Tras una larga ausencia, durante
la cual, se ha dedicado a seguir limpiando el mundo de maloliente escoria,
Pafman vuelve a pasarse por este blog para presentarnos una nueva/antigua
aventura.
Junto a su inseparable compañero
de fatigas, el intrépido Pafcat, luchan sin descanso contra una sanguinaria
banda de malhechores. No sabemos si el número de tortas repartidas supera al de
las recibidas (tristemente me hace pensar que es al contrario), pero lo
importante es que han logrado salir victoriosos de esta nueva lucha contra el
crimen a pesar de que sus huesos hayan acabado hechos papilla. Y es que claro,
como la editorial tomó la decisión de jubilar a ambos anticipadamente, la forma
física de cada uno no es la misma ni de lejos que cuando se hallaban en activo.
Por este motivo, deciden apuntarse a un gimnasio, para recuperar la forma que
un día hubo y mejorar sus siluetas. Eso sí, no conviene olvidar que se trata de
Pafman y Pafcat, dos de los superhéroes más patosos y despistados del país, y
si no la acaban liando parda allá por donde pisan, parece que no son capaces de
conciliar el sueño. Pobre monitor del gimnasio, no sabe dónde se ha metido admitiendo
a estos dos…