira, haciendo uso de su generosa amabilidad, respondió a mi particular entrevista planteada, la cual, recomiendo no pasar por alto y que se puede leer una vez concluido el apartado de su biografía. Pero no adelantemos acontecimientos. Pongámonos, en primer lugar, al corriente acerca de la trayectoria profesional de este autor, cuyo curriculum es tan amplio como su genial sentido del humor. Una vez repasada su biografía, ya nos encontraríamos en disposición de meternos de lleno con esa entrevista. Pero, como he dicho, vayamos por partes...




Jaume Rovira (Jaume Rovira Freixa) nació en Sentmenat (Barcelona), el 29 de junio de 1951. Tras licenciarse en Historia del Arte en la Universidad de Barcelona, y después de instruirse en varios estudios, realizó un curso de dibujo por correspondencia dirigido por el maestro Escobar, creador de Zipi y Zape o Carpanta.

En sus inicios, pasó a tinta diversas páginas de Vázquez, convirtiéndose, a su vez, en su gran referencia, ya que eran latentes las influencias del creador de Las Hermanas Gilda en sus trabajos de la época. 





Fichó por Editorial Bruguera en 1970, publicando en la revista “El DDT” un personaje llamado Pepe. Su producción para esta editorial fue en aumento, llegando a crear varias series de éxito (Vicente, el Dependiente, Segis y Olivio, Piluca o Pablito) para las revistas “Din Dan”, “Mortadelo”, “Zipi y Zape”, “Pulgarcito” o “Tío Vivo”.

















Su permanencia en Bruguera se prolongó hasta 1986, año del cierre definitivo de la editorial, fichando, entonces, por Grijalbo, donde publicó sus nuevos trabajos en la recién nacida revista “Guai!”.

También trabajó para la factoría Disney, dibujando historietas de algunos de sus personajes más célebres. 




A principios de los noventa, el mundo de la historieta atravesó una fuerte crisis, la cual, se llevó por delante muchas de las revistas que, hasta entonces, se venían publicando con gran éxito. Esto supuso que muchos de aquellos dibujantes perdieran su trabajo, los cuales, tuvieron que buscarse la vida, bien en otras editoriales, o bien, en otras profesiones.

En 1992, Jaume Rovira se inició en el mundo de los dibujos animados, trabajando para D´Ocon Films, BRB, Cromosoma, Neptuno Films o Estudios Moro, donde colaboró en distintos departamentos. 



 
En 2003 se estrenó como realizador en la serie Els Lacets. Luego, continuando en esta misma faceta, vinieron otras 6 películas animadas realizadas entre 2004 y 2007.








Tras estos apuntes, llegó el momento de exponer la ansiada entrevista. Sé que muchos, impulsados por esas irrefrenables ansias por descubrir qué se encerraba detrás de mis múltiples cuestiones, habréis pasado por alto los párrafos anteriores para empezar, directamente, por las líneas siguientes. Para todos los que hayáis empezado a leer desde el principio, he aquí las maravillosas y relevantes respuestas con las que, hace unos días, me obsequió Jaume Rovira. ¡Silencio!, se rueda…



  
1ª- Pregunta indispensable y con la que me gusta abrir todas mis entrevistas: ¿Dónde y cuándo empezaste a publicar tus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente de aquella época?

Los primeros dibujos publicados, fueron ilustraciones de chistes escritos por Matías Guiu, Perich, Turnes y otros, en “Gran Pulgarcito”, trabajo que compartía con Gosset y March. La primera página con personaje propio, fue el 8-12-1969, que bautizaron como Pepe, en la revista “DDT”. Fue una sorpresa enorme para mí, pues no sabía nada, hacía tiempo que estaba trabajando con este personaje sin nombre, más que nada buscando un estilo, iba una vez al mes a la Editorial, enseñaba mis páginas y me aconsejaban y dirigían… Primero fue estilo Hergé, después Uderzo y finalmente Vázquez, y ahí por lo visto les gustó, le pusieron nombre y lo editaron. Cuando aquella mañana fui a la redacción, Jordi Bayona, el redactor jefe me dijo, “Toma, ojea este “DDT”, acaba de salir de imprenta”… Y aluciné al verlo, creí que era una broma…

2ª- ¿Cuál fue tu primer dibujo o página que te publicaron?

Bien, ya está contado, sólo añadir que al salir de la Editorial, todavía flipando, fui directo a un kiosco a comprar el mismo número para comprobar si era cierto… Todavía me resonaba en los oídos lo que me acababan de decir: “A partir de ahora ya sabes, trae una página a la semana, más ilustraciones de chistes… y si todo marcha bien, ya veremos…”. Yo había comenzado este año en la Facultad de Filosofía y tuve que adaptarme al nuevo y recién trabajo y a la Universidad, que de ninguna manera quería dejar…

3ª- Imagino que la devoción por el dibujo ya te viene desde la niñez…

Desde luego. Creo que esto es un clásico entre los de nuestra profesión. Si, de muy pequeño me encantaba ver a la monja cómo dibujaba en la pizarra con tizas de colores y yo la imitaba… Mi madre, a los diez años, me regaló una caja de pinturas al óleo, fue una bomba para mí, el “click” que me faltaba, y de hecho comencé por ahí, pintando al óleo,  pintaba a todas horas y de todo… Hasta que se cruzó un Curso por correspondencia de Escobar, empecé a estudiar caricatura e historieta. Como el propio Escobar, a quien yo admiraba desde siempre por mi gran afición a los tebeos, me corregía personalmente, me estimuló muchísimo. Era un placer ver sus correcciones a lápiz rojo sobre mis ingenuos y toscos dibujos…




4ª- ¿Cómo era tu vida antes de convertirte en un profesional del dibujo? ¿A qué te dedicabas?

Yo creo que la primera vez que fui a Bruguera tendría unos 16 ó 17 años, así que serían un par de años de idas y venidas. Lo mío, lo que “tocaba” era estudiar, Bachillerato, hasta el COU, que entonces se llamaba Preuniversitario, y la Universidad. El dibujo fue algo que comenzó como un hobby y acabó, bastante rápido, en profesión, y la Universidad, que tenía que ser mi profesión, acabó como hobby. Y todo porque los vientos eran favorables para el mundo de la historieta, era la época dorada de Bruguera y necesitaban sangre nueva y mucho material. La inmensa suerte y el privilegio de encontrarte en el sitio justo en el momento adecuado, eso… Y sobre todo el apoyo y el entusiasmo de mi padre que fue el verdadero responsable de casi todo.
   
5ª- Como ya has comentado, realizaste un curso de dibujo por correspondencia dirigido por el gran Escobar. ¿Qué recuerdos guardas? 

Escobar con sus alumnos mantenía cierta distancia, era un maestro eficaz y un grandísimo profesional, pero nunca quería implicarse emocionalmente y menos profesionalmente con nadie. Su lema, sin decirlo, era: Si vales, es inútil que yo te recomiende o no, saldrás adelante; si no vales, tampoco te servirá de nada mi recomendación. Así que no creo que jamás recomendara a nadie, y menos, de sus alumnos, cosa que me parece estupenda y muy honrada. Yo tuve más relación con él cuando ya trabajaba como profesional, hablamos mucho, estuve en su estudio, y me ayudó a hacer un trabajo para la Universidad sobre el Dibujo Animado español desde sus inicios hasta los años 40, tema del que él era un experto, a parte de uno de los pioneros. Era un gran contador de historias y a mí me fascinaba escucharle. Además de historietista, era caricaturista, ilustrador, autor teatral, guionista, director de teatro… Y era de los pocos eslabones que conocí entre los grandes dibujantes de principios de siglo: Opisso, Junceda, Tono, etc., a la gran generación de dibujantes de los años 50, 60, 70… Tenía una memoria prodigiosa y, como Ibáñez, era un trabajador infatigable…




6ª- En 1970 empezaste a trabajar para Bruguera. ¿Cómo surgió todo? ¿Qué páginas presentaste para que los mandamases de la editorial vieran tu trabajo?

Como ya he apuntado, llevaba dos o tres años de visitas periódicas a la redacción de Bruguera, era el método utilizado en aquellos tiempos. Cuando aparecía por allí un chaval al que consideraban que tenía madera, lo iban dirigiendo, reconduciendo y acercándolo lo más posible a la línea Bruguera. Cuando lo veían más o menos maduro y apto, habían dos salidas: o te daban ya un personaje, o te incorporaban en un equipo de entintadores. En mi caso, las primeras páginas que traje eran 100 % estilo Hergé. Había copiado, con toda la pasión del mundo, páginas enteras de Tintín (que todavía conservo) y había creado personajes e historias a la “manera Tintín”… Enseguida me dijeron que aquel estilo, que en aquella época se denominaba de línea clara, no encajaba para nada ni en la editorial ni en el país (aquí no tuvieron buen ojo, porque posteriormente en revistas como “El Cairo” y otras, hubo una eclosión, un “boom” de la línea clara), así que me pasé a Uderzo, con quien me sentía muy cómodo, también había copiado páginas enteras de Asterix, y posteriormente pasar a mis personajes por ese tamiz… Ahí estaba cuando me propusieron entintar algunas páginas de Vázquez, un par de meses. Mi relación con Vázquez, corta pero muy intensa, me marcó muchísimo, y llegué a ese punto que ellos buscaban, por fin encajaba en el estilo Bruguera…








7ª- ¿Qué relación tenías con los dibujantes de esta casa?

En la sala de espera de la redacción era donde te encontrabas con todos los dibujantes, yo era el más joven y desconocido y, naturalmente, alucinaba al ver y escuchar las conversaciones entre aquella gente que tanto admiraba: Escobar, Peñarroya, Segura, Ibáñez, Raf, Vázquez, Schmidt, Ambrós, Gosset, Nadal… Todos estaban por allí… Después de la entregas, o antes, siempre podías encontrarlos en un bar que había justo frente a la Editorial tomando un café o desayunando, ahí comencé a alternar con ellos. Recuerdo especialmente a Raf, tomando un café en la barra, a quien yo, de entrada, como a todos, le traté de usted. Me dijo que, por favor, le hablara de tú, que éramos colegas, al tiempo que me pedía que le enseñara mis páginas. Las miró rápidamente y me dijo: “Muy bien, pero las trabajas demasiado… y qué limpias están, mira las mías”… Me enseñó los originales que llevaba, era un Sir Tim O´Theo, y se me fueron los ojos al ver aquella maravilla. Efectivamente, daban la sensación de estar dibujadas muy rápido, pero todo era perfecto, y no había borrado para nada el azul del boceto inicial, detalle que le daba más categoría…




8ª- Tu primer personaje para esta editorial fue Pepe, publicado en la revista “El DDT”.

Sí, como ya conté más arriba. Quien decidió publicarlo fue Jordi Bayona, que era el redactor jefe, el segundo después del Gran Jefe, el temible Sr. González, pero creo recordar que el director efectivo en aquellos momentos de la revista “DDT” era Perich.

9ª- Además de éste, son muchos los personajes que han salido de tu mano: Vicente, el dependiente, Segis y Olivio, Piluca, Pablito, Obseso Pisafondo, Tam-Tam de los monos, Doctor Cerdoncio y un largo etcétera. De todos ellos, ¿a cuál le tienes más cariño?

Voy a dar una respuesta tópica: es como preguntar a quién quieres más de tus hijos. Todos tienen algo especial con lo que te sientes de alguna manera identificado, al fin y al cabo, todos, excepto Obseso Pisafondo (que fue ideado por Víctor Mora), fueron de creación propia… Pero puestos a elegir, quizás con quien me sentía más cómodo, tanto a la hora de escribir el guión como de dibujar, son Segis y Olivio. También con Los Cinco Amiguetes, donde hay mucho de las andanzas que yo había vivido de pequeño con mis amigos en el pequeño pueblo rural donde nací y crecí… Piluca era una aproximación a mi hija. Ángel, era lo que todos deseamos ser alguna vez: tener poderes divinos para ayudar a alguien, aunque luego salga todo al revés. Drácula y Tam-Tam de los monos, era un modesto homenaje a esos dos grandes mitos de la Literatura y del Cine. Hotel Mediaestrella y Vicente el dependiente, eran quizás los que tenían más posibilidades de guión y que se podían haber desarrollado mucho más, y donde me sentía muy a gusto combinando tantos personajes, etc.



















10ª- Pasaste a tinta algunas de las páginas de Vázquez. ¿De qué personajes? ¿Cómo te sentías sentado frente a una plancha dibujada por uno de los grandes?

Fueron páginas de Las Hermanas Gilda, de la Abuelita Paz y creo de algún Feliciano. Al principio me sentía sobrepasado, tenía tanto miedo de entintar encima, del original, que calcaba la página y la entintaba antes de meterme con la original. Había que pasar a tinta con pluma y si te temblaba el pulso, estabas “muerto”. Pero a Vázquez le parecía bien todo lo que llevaba, me decía: “Muy bien, chaval, sólo le faltan un par de toques”. Entonces cogía un rotulador y comenzaba a dar toques aquí y allá, sobre todo, reforzando la línea trasera de los personajes para darles más volumen, y en cinco minutos, como por arte de magia, aquella página había cambiado completamente. Era increíble ver esto.

11ª- Tras el cierre definitivo de Bruguera en 1986, empezaste a trabajar para Grijalbo en su revista “Guai!”. Allí aterrizaron también muchos de los antiguos dibujantes de la extinta editorial. ¿Cómo fue ese reencuentro?

Los últimos tiempos de Bruguera fueron muy duros y desconcertantes: las inútiles reuniones con los ejecutivos, las primeras deserciones, las páginas impagadas, las huelgas, los piquetes, las entregas de trabajo a escondidas, en una estación de Metro, todo parecía muy surrealista. Cuando acabó todo, nadie sabía qué iba a pasar, ni si había futuro o no… Así que la llamada de Grijalbo, meses después, y el reencuentro con algunos compañeros, no todos, pero muy importantes: Ibáñez, Escobar, Raf, Segura, Gosset, entre algunos de ellos, fue un alivio. Pero enseguida se vio que aquello no iba a ser lo mismo: Primero, no podíamos utilizar ninguno de nuestros personajes, pues todos los derechos pertenecían a la antigua Bruguera, así que cada cual tuvo que crear nuevos personajes. Segundo, sólo había una revista, lo que significaba una reducción de trabajo radical. Pasar de 30 ó 35 páginas al mes a 6 u 8, en el mejor de los casos. Fue muy duro.

12ª- Y luego trabajaste para la factoría Disney. ¿Qué personaje era tu favorito?

Trabajé poco tiempo, porque enseguida llegó trabajo de aquí, creo recordar que fue el inicio de Ediciones B, donde pude recomenzar con mis propios personajes. Pero fue muy interesante la experiencia, allá todo estaba muy bien organizado. Te daban un guión y el equipo de dibujantes constaba de tres personas, el que abocetaba las páginas, que se suponía que era el dibujante principal, el que pasaba a limpio el lápiz y, finalmente, el que entintaba. Como anécdota, cuando hice la pruebas, con unas páginas de Donald, que para documentarme había tomado de revistas que tenía por casa, al llevarlas a revisión, sólo verlas, el checker me dice: ¡Uf! Mira, el pico es estilo de los 60, los pies del 70, las manos de los 50, los coches de los 50…, y así. Resulta que el personaje de Donald, a parte que había varias “escuelas” que lo dibujaban con diferente estilo, la italiana, la argentina, la americana…, el personaje, en general, había evolucionado con el paso de los años, así que me dieron una hoja de estilo para que me adaptara al estándar del momento…




13ª- A partir de 1992 cambiaste la historieta por el dibujo de animación, trabajando en algunas de las productoras nacionales más importantes del momento: D´Ocon Films, BRB Internacional, Cromosoma o Neptuno Films. De todas las series animadas en las que has trabajado, ¿cuál destacarías y por qué?

Te diría exactamente igual que lo dicho con el cómic, con todas tienes apego. La creación de una serie suele durar entre año y medio y dos. Durante todo este tiempo trabajas codo con codo con un equipo, que antes era muy grande, en los 90, podía llegar a ser de hasta 120 personas. Hoy, con las nuevas tecnologías, lo que es la preproducción no llega a 20, pero los vínculos con la gente se crean igual. Este trabajo me ha dado la oportunidad de conocer a gente de todo el mundo, y he conocido a dibujantes extraordinarios. Quizás el que más me impresionó fue y es Art Leonardi, que en el 94 vino a Barcelona, para trabajar en una coproducción con la Universal en una serie que se llamaba “Problem Child”, luego vinieron otras. Este hombre, que era un veterano animador, había trabajado en todas las productoras de Los Ángeles, desde Disney, la Warner, con Spielberg, Marvel, etc. Había sido co-creador de la Pantera Rosa y, sobretodo, dibujaba de maravilla, era un espectáculo verlo dibujar, jamás he visto a nadie dibujar con tanta soltura, seguridad y frescura. Incluso cuando íbamos a comer a cualquier restaurante, siempre llevaba un paquete de folios y rotuladores, y dibujaba continuamente. Era capaz de dibujar lo que tú le pedías, empezando por cualquier punto del folio donde tu le señalabas y sin levantar el rotulador.





14ª- Habiendo explorado ambos mundos, ¿con cuál te quedas: historieta o dibujos animados?

Son mundos muy diferentes. En la historieta yo trabajaba solo en casa, con mis personajes y guiones, hacía prácticamente lo que quería, sólo en los especiales o extras me indicaban el tema, a partir de aquí tenía libertad total. En dibujos animados eres un eslabón más de un gran equipo. Te dan el guión y lo primero que tienes que hacer es adaptarte al estilo de la serie, que puede ser desde realista, infantil, manga o lo que sea. Después adaptarte al realizador, que cada uno tiene su estilo y su manera de trabajar. Finalmente, adaptarte a todos los avances técnicos del medio.

15ª- ¿A qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te han servido de inspiración?

Las influencias son infinitas. Cuando comencé a leer tebeos, naturalmente admiraba la escuela Bruguera, la escuela TBO y la escuela Valenciana. Después vino Tintín y Astérix, y toda la escuela franco-belga detrás, y muy especialmente Franquin y Morris. De revistas, todo el equipo de Pilote y de la excepcional revista americana, o mejor, neoyorkina MAD, de una calidad increíble.

16ª- En la actualidad te vemos más vinculado al mundo de la animación que a la historieta.

Desde luego, pero es lo que hay. Ya me gustaría volver a la historieta, pero…

17ª- Has dibujado casi de todo. ¿A qué personaje te gustaría enfrentarte y aún no lo has hecho?

Se quedaron ideas en el tintero al final de aquella época dorada. Tenía un magnífico guión para un álbum, de Jaume Ribera para los Cinco Amiguetes que se quedó ahí. También otra idea para otro álbum de Segis y Olivio dando una vuelta por este país conociendo cada región, un poco como La Vuelta a la Galia de Astérix, actualizado… En general siempre he pensado que mi generación, la de March, Essegé, Miguel, Marco,  Maikel, Ramis, Cera, Casanyes, etc., somos un poco como una generación perdida: cuando habíamos llegado a un punto de madurez donde empezar hacer cosas realmente interesantes, aquello se cortó bruscamente, sin la menor posibilidad de seguir adelante. La verdad, fue bastante frustrante. Pero así fue, culpa de nadie, simplemente los tiempos estaban cambiando y todo el mundo tuvo que adaptarse como pudo.

18ª- ¿Junto a qué grande del cómic nacional te hubiese gustado trabajar?

Me gustaba muchísimo Martz Schmidt, me hubiera encantado verle dibujar pero él vivía en Alicante y sólo nos veíamos de vez en vez, cuando subía a Barcelona. Había un aprecio mutuo desde el día que nos conocimos, guardo de él un magnífico dibujo dedicado. De todas maneras tuve el privilegio de hacer equipo con dos de los más grandes: Vázquez y Raf.




19ª- Dejando atrás una carrera tan extensa como la tuya, colmada de éxitos y reconocimiento, ¿cuáles son tus conclusiones al realizar una valoración en conjunto de la misma?

Yo siempre me he visto a mí mismo como un niño, como a la mayoría de niñas y niños de mi generación, a quien le apasionaban los tebeos y todo su mundo mágico, que un día, por una serie de casualidades, se encuentra metido en este mundo que tanto le fascinaba. Siempre me he visto más como aficionado y admirador de esos grandes dibujantes, que colega de ellos. En uno de los últimos encuentros que tuvimos los bruguerianos, con ocasión de la presentación de un libro de A. Guiral sobre Bruguera, escribí una crónica del encuentro para el blog de un amigo, donde quizás se refleja bien este sentimiento. Si os interesa leerlo, éste es el link:





20ª- ¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿En qué proyecto te veremos vinculado?

En este trabajo no puedes hacer planes de futuro, las cosas vienen y las tomas o las dejas. Ahora mismo estoy esperando comenzar a trabajar en otra serie. Me encantaría, desde luego, poder volver a la historieta, trabajando con los medios que hay ahora, pero
Dios dirá…


 Original de Jaume Rovira dedicado a un servidor. Gracias amigo.

P.D.: Todas las imágenes y fotografías utilizadas a lo largo y ancho de esta entrada han sido cedidas cortésmente por su autor o extraídas de su propio blog.

domingo, 17 de abril de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE II: MORTADELO FANTASMA, por Francisco Ibáñez



Una semana más, seguimos con el eterno festejo celebrado a causa del 5º aniversario de este blog. Hoy, y siguiendo ese riguroso orden alfabético que ya expuse en aquella entrada que dio origen a todo, charlaremos con y sobre el siguiente autor de la lista: Francisco Ibáñez. Cualquier presentación que pueda añadir acerca de este infatigable historietista pienso que estaría de más, pues no creo que habite ser viviente sobre la Vía Láctea que no haya arrancado una carcajada gracias a alguna de sus incontables historietas.

Mi admiración por este legendario dibujante de tebeos es, a día de hoy, inocultable, pues ésta no sería la primera ocasión en la que me confieso al respecto sincera y públicamente. Además, no hay más que echar un vistazo a algunas de mis ilustraciones e historietas para saber a qué buen árbol me he estado arrimando desde que tuve uso de razón. No obstante, haré un gran esfuerzo y trataré de contener mis emociones, por difícil que me resulte, pensando siempre en el bien de mis lectores.

A pesar de ir hasta arriba de trabajo, el maestro Ibáñez aparcó a sus queridos Mortadelo y Filemón por unos minutos para satisfacer, amablemente (todo hay que decirlo), cada una de las múltiples peticiones que este osado intruso lanzaba por su boca. Agradeciendo de antemano su entregada amistad y su gran interés mostrado, realicemos un breve repaso a su laaaaaaaaarga trayectoria profesional. La siguiente biografía ya fue publicada en este blog el 10 de marzo de 2012, pero no viene mal volver a recordarla en la presente ocasión…


 (Foto: archivo personal).


F. Ibáñez (Francisco Ibáñez Talavera) nació en Barcelona el 15 de marzo de 1936. Perteneciente a la segunda generación o generación del 57 de la Editorial Bruguera, es el padre y creador de los populares agentes de la T.I.A. Mortadelo y Filemón, Rompetechos, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio y un largo etcétera.

Desde muy jovenzuelo, empezó a trabajar de botones en el Banco Español de Crédito (donde permaneció durante cinco años), a la vez que empezaba a publicar sus primeras historietas en revistas como “Nicolás” (de Ediciones Clíper), “Alex” (de Editorial Símbolo), “Chicolino” (también de Símbolo), “La Risa” (de Editorial Marco) o “Hipo, Monito y Fifí” (también de Marco), entre otras.

Para estas pre-bruguerianas publicaciones, Ibáñez realizó series tan dispares cómo: El Mosquito Pérez, Don Usura, Haciendo el Indio, Kokolo, La Familia Repollino, Joe Tranca...


 (Imagen: Tebeosytebeos).

 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).



 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).



 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).

 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).



(Imagen: Mortadelo-filemon.es).

En el verano de 1957, abandona el banco para dedicarse de lleno a la historieta, ante la negativa de toda su familia. Empezó a publicar para la revista “Paseo infantil” (de Ediciones Generales), que fue cancelada al poco tiempo. Enseguida fichó por Bruguera, donde empezó a publicar sus primeras páginas en las revistas “El DDT” y “Pulgarcito”.

Aunque creados a finales del 57, el 20 de enero de 1958 aparecen por primera vez Mortadelo y Filemón, Agencia de Información (cuya coletilla fue suprimida en 1969), la serie que catapultaría a su autor a la fama mundial. Esta peculiar pareja de agentes, empezó su larga trayectoria en el número 1394 de la revista “Pulgarcito”. Para esta editorial (en la que estuvo trabajando durante 27 años), también creó las archiconocidas y longevas series: Rompetechos, El Botones Sacarino, Pepe Gotera y Otilio, 13, Rue del Percebe, La Familia Trapisonda o Tete Cohete (último personaje creado para esta casa, el cual, no gozó de un futuro demasiado próspero). 


 (Imagen: Forocoches).

(Imagen: Viajesconmitia).

(Imagen: Secretosdemadrid).

Además de estos, también dio vida a otros personajes que, por diversas razones, tuvieron una breve existencia: Policarpo (1 página publicada), Felisa y Colás (2 páginas), Doña Pura y Doña Pera, Vecinas de la Escalera (4 páginas), El Escudero Bartolo o… ¡qué calor hace, Manolo! (3 páginas) o “Cabeza de Ajo”, el Penúltimo Navajo (1 página).

En 1985, debido a la grave situación económica de Bruguera, Ibáñez abandona la editorial, quedándose la misma con los derechos de todos sus personajes. Así pues, y por muy extraño que resulte, Ibáñez no podía seguir dibujando ninguna de sus series que tanto éxito le habían brindado a lo largo de los años, por lo que se vio obligado a crear otras nuevas. Entonces Bruguera se puso en marcha, y formó un equipo con varios guionistas y dibujantes para continuar con la publicación de Mortadelo y Filemón, sin la mano ni el consentimiento de Ibáñez, claro está.

Esto obligó a nuestro autor a arremeter contra su antigua casa, exigiendo, espada en mano, los derechos de sus personaje. Por aquel entonces, Ibáñez empezó a trabajar para Editorial Grijalbo, publicando las series Chicha, Tato y Clodoveo, creada en 1986, y 7, Rebolling Street, probablemente, su serie más apócrifa, pues tan sólo dibujó las primeras páginas de la misma, dejando el resto en manos de Juan Manuel Muñoz (su actual colaborador) y otro chico del que se desconoce su nombre. 


 (Imagen: archivo personal).

(Imagen: Mortadelo.wikia).

Tras duros años de lucha, la Ley le dio la razón a Ibáñez, y Mortadelo y Filemón regresaron a sus lápices. En 1987, tras la publicación de la Ley 22/1987, de 11 de noviembre, de Propiedad Intelectual, se reconocieron a los autores como propietarios de sus obras. Fue entonces cuando abandonó sus dos nuevas series y se dedicó de lleno a elaborar páginas protagonizadas por sus dos famosos agentes, ya en Ediciones B, relación que perdura hasta hoy en día.

Después de estas breves pinceladas, que nos han servido para aclarar todas las dudas posibles acerca de la obra de este peso pesado de la historieta, sentémonos cómodamente y dispongámonos a pasar un rato de lo más agradable, didáctico y divertido gracias a las geniales respuestas que Ibáñez me regaló tras un bombardeo incesante de preguntas lanzado por un servidor y que, en su conjunto, componen esta prodigiosa entrevista en la que no falta detalle alguno ni el inagotable sentido del humor del maestro Ibáñez. Pasen y vean…

1ª- Siempre que realizo una entrevista me gusta empezar lanzando esta pregunta: ¿Dónde y cuándo empezó a publicar sus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos le vienen a la mente de aquella época?

¿Recuerdos? ¡Ninguno! Hace tantísimo tiempo que, prácticamente, ya ni me acuerdo. Aquellos primeros trabajos se remontan a los tiempos de las cuevas de Altamira, puede que antes. ¡Hasta mi cabeza estaba poblada de pelo! Y ahora mírame… (Risas). Pues bueno, ahora en serio, mis principios fueron igual que los de cualquier otro: haciendo unos cuantos dibujillos, poniéndolos bajo el brazo y yendo de una editorial a otra a ver cuál de todas te mira a la cara y te cuela. Así, hasta que consigues meter las primeras páginas. Un trabajo de chinos, oiga.

2ª- ¿Cuál fue su primer dibujo o página que le publicaron?

Alguna vez lo he comentado, en alguna entrevista. El primero fue, era yo muy jovencito, no sé qué edad tendría, unos 7 años o por ahí. Fue en una revista que se llamaba “Chicos”, que tenían una paginita con colaboraciones de los lectores y allí envié mi dibujito, un dibujito pequeño, de 5 centímetros o algo así, era una cabeza de indio, y allí me lo publicaron. Aquello fue una ilusión tremenda. Ese fue el principio de todo.


 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).


3ª- Imagino que ese don para el dibujo ya le viene de nacimiento…

Nací con un buen puñado de lápices debajo del brazo, ¡y con un tablero! No veas lo bien que lucían las paredes de la cueva con aquellos garabatos (Risas).

4ª- ¿Cómo era su vida antes de dedicarse al dibujo? ¿En qué ocupaba su tiempo?

¿Antes de dibujar…? ¡Estuve trabajando en un banco! Bueno, realmente, no puedo decir que estuviera trabajando en un banco, diré simplemente que estaba en un banco porque allí me dedicaba a hacer otras cosas. Llené las esquinas de las páginas de pequeños dibujitos, o donde pillaba. Estuve un poco tiempo allí hasta que salí. Allí me dedicaba a hacer alguna cosilla, y cuando conseguí que las editoriales me publicaran, les dije a los del banco: “Ahí os quedáis muchachos, que yo me voy a dedicar al dibujo”. Éstas fueron mis palabras de despedida. Supongo que pensaron que había perdido los papeles…

5ª- A mediados de los cincuenta empezó a trabajar para Editorial Marco. ¿Cómo surgió?

Sí, sí, exactamente, fue en los cincuenta. Cuando estaba trabajando en ese banco ya hacía cosas para Marco. Era una editorial muy importante que había aquí, en Barcelona, que hacía muchas colecciones, entre otras, una serie que se llamaba “Rabanito y Cebollita”, “Hipo, Monito y Fifí”, muchos, muchos tebeos publicaban, y luego otra que se llamaba “La Risa”, que allí fue donde yo empecé a colaborar cuando tenía unos 16 años o así. Fíjate que cosas; fíjate lo jovenzuelo que era entonces…

6ª- Para la mencionada editorial creó una gran cantidad de personajes que, hoy en día, resulta bastante difícil recordar de memoria. Citaré unos cuantos: Kokolo, Don Usura, Melenas, Fulcio Batracio, Joe Tranca, Juan Desdichas…

Sí, exactamente, sí, sí… esos los hice todos, y muchos más. Mira la imaginación que tenía entonces para conseguir inventar a tantos personajes. Hoy no podría. 

7ª- A finales de esta misma década fue cazado por Editorial Bruguera, ¿Cómo surgió ese encuentro?

Fue cuando se marcharon los grandes de la época, los más grandes historietistas: Cifré, Peñarroya, Conti… Ellos se marcharon a fundar su propia revista y allí, varios como yo, aprovechamos el hueco que dejaron para colarnos en Bruguera. Y no nos salió tan mal...

8ª- Mortadelo y Filemón nacieron al poco de entrar en esta gran casa. ¿En qué se inspiró a la hora de crearlos? ¿De dónde se sacó esos nombres?

Sí, exactamente, sí. Siempre se habla de que nacieron en el año 58. Te diré, se empezaron a publicar en el año 58, en enero, pero claro, todo esto se trabajaba con un poco de anticipación y los parí, los di a luz a últimos del 57, bien en octubre o noviembre. En el 57 di a luz a estos dos y luego empezaron a publicarse en el 58. Así fue.

Los nombres eran lo de menos. El nombre no hace al personaje, sino que el personaje hace al nombre. Si un personaje sigue adelante es porque gusta y hace gracia, y si, encima, el nombre le acompaña, pues podemos decir que hemos dado en el blanco. En aquel momento era todavía una época de dificultades y tal. Mira, lo de Mortadelo recordaba a mortadela, mortadela que mucha gente no podía comprar por falta de recursos, y lo inventé así porque tenía gracia la cosa. Y el otro, el Filemón, como trabajaban en una Agencia de Información y, por aquellos tiempos, se tenía la costumbre de que las cosas, los títulos de las historietas, tuvieran su rima, pues Agencia de Información rimaba con Filemón, y ya está. Bueno, y también porque recordaba a filetón, a jugoso filetón de ternera (Risas). Pues ya está, esos fueron los orígenes de Mortadelo y Filemón. Pero, como te he dicho, la importancia la tiene el personaje en sí, no su nombre.

9ª- Ahora una pregunta un tanto comprometida: ¿Con quién se quedaría, con Mortadelo o con Filemón? Espero que, el no elegido, no se lo tome demasiado mal…

¡Ah no, eso no se sabe! Yo los quiero y los odio a los dos por igual. Mira, es una pareja muy divertida, y funcionan muy bien juntos, aunque a veces se quieran matar el uno al otro. Yo miraba todo lo que se publicaba entonces y veía que los personajes siempre iban solos, corrían por las historietas ellos solos, hablaban solos, se estrellaban solos… ¡Lo hacían todo solos, parecían tontos! (Risas). Y a mí siempre me ha gustado tener al personaje y al interlocutor para que vayan hablando como dos individuos normales y corrientes, no como dos chifladitos de turno. Soy su papá, no puedo querer más a uno que a otro. 

10ª- Además de Mortadelo y Filemón, de sus lápices también han salido personajes tan entrañables como Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, El Botones Sacarino… ¿Cómo se pueden sacar adelante, al mismo tiempo, tantas series de forma semanal? ¿Es cierto que tuvo que aprender a dibujar con ambas manos?

Con las dos manos, ¡y con los pies!, sí. Además, dibujé un montón de páginas de chistes y otros personajes. Cuando las cosas de Mortadelo empezaron a gustar, en la editorial no tenían reparo en pedirme más personajes: La Familia Trapisonda, Rompetechos, Pepe Gotera y Otilio, el Sacarino, Don Pedrito… Bueno, Don Pedrito no era mío, era un personaje de un anuncio de televisión que a Bruguera le hizo gracia. Compró los derechos y tal y me pidieron que lo desarrollara en historieta. Pero hubo que dejarlo todo. Cuando se hacía una paginita de cada personaje, eran unos 6 o 7 personajes, se podían desarrollar todos. Pero cuando empezaron a exigir más páginas de Mortadelo, más y más y más, al final acabas abandonando todo lo demás porque es imposible poder sacarlo todo adelante. Pero yo he sido muy bruto trabajando. Lo normal era que se hicieran 5 o 6 páginas a la semana, trabajando a un ritmo normal. Todavía te quedaba tiempo para comer, dormir, salir a pasear… Luego, la editorial empezó a exigirme 15, ¡más del doble!, y ya era una locura, imposible de aguantar, pero yo, que era un bruto, les hacía hasta 20. Allí no había tiempo de coger vacaciones, ni fines de semana, ni días de fiesta, ni nada de nada. Trabajar, trabajar y trabajar. Acababan las 24 horas del día y ponía el reloj en la hora de Canarias para trabajar una hora más y seguir aguantando el tipo. ¿Te haces una idea de lo bruto que era? 


 (Imagen: Mortadelo-filemon.es).


11ª- Y también está esa maravillosa serie que fue 13, Rue del Percebe, que, imagino, debía costarle sudores a la hora de inventar tantos chistes distintos para cada una de aquellas viñetas.

Era una tortura. Había que inventar un montón de chistes por página, ¡y luego dibujarlos! Todo debía quedar bien. Pero a la gente le gustaba, le hacía gracia ver qué pasaría en cada una de aquellas viviendas. Así que no me quedó más remedio que seguir. 

12ª- A mediados de 1985 se marchó de Bruguera y empezó a publicar con Grijalbo. ¿Qué le impulsó a que diera este paso?

Allí había una revistita que se llamaba “Guai!”. Mientras tanto, Ediciones B, del Grupo Zeta, intentaba hacerse con todo el fondo editorial de Bruguera y con los derechos de Mortadelo. Una vez recuperados y tal, fue cuando pasé a Ediciones B a continuar con mis personajes y en eso estamos. Allí en Bruguera hice las bodas de plata; aquí, en esta editorial (Ediciones B), he hecho otras bodas de plata, y no sé dónde haré las terceras bodas de plata, no tengo ni idea (Risas).

13ª- Para la citada editorial (Grijalbo), creó una serie llamada Chicha, Tato y Clodoveo, de profesión sin empleo. ¿Por qué esta serie, en lugar de ser dual, estaba protagonizada por tres individuos?

Sí, sí. Era lo que te decía antes. No me gustan los personajes que andan solos por sus historietas. Aquí, en lugar de una serie dual, quise hacer un trío para que fuera más complicado (para mí, claro).

14ª- Y también tenemos la 7, Rebolling Street, nueva vuelta de tuerca a su mítica 13, Rue del Percebe.

Esto es. El 7 Rebolling, como el 13 Rue, era una cosa que gustaba mucho al público. Me dije: mira, vamos a hacer algo que recuerde a aquello, a pesar que hacerlo era un trabajo tremendo. Pero bueno, como a la gente le gustaba, hice lo mismo que la 13 Rue pero el doble, el doble de trabajo, el doble de personajes, el doble de chistes, el doble de tortura… Pero bueno, todo el mundo quedaba satisfecho y yo también.

15ª- ¿Qué temas de actualidad quedan todavía por abordar en las aventuras de Mortadelo y Filemón? Por desgracia, nuestros políticos deben ser una clarísima fuente de inspiración con sus continuas movidas...

Menudo tinglado tienen estos montado. Bueno, Mortadelo y Filemón no hacen crítica social ni crítica de nada de eso. Son sólo situaciones de actualidad. Para que el lector vea que el personaje, con el paso de los años, no ha quedado desfasado completamente. Para que no se quede anclado en el pasado y tal, me lié a meter cosas de actualidad, cosas que me encuentro por la calle, en la prensa, en televisión… De ahí parte la idea, e inmediatamente, a trabajar. Y así lo vamos haciendo.

16ª- ¿Cuáles son sus planes futuros? ¿Seguir con Mortadelo y Filemón o marcharse a una playa paradisíaca?

(Risas). Ya me gustaría a mí poder irme a esa playa que me comentas. Mortadelo y Filemón no pueden pasar sin mí, así que me quedo con ellos. Yo tampoco puedo pasar sin ellos.

17ª- Dejando atrás una carrera tan extensa como la suya, colmada de éxitos y reconocimiento, ¿cuáles son sus conclusiones cuando realiza una valoración en conjunto de la misma?

¿Conclusiones? ¿Y qué conclusiones saco yo de mi propio trabajo? Me pones en un compromiso (Risas). Pues mira, actualmente, continúo yendo por ahí, por toda España, de Norte a Sur, de Este a Oeste, firmando ejemplares y tal, y cuando veo que en cada firma mía hay una cola interminable de gente que espera a que le ponga una dedicatoria en su ejemplar, pienso en las muchas horas de trabajo que me esperan por delante (Risas). En serio, es satisfactorio comprobar que a la gente le sigue gustando Mortadelo igual que hace muchos años. El señor que hoy viene a verme con un cargamento de cómics debajo del brazo, ya lo hacía cuando era un niño acompañado de su padre o su madre. Luego, ya de adulto, es él el que acompaña a su hijo, ¡o a su nieto! Éste es el mejor de los premios. 

Bueno, voy a seguir trabajando como un loco, sin parar ni un minuto, porque los Mortadelos no se hacen solos. Y aquí no hay ni trampa ni cartón. Lo que se dibuja es lo que hay, sin ayuda de ninguna maquinita de esas. Todo a mano, o con las dos. Algún día me jubilaré, algún día. Tal vez, dentro de 30 o 40 años, ya se verá. Y es que no me dejan, no me dejan...

Un abrazo así de gordo para ti y para todos los lectores de tu blog. ¡Hasta siempre!


 (Foto: archivo personal).

Dibujo con dedicatoria realizado por Ibáñez con motivo del 5º aniversario del blog.