Llegamos al último de los cinco
bocetos. Su autor, aún no contento con aquellos nuevos retoques realizados,
redibujó de nuevo la escena principal para mejorar algunos pequeños detalles
que, en suma, ayudarían a ensalzar la ilustración. Y esta vez sí. Tras este
quinto esbozo, todo estaba a punto para empezar a afilar los pinceles, no sin
antes, trasladar el dibujo a un papel de mayor calidad más apropiado para este tipo
de técnica pictórica.
Todo aquel entramado de líneas de
lápiz empezaba a avivarse gracias a sus primeras pinceladas de color. Sólo unos
días después, esa idea que hacía tiempo que rondaba por mi cabeza había
alcanzado su aspecto definitivo, protegiéndola como es debido, introduciéndola
en un sobre adecuado a sus proporciones para, ya por último, ser enviada a su
destino que no era otro que las manos de este apasionado del dibujo que es un
servidor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario