Hace escasos días, mientras
navegaba por Internet, llegó hasta mí una triste noticia que, en un principio,
me costó creer. El pasado 18 de agosto (2017) nos dejó un autor al que siempre
había seguido con bastante interés: Alfonso Azpiri. Su muerte me pilló
desprevenido, y no fui consciente de ello hasta pasadas dos semanas.
Con su marcha, los amantes de la
historieta volvemos a vestirnos de luto para despedir a este gigante, mítico y
único ilustrador, quien no se apartó del tablero de dibujo hasta el último
momento. Uniéndome al irreparable dolor por su pérdida, quisiera mandarle desde
aquí un abrazo a este infatigable dibujante que nos deja un extenso legado de
obras del que seguiremos disfrutando hoy y siempre.
(Imagen: Tebeosfera).
Azpiri (Alfonso Azpiri Mejía)
nació en Madrid el 17 de enero de 1947. Pese a que su familia se dedicaba a la
música, y a su formación dentro de este campo, Azpiri decidió no seguir con la
tradición familiar y se decantó por dibujar historietas. Tan bien se le daba
aquella afición que decidió convertirla en su profesión.
Sus primeras páginas fueron
publicadas en la revista “Trinca”, de
Editorial Doncel, en 1971. En el número 16 de dicha publicación apareció la
primera página de Dos fugitivos en
Malasia. Por aquel entonces, su estilo se hallaba completamente
influenciado por Víctor de la
Fuente.
(Imagen: Todocolección).
(Imagen: Omega Center).
“Trinca” cesó su publicación. Fue a partir de entonces cuando
Azpiri traspasó nuestras fronteras publicando en Italia (para la Editorial Elvipress)
historietas eróticas de terror, sin abandonar algún que otro trabajo publicado
en nuestro país.
En 1976 arrancó su colaboración
en la revista “El Acordeón”, de
Editorial Esco, destinada al público infantil, donde realizó historietas de
ciencia ficción.
(Imagen: Tebeosfera).
En 1977 se pasó al humor
satírico, al mismo tiempo que empezó a colaborar con Forges dando color a
varias de sus páginas.
En 1979 creó su serie más mítica:
Lorna, publicada en la revista de tintes eróticos “Mastia”, esta vez, enfocada a los mayores de 18 años. Pero no sólo
de historietas vive el hombre. En los años 80, dibujó un elevado número de
carátulas (más de 200) para videojuegos (recopiladas en 2009 en el álbum Spectrum), además de dar el salto a la
pantalla grande realizando el diseño de vestuario para algunas películas,
además de carteles, storyboards, escenarios, etc.
(Imagen: La Pluma Rota).
(Imagen: 3d juegos).
(Imagen: La abadía de Berzano).
Azpiri nos dejó el pasado 18 de
agosto (2017), a los 70 años.
Tras esta breve presentación, no
me gustaría cerrar este capítulo, convertido en homenaje, sin mostrar una obra
original de este autor, aunque sólo se trate de un boceto. Su personal estilo
le convirtió en único y, tras su marcha, sin quererlo, se ha convertido en
leyenda.
Hasta pronto, maestro.