COSAS DE NIÑOS: LO QUE PUDO SER Y NO FUE

Con la presente tira cómica (han sido 4 en total), cierro el ciclo ese que inicié de humor sin pelos en la lengua, durante el cual, he mostrado erotismo, escenas de cama, zoofilia, muñecas hinchables, etc. etc., algo nunca visto antes en este blog.

Lo he dicho muchas veces: no sigo ningún patrón a la hora de trazar mis dibujos. Si se me ocurre una idea y considero que ésta puede ser buena, la incubo y la dejo reposar. Cuando ha pasado un tiempo prudencial, vuelvo a retomarla y entonces medito. Si me sigue gustando esa idea, la perfilo y es entonces cuando decido plasmarla en el papel. Si por el contrario, pasado ese tiempo, lo que antes era genial ahora me parece horroroso, agarro la nota donde figura escrita dicha ocurrencia, le hago una limpieza de mal de ojo, la arrugo, la incinero y vierto sus cenizas por las cañerías del retrete. Cuántos inofensivos pececillos habrán estado aleteando entre ideas desechadas por este humilde marraneafolios.

Qué mejor forma de clausurar este breve ciclo (si soy sincero, me hubiese gustado haberlo prolongado, al menos, durante varias semanas más) que haciéndolo con unos de mis personajes favoritos: los niños. Ese derroche de inocencia, esas caritas de no haber roto un plato y esa peculiar visión e interpretación de las cosas, han hecho que estos personajes se ganen un puesto privilegiado en mi corazón (y creo que también en el de muchos).