En pleno disfrute de mis añoradas
vacaciones, no he querido dejar pasar la oportunidad de mostrar la página
número 8 de La historia mes maca.
Pese a encontrarme, en este mismo
momento, tendido sobre una tumbona a escasos metros del agua, medio dormido por
el vaivén de las olas, por el cantar de las gaviotas y por los finos y
delicados berridos de los vendedores ambulantes de refrescos, no he considerado
justo teneros a dos velas esta semana. Nadie tiene la culpa de que me esté
partiendo la espalda de no hacer nada.
Así pues, y sin más parrafadas,
aquí os dejo con una página muy divertida y enloquecida, con un humor muy
característico de nuestro querido Ibáñez.
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