Es la primera vez, tras 323
entradas publicadas en mi empeño de destapar parte de mi colección de
originales, que atravieso más allá de nuestras fronteras para exponer una obra
(en este caso, una dedicatoria con dibujo) de un autor norteamericano.
El protagonista de esta semana ha
aparecido en más periódicos que todos estos políticos acusados de corrupción
juntos. Si aún no habéis averiguado de quién se trata (cosa que dudo mucho
puesto que su nombre se descubre en el título de esta entrada), anunciaré que
el personaje no es otro que el entrañable Olafo el Terrible, también conocido
como Olafo el Amargado, Olaf (sin la “o”) el Vikingo o, simplemente, Olafo.
Su nombre original es Hägar the
Horrible, y sus aventuras fueron publicadas por primera vez en febrero de 1973,
nada más y nada menos que en 136 periódicos de Estados Unidos. El éxito del
personaje fue tal que, tan sólo un par de años después, su presencia se
multiplicó descomunalmente, apareciendo en más de 600 periódicos, cifra que
siguió en aumento hasta alcanzar las 1.900 cabeceras repartidas en 58 países y
13 idiomas.
Su creador fue Dik Browne
(Manhattan, Nueva York, 1917), quien se ocupó de desarrollar las particulares
aventuras de este vikingo en infinidad de tiras cómicas, desde su aparición en
1973 hasta su retiro en 1988. Desde entonces, Chris Browne, hijo y habitual
colaborador de Dik, se ocupó de la continuidad del personaje hasta la
actualidad. Richard Browne (verdadero nombre de Dik) falleció en 1989, sólo un
año después de colgar sus lápices.