Ya que nos encontramos revisando
la obra de este autor de raíces murcianas, sigamos exponiendo diversas muestras
de su divertido trabajo. En esta ocasión, se trata de dos chistes de reducido
tamaño, obra de Francisco Pérez Espinosa, alias Kito, de los que desprende
cierto aroma al Ibáñez de la época.
En el primer chiste vemos a un
policía urbano multando a un señor por no cumplir la norma que prohibía fijar
carteles. Estaría completamente de acuerdo con el gendarme si no fuera por un
pequeño detalle: el denunciado era la misma persona que había fijado aquel
cartel en la pared. Bueno, siendo un poco más comprensivo, también se me ocurre
que el policía podía ser Kito disfrazado y que estuviera haciéndole un dibujo a
un fan. Todo es posible, ¿no?
Y con un segundo chiste, obra
también de Kito, ponemos punto y seguido al presente capítulo dedicado a este
dibujante nacido en un pueblo vecino y cuya firma fue confundida, debido a una
información extendida muy mal contrastada, con un supuesto seudónimo de Ibáñez.
Por suerte, el propio Kito desmintió este rumor que estuvo circulando por
Internet durante bastante tiempo y al que muchos daban más credibilidad que al
Padre Nuestro. Polémicas aparte, y centrándonos en el chiste que nos ocupa,
vemos que en esta ocasión es la muerte, abrazada a un espantado paciente, la
protagonista de esta divertida situación.
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ResponderEliminarMe gusta. Que pena que ya no pueda dibujar, pintar o escribir más en diciembre de 2020 nos dejó. Siempre lo recordaremos.
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