Jaume
Rovira es el siguiente autor de la lista que se unió a participar en el 5º
aniversario de este blog. Su nombre lo hemos visto asociado tanto al mundo de
la historieta como, más recientemente, al de los dibujos animados. De su
mano han salido personajes tan dispares como Pepe, Vicente, el Dependiente,
Tam-Tam de los monos o Segis y Olivio, protagonistas absolutos del original que
Rovira realizó, expresamente, para conmemorar este acto. Cuando le comenté
la idea que rondaba por mi cabeza y le propuse participar en aquella colosal
entrada que un servidor redactaría con motivo de ese 5º aniversario que estaba
por llegar, no lo dudó lo más mínimo y se unió a mi ambicioso proyecto. Es de agradecer
la ilusión y el entusiasmo que demostró desde el primer momento, implicándose
en esta aventura a pesar de los escasos huecos libres de su apretada agenda.
Fruto
de su buen hacer nació el dibujo original que ya mostré en su día y
que hoy vuelvo a hacerlo como cierre a esta especial entrada. Ahí podemos ver a
sus queridos Segis y Olivio, aquellos traperos de alivio que se han visto
obligados a dedicarse al pastoreo de ovejas desde que se inició la grave crisis
en el sector de la historieta. Además de su divertida página original, Jaume
Rovira, haciendo uso de su generosa amabilidad, respondió a mi particular
entrevista planteada, la cual, recomiendo no pasar por alto y que se puede leer
una vez concluido el apartado de su biografía. Pero no adelantemos
acontecimientos. Pongámonos, en primer lugar, al corriente acerca de la
trayectoria profesional de este autor, cuyo curriculum es tan amplio como su
genial sentido del humor. Una vez repasada su biografía, ya nos encontraríamos
en disposición de meternos de lleno con esa entrevista. Pero, como he
dicho, vayamos por partes...
Jaume Rovira (Jaume Rovira
Freixa) nació en Sentmenat (Barcelona), el 29 de junio de 1951. Tras
licenciarse en Historia del Arte en la Universidad de Barcelona, y después de instruirse
en varios estudios, realizó un curso de dibujo por correspondencia dirigido por
el maestro Escobar, creador de Zipi y Zape o Carpanta.
En sus inicios, pasó a tinta
diversas páginas de Vázquez, convirtiéndose, a su vez, en su gran referencia,
ya que eran latentes las influencias del creador de Las Hermanas Gilda en sus
trabajos de la época.
Fichó por Editorial Bruguera en
1970, publicando en la revista “El DDT”
un personaje llamado Pepe. Su producción para esta editorial fue en aumento,
llegando a crear varias series de éxito (Vicente, el Dependiente, Segis y
Olivio, Piluca o Pablito) para las revistas “Din
Dan”, “Mortadelo”, “Zipi y Zape”, “Pulgarcito” o “Tío Vivo”.
Su permanencia en Bruguera se
prolongó hasta 1986, año del cierre definitivo de la editorial, fichando,
entonces, por Grijalbo, donde publicó sus nuevos trabajos en la recién nacida
revista “Guai!”.
También trabajó para la factoría
Disney, dibujando historietas de algunos de sus personajes más célebres.
A principios de los noventa, el
mundo de la historieta atravesó una fuerte crisis, la cual, se llevó por
delante muchas de las revistas que, hasta entonces, se venían publicando con
gran éxito. Esto supuso que muchos de aquellos dibujantes perdieran su trabajo,
los cuales, tuvieron que buscarse la vida, bien en otras editoriales, o bien,
en otras profesiones.
En 1992, Jaume Rovira se inició
en el mundo de los dibujos animados, trabajando para D´Ocon Films, BRB,
Cromosoma, Neptuno Films o Estudios Moro, donde colaboró en distintos
departamentos.
En 2003 se estrenó como
realizador en la serie Els Lacets. Luego, continuando en esta misma faceta,
vinieron otras 6 películas animadas realizadas entre 2004 y 2007.
Tras estos apuntes, llegó el
momento de exponer la ansiada entrevista. Sé que muchos, impulsados por esas
irrefrenables ansias por descubrir qué se encerraba detrás de mis múltiples
cuestiones, habréis pasado por alto los párrafos anteriores para empezar,
directamente, por las líneas siguientes. Para todos los que hayáis empezado a
leer desde el principio, he aquí las maravillosas y relevantes respuestas con
las que, hace unos días, me obsequió Jaume Rovira. ¡Silencio!, se rueda…
1ª- Pregunta
indispensable y con la que me gusta abrir todas mis entrevistas: ¿Dónde y
cuándo empezaste a publicar tus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a
la mente de aquella época?
Los primeros dibujos publicados,
fueron ilustraciones de chistes escritos por Matías Guiu, Perich, Turnes y
otros, en “Gran Pulgarcito”, trabajo
que compartía con Gosset y March. La primera página con personaje propio, fue
el 8-12-1969, que bautizaron como Pepe, en la revista “DDT”. Fue una sorpresa enorme para mí, pues no sabía nada, hacía
tiempo que estaba trabajando con este personaje sin nombre, más que nada
buscando un estilo, iba una vez al mes a la Editorial, enseñaba mis
páginas y me aconsejaban y dirigían… Primero fue estilo Hergé, después Uderzo y
finalmente Vázquez, y ahí por lo visto les gustó, le pusieron nombre y lo
editaron. Cuando aquella mañana fui a la redacción, Jordi Bayona, el redactor
jefe me dijo, “Toma, ojea este “DDT”,
acaba de salir de imprenta”… Y aluciné al verlo, creí que era una broma…
2ª- ¿Cuál
fue tu primer dibujo o página que te publicaron?
Bien, ya está contado, sólo
añadir que al salir de la Editorial,
todavía flipando, fui directo a un kiosco a comprar el mismo número para comprobar
si era cierto… Todavía me resonaba en los oídos lo que me acababan de decir: “A
partir de ahora ya sabes, trae una página a la semana, más ilustraciones de
chistes… y si todo marcha bien, ya veremos…”. Yo había comenzado este año en la Facultad de Filosofía y
tuve que adaptarme al nuevo y recién trabajo y a la Universidad, que de
ninguna manera quería dejar…
3ª- Imagino
que la devoción por el dibujo ya te viene desde la niñez…
Desde luego. Creo que esto es un
clásico entre los de nuestra profesión. Si, de muy pequeño me encantaba ver a la
monja cómo dibujaba en la pizarra con tizas de colores y yo la imitaba… Mi
madre, a los diez años, me regaló una caja de pinturas al óleo, fue una bomba
para mí, el “click” que me faltaba, y de hecho comencé por ahí, pintando al
óleo, pintaba a todas horas y de todo… Hasta
que se cruzó un Curso por correspondencia de Escobar, empecé a estudiar
caricatura e historieta. Como el propio Escobar, a quien yo admiraba desde
siempre por mi gran afición a los tebeos, me corregía personalmente, me
estimuló muchísimo. Era un placer ver sus correcciones a lápiz rojo sobre mis
ingenuos y toscos dibujos…
4ª- ¿Cómo
era tu vida antes de convertirte en un profesional del dibujo? ¿A qué te
dedicabas?
Yo creo que la primera vez que
fui a Bruguera tendría unos 16 ó 17 años, así que serían un par de años de idas
y venidas. Lo mío, lo que “tocaba” era estudiar, Bachillerato, hasta el COU,
que entonces se llamaba Preuniversitario, y la Universidad. El
dibujo fue algo que comenzó como un hobby y acabó, bastante rápido, en
profesión, y la
Universidad, que tenía que ser mi profesión, acabó como hobby.
Y todo porque los vientos eran favorables para el mundo de la historieta, era
la época dorada de Bruguera y necesitaban sangre nueva y mucho material. La
inmensa suerte y el privilegio de encontrarte en el sitio justo en el momento
adecuado, eso… Y sobre todo el apoyo y el entusiasmo de mi padre que fue el
verdadero responsable de casi todo.
5ª- Como
ya has comentado, realizaste un curso de dibujo por correspondencia dirigido
por el gran Escobar. ¿Qué recuerdos guardas?
Escobar con sus alumnos mantenía cierta
distancia, era un maestro eficaz y un grandísimo profesional, pero nunca quería
implicarse emocionalmente y menos profesionalmente con nadie. Su lema, sin
decirlo, era: Si vales, es inútil que yo te recomiende o no, saldrás adelante;
si no vales, tampoco te servirá de nada mi recomendación. Así que no creo que
jamás recomendara a nadie, y menos, de sus alumnos, cosa que me parece
estupenda y muy honrada. Yo tuve más relación con él cuando ya trabajaba como
profesional, hablamos mucho, estuve en su estudio, y me ayudó a hacer un
trabajo para la
Universidad sobre el Dibujo Animado español desde sus inicios
hasta los años 40, tema del que él era un experto, a parte de uno de los
pioneros. Era un gran contador de historias y a mí me fascinaba escucharle.
Además de historietista, era caricaturista, ilustrador, autor teatral,
guionista, director de teatro… Y era de los pocos eslabones que conocí entre los
grandes dibujantes de principios de siglo: Opisso, Junceda, Tono, etc., a la
gran generación de dibujantes de los años 50, 60, 70… Tenía una memoria
prodigiosa y, como Ibáñez, era un trabajador infatigable…
6ª- En
1970 empezaste a trabajar para Bruguera. ¿Cómo surgió todo? ¿Qué páginas
presentaste para que los mandamases de la editorial vieran tu trabajo?
Como ya he apuntado, llevaba dos
o tres años de visitas periódicas a la redacción de Bruguera, era el método
utilizado en aquellos tiempos. Cuando aparecía por allí un chaval al que
consideraban que tenía madera, lo iban dirigiendo, reconduciendo y acercándolo
lo más posible a la línea Bruguera. Cuando lo veían más o menos maduro y apto,
habían dos salidas: o te daban ya un personaje, o te incorporaban en un equipo
de entintadores. En mi caso, las
primeras páginas que traje eran 100 % estilo Hergé. Había copiado, con toda la
pasión del mundo, páginas enteras de Tintín (que todavía conservo) y había
creado personajes e historias a la
“manera Tintín”… Enseguida me dijeron que aquel estilo, que en aquella época se
denominaba de línea clara, no encajaba para nada ni en la editorial ni en el
país (aquí no tuvieron buen ojo, porque posteriormente en revistas como “El Cairo” y otras, hubo una eclosión,
un “boom” de la línea clara), así que me pasé a Uderzo, con quien me sentía muy
cómodo, también había copiado páginas enteras de Asterix, y posteriormente
pasar a mis personajes por ese tamiz… Ahí estaba cuando me propusieron entintar
algunas páginas de Vázquez, un par de meses. Mi relación con Vázquez, corta
pero muy intensa, me marcó muchísimo, y llegué a ese punto que ellos buscaban,
por fin encajaba en el estilo Bruguera…
7ª- ¿Qué
relación tenías con los dibujantes de esta casa?
En la sala de espera de la
redacción era donde te encontrabas con todos los dibujantes, yo era el más
joven y desconocido y, naturalmente, alucinaba al ver y escuchar las
conversaciones entre aquella gente que tanto admiraba: Escobar, Peñarroya,
Segura, Ibáñez, Raf, Vázquez, Schmidt, Ambrós, Gosset, Nadal… Todos estaban por
allí… Después de la entregas, o antes, siempre podías encontrarlos en un bar
que había justo frente a la
Editorial tomando un café o desayunando, ahí comencé a
alternar con ellos. Recuerdo especialmente a Raf, tomando un café en la barra, a
quien yo, de entrada, como a todos, le traté de usted. Me dijo que, por favor,
le hablara de tú, que éramos colegas, al tiempo que me pedía que le enseñara
mis páginas. Las miró rápidamente y me dijo: “Muy bien, pero las trabajas
demasiado… y qué limpias están, mira las mías”… Me enseñó los originales que
llevaba, era un Sir Tim O´Theo, y se me fueron los ojos al ver aquella
maravilla. Efectivamente, daban la sensación de estar dibujadas muy rápido,
pero todo era perfecto, y no había borrado para nada el azul del boceto
inicial, detalle que le daba más categoría…
8ª- Tu
primer personaje para esta editorial fue Pepe, publicado en la revista “El DDT”.
Sí, como ya conté más arriba.
Quien decidió publicarlo fue Jordi Bayona, que era el redactor jefe, el segundo
después del Gran Jefe, el temible Sr. González, pero creo recordar que el
director efectivo en aquellos momentos de la revista “DDT” era Perich.
9ª- Además
de éste, son muchos los personajes que han salido de tu mano: Vicente, el
dependiente, Segis y Olivio, Piluca, Pablito, Obseso Pisafondo, Tam-Tam de los
monos, Doctor Cerdoncio y un largo etcétera. De todos ellos, ¿a cuál le tienes
más cariño?
Voy a dar una respuesta tópica:
es como preguntar a quién quieres más de tus hijos. Todos tienen algo especial
con lo que te sientes de alguna manera identificado, al fin y al cabo, todos,
excepto Obseso Pisafondo (que fue ideado por Víctor Mora), fueron de creación
propia… Pero puestos a elegir, quizás con quien me sentía más cómodo, tanto a
la hora de escribir el guión como de dibujar, son Segis y Olivio. También con
Los Cinco Amiguetes, donde hay mucho de las andanzas que yo había vivido de
pequeño con mis amigos en el pequeño pueblo rural donde nací y crecí… Piluca
era una aproximación a mi hija. Ángel, era lo que todos deseamos ser alguna
vez: tener poderes divinos para ayudar a alguien, aunque luego salga todo al
revés. Drácula y Tam-Tam de los monos, era un modesto homenaje a esos dos
grandes mitos de la
Literatura y del Cine. Hotel Mediaestrella y Vicente el
dependiente, eran quizás los que tenían más posibilidades de guión y que se
podían haber desarrollado mucho más, y donde me sentía muy a gusto combinando
tantos personajes, etc.
10ª- Pasaste
a tinta algunas de las páginas de Vázquez. ¿De qué personajes? ¿Cómo te sentías
sentado frente a una plancha dibujada por uno de los grandes?
Fueron páginas de Las Hermanas
Gilda, de la Abuelita Paz
y creo de algún Feliciano. Al principio me sentía sobrepasado, tenía tanto
miedo de entintar encima, del original,
que calcaba la página y la entintaba antes de meterme con la original.
Había que pasar a tinta con pluma y si te temblaba el pulso, estabas “muerto”.
Pero a Vázquez le parecía bien todo lo que llevaba, me decía: “Muy bien,
chaval, sólo le faltan un par de toques”. Entonces cogía un rotulador y
comenzaba a dar toques aquí y allá, sobre todo, reforzando la línea trasera de
los personajes para darles más volumen, y en cinco minutos, como por arte de
magia, aquella página había cambiado completamente. Era increíble ver esto.
11ª- Tras
el cierre definitivo de Bruguera en 1986, empezaste a trabajar para Grijalbo en
su revista “Guai!”. Allí aterrizaron
también muchos de los antiguos dibujantes de la extinta editorial. ¿Cómo fue
ese reencuentro?
Los últimos tiempos de Bruguera
fueron muy duros y desconcertantes: las inútiles reuniones con los ejecutivos,
las primeras deserciones, las páginas impagadas, las huelgas, los piquetes, las
entregas de trabajo a escondidas, en una estación de Metro, todo parecía muy
surrealista. Cuando acabó todo, nadie sabía qué iba a pasar, ni si había futuro
o no… Así que la llamada de Grijalbo, meses después, y el reencuentro con
algunos compañeros, no todos, pero muy importantes: Ibáñez, Escobar, Raf,
Segura, Gosset, entre algunos de ellos, fue un alivio. Pero enseguida se vio
que aquello no iba a ser lo mismo: Primero, no podíamos utilizar ninguno de
nuestros personajes, pues todos los derechos pertenecían a la antigua Bruguera,
así que cada cual tuvo que crear nuevos personajes. Segundo, sólo había una
revista, lo que significaba una reducción de trabajo radical. Pasar de 30 ó 35
páginas al mes a 6 u 8, en el mejor de los casos. Fue muy duro.
12ª- Y
luego trabajaste para la factoría Disney. ¿Qué personaje era tu favorito?
Trabajé poco tiempo, porque
enseguida llegó trabajo de aquí, creo recordar que fue el inicio de Ediciones
B, donde pude recomenzar con mis propios personajes. Pero fue muy interesante
la experiencia, allá todo estaba muy bien organizado. Te daban un guión y el
equipo de dibujantes constaba de tres personas, el que abocetaba las páginas,
que se suponía que era el dibujante principal, el que pasaba a limpio el lápiz
y, finalmente, el que entintaba. Como anécdota, cuando hice la pruebas, con
unas páginas de Donald, que para documentarme había tomado de revistas que
tenía por casa, al llevarlas a revisión, sólo verlas, el checker me dice: ¡Uf!
Mira, el pico es estilo de los 60, los pies del 70, las manos de los 50, los
coches de los 50…, y así. Resulta que el personaje de Donald, a parte que había
varias “escuelas” que lo dibujaban con diferente estilo, la italiana, la
argentina, la americana…, el personaje, en general, había evolucionado con el
paso de los años, así que me dieron una hoja de estilo para que me adaptara al
estándar del momento…
13ª- A
partir de 1992 cambiaste la historieta por el dibujo de animación, trabajando
en algunas de las productoras nacionales más importantes del momento: D´Ocon
Films, BRB Internacional, Cromosoma o Neptuno Films. De todas las series
animadas en las que has trabajado, ¿cuál destacarías y por qué?
Te diría exactamente igual que lo
dicho con el cómic, con todas tienes apego. La creación de una serie suele
durar entre año y medio y dos. Durante todo este tiempo trabajas codo con codo
con un equipo, que antes era muy grande, en los 90, podía llegar a ser de hasta
120 personas. Hoy, con las nuevas tecnologías, lo que es la preproducción no
llega a 20, pero los vínculos con la gente se crean igual. Este trabajo me ha
dado la oportunidad de conocer a gente de todo el mundo, y he conocido a
dibujantes extraordinarios. Quizás el que más me impresionó fue y es Art
Leonardi, que en el 94 vino a Barcelona, para trabajar en una coproducción con la Universal en una serie
que se llamaba “Problem Child”, luego vinieron otras. Este hombre, que era un
veterano animador, había trabajado en todas las productoras de Los Ángeles,
desde Disney, la Warner,
con Spielberg, Marvel, etc. Había sido co-creador de la Pantera Rosa y,
sobretodo, dibujaba de maravilla, era un espectáculo verlo dibujar, jamás he
visto a nadie dibujar con tanta soltura, seguridad y frescura. Incluso cuando
íbamos a comer a cualquier restaurante, siempre llevaba un paquete de folios y
rotuladores, y dibujaba continuamente. Era capaz de dibujar lo que tú le
pedías, empezando por cualquier punto del folio donde tu le señalabas y sin levantar el rotulador.
14ª- Habiendo
explorado ambos mundos, ¿con cuál te quedas: historieta o dibujos animados?
Son mundos muy diferentes. En la
historieta yo trabajaba solo en casa, con mis personajes y guiones, hacía
prácticamente lo que quería, sólo en los especiales o extras me indicaban el tema,
a partir de aquí tenía libertad total. En dibujos animados eres un eslabón más
de un gran equipo. Te dan el guión y lo primero que tienes que hacer es
adaptarte al estilo de la serie, que puede ser desde realista, infantil, manga
o lo que sea. Después adaptarte al realizador, que cada uno tiene su estilo y
su manera de trabajar. Finalmente, adaptarte a todos los avances técnicos del
medio.
15ª- ¿A
qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te han servido de inspiración?
Las influencias son infinitas.
Cuando comencé a leer tebeos, naturalmente admiraba la escuela Bruguera, la
escuela TBO y la escuela Valenciana. Después vino Tintín y Astérix, y toda la
escuela franco-belga detrás, y muy especialmente Franquin y Morris. De
revistas, todo el equipo de Pilote y de la excepcional revista americana, o
mejor, neoyorkina MAD, de una calidad increíble.
16ª- En
la actualidad te vemos más vinculado al mundo de la animación que a la
historieta.
Desde luego, pero es lo que hay.
Ya me gustaría volver a la historieta, pero…
17ª- Has
dibujado casi de todo. ¿A qué personaje te gustaría enfrentarte y aún no lo has
hecho?
Se quedaron ideas en el tintero
al final de aquella época dorada. Tenía un magnífico guión para un álbum, de
Jaume Ribera para los Cinco Amiguetes que se quedó ahí. También otra idea para
otro álbum de Segis y Olivio dando una vuelta por este país conociendo cada
región, un poco como La Vuelta
a la Galia de
Astérix, actualizado… En general siempre he pensado que mi generación, la de
March, Essegé, Miguel, Marco, Maikel,
Ramis, Cera, Casanyes, etc., somos un poco como una generación perdida: cuando
habíamos llegado a un punto de madurez donde empezar hacer cosas realmente
interesantes, aquello se cortó bruscamente, sin la menor posibilidad de seguir
adelante. La verdad, fue bastante frustrante. Pero así fue, culpa de nadie,
simplemente los tiempos estaban cambiando y todo el mundo tuvo que adaptarse
como pudo.
18ª-
¿Junto a qué grande del cómic nacional te hubiese gustado trabajar?
Me gustaba muchísimo Martz Schmidt,
me hubiera encantado verle dibujar pero él vivía en Alicante y sólo nos veíamos
de vez en vez, cuando subía a Barcelona. Había un aprecio mutuo desde el día
que nos conocimos, guardo de él un magnífico dibujo dedicado. De todas maneras
tuve el privilegio de hacer equipo con dos de los más grandes: Vázquez y Raf.
19ª- Dejando atrás una carrera tan
extensa como la tuya, colmada de éxitos y reconocimiento, ¿cuáles son tus
conclusiones al realizar una valoración en conjunto de la misma?
Yo siempre me he visto a mí mismo como un
niño, como a la mayoría de niñas y niños de mi generación, a quien le
apasionaban los tebeos y todo su mundo mágico, que un día, por una serie de
casualidades, se encuentra metido en este mundo que tanto le fascinaba. Siempre
me he visto más como aficionado y admirador de esos grandes dibujantes, que
colega de ellos. En uno de los últimos encuentros que tuvimos los bruguerianos,
con ocasión de la presentación de un libro de A. Guiral sobre Bruguera, escribí una crónica del encuentro para el
blog de un amigo, donde quizás se refleja bien este sentimiento. Si os interesa leerlo, éste es
el link:
20ª- ¿Cuáles son tus planes de
futuro? ¿En qué proyecto te veremos vinculado?
En este trabajo no puedes hacer planes de
futuro, las cosas vienen y las tomas o las dejas. Ahora mismo estoy esperando
comenzar a trabajar en otra serie. Me encantaría, desde luego, poder volver a
la historieta, trabajando con los medios que hay ahora, pero
Dios dirá…
Original de Jaume Rovira dedicado a un servidor. Gracias amigo.
P.D.: Todas las imágenes y fotografías utilizadas a lo largo y ancho de esta entrada han sido cedidas cortésmente por su autor o extraídas de su propio blog.
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