Inauguramos el mes de agosto
invadidos por las altas temperaturas y por las ansias de cogernos unas largas
vacaciones. Unos ya se encontrarán disfrutándolas (los más privilegiados),
otros aún no (pronto lo serán), y otros las tienen (por desgracia) todo el año.
Estéis en la situación que estéis, disfrutad al máximo de lo que queda de
verano, pues tendrán que pasar otros once o doce meses para volver a disfrutar
de las playas, de las piscinas, de las bañeras, de los charcos o de lo que cada
uno tenga más a mano.
Con la llegada del calor, el
cuerpo empieza a pedir playa y más playa. Y debemos mantenerlo contento, porque
ya conocemos el dicho: cuerpo sano y mente sana. Así pues, ya va siendo hora de
agarrar la sombrilla, las toallas y la nevera, y partir hacia la costa más
cercana a darnos un remojón.
Pero hoy no toca. Hoy me he
quedado en casa, encerrado en mi estudio, redactando estas líneas y acabando
una página dedicada al hombre del saco (no me refiero a Julián Muñoz y a sus
sacos de basura).
Aparcando por un tiempo la
ilustración, esta semana os muestro otra nueva historieta también carente de
diálogos y realizada en dos páginas. Ya os hablé de estos curiosos personajes
hace algún tiempo, y hoy ha llegado el momento de desempolvarlos y de sacarlos
a la luz. “Diablito, Angelito y el
canalla de Pepito”, así se hace llamar esta breve historieta, cuyo título
resulta tan sugerente como poético, y cuyos tres personajes pueden resultar
tanto simpáticos como desagradables (depende de los gustos de cada uno).
Lo que empieza como una historia
cargada de buenas intenciones, acaba por convertirse en una aventura
políticamente incorrecta, cargada de un humor muy negro y sal gruesa. Y es que
Pepito es mucho Pepito. El hombre no se conforma con quedarse con el extraviado
billete, sino que también opta por llevarse a la chica al huerto. De lo que no
estoy muy seguro es si conseguirá cumplir su propósito, pero hay que reconocer
que intenciones le pone (sino, mirad su rostro: desprende más excitación que el
de un adolescente en plena edad del pavo).
Así pues, estimados lectores, sea
en la orilla de la playa, debajo de un pino o dónde os dé la real gana,
disfrutad de la historieta de esta semana.
Por un dia que no se vaya a la playa no pasa nada jejeje.
ResponderEliminarLa historia muy buena, al final se queda con el billete y la rubia, para que elegir, ¿no?
Un abrazo amigo.