Tras el paréntesis de la semana
pasada (recordemos que el lugar de la cuarta página de pasatiempos lo ocupó
aquella nueva entrega de 13, Rue del Percebe), hoy retomamos el rumbo marcado
hace ya varias semanas con este divertido juego que corrió a cargo de Emili
Boix, autor de Cartapacio y Seguidilla, Nicomedes Camueso y Nicrostato
Mochales, entre otros cientos de personajes.
Este mismo entretenimiento ya lo
vimos en aquella página de Iranzo expuesta aquí algunas entregas atrás, y
volvemos a repetir suerte en esta ocasión enfrentándonos a nuevos y variados
personajes que nos dirán cuál será nuestra ocupación en un futuro. Para el que
no recuerde las bases, apuntaré que este tipo de pasatiempos consiste en situar
nuestro dedo (siempre con los ojos cerrados, claro) sobre alguno de los números
del centro para descubrir, gracias a esta invención del profesor Pepe, qué
profesión puede ser la nuestra. Carnicero, zapatero, juez, periodista, aviador,
pintor, torero, dibujante, policía… son algunos de los trabajos a los que nos
podemos enfrentar.
Tal vez muchos ya jugaron a este ocurrente
juego allá por los años cincuenta, fecha en la que se estima que pudo ser
publicado, y hayan orientado sus vidas en base al oficio señalado. Si otros
autores continuaron con nuevas entregas y nuevos oficios a lo largo de las
décadas siguientes, las nuevas generaciones habrán hecho lo propio. Por el
contrario, si eres de los que nunca te has enfrentado a este tipo de
pasatiempos, qué mejor oportunidad que ésta, no ya para conocer nuestro
provenir, sino para pasar un rato la mar de entretenido jugando a qué
hubiéramos podido dedicarnos y viendo si se asemeja a nuestro actual puesto de
trabajo. Si no es así, se pueden jugar tantas nuevas partidas como se desee
hasta que consigamos desgastar la huella dactilar de nuestro dedo de tanto
aplastar la indefensa y sufridora pantalla del ordenador o de cualquier dispositivo.
Tengamos compasión…
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