domingo, 15 de junio de 2014

EL CONDE VALENTÍN, de Enrich



Para esta quinta y última entrada dedicada a nuevos autores de los que aún no había publicado ningún original, he decidido exponer una bonita página protagonizada por un personaje de lo más simpático: El conde Valentín. Tras García Lorente y su astro rey, después de Ramis y su contraportada del “TBO” número 60, seguidos de Urda y su nuevo servicio que se impone y Purita Campos y su Patty´s World, como broche final a estas cinco entradas especiales, ha llegado el momento de presentar a Enrich, el papá de El caco Bonifacio




Enrich (Enric de Manuel González) nació en Vénissieux (Francia) en 1930. Sus primeros trabajos vieron la luz en la revista “Trampolín”, a principios de los años cincuenta, y posteriormente, en “Alex”, “Jaimito” y “Nicolás”. Para dicha publicación (“Trampolín”), creó a Ciriaco Majareto (en 1950), y para la revista “Alex”, a El pirata Malapata.






Años después, entró a formar parte de la plantilla de Bruguera, dando sus primeros pasos en esta nueva casa en su departamento de publicidad. Ya en 1957, empezó a publicar sus trabajos en la revista “Tío Vivo”. Para esta publicación, Enrich creó a uno de sus personajes más emblemáticos y recordados: El caco Bonifacio, serie de gran éxito. Para esta misma revista, de la que también fue director artístico, creó también a El doctor Perejil y a Boliche










En 1961 fue director de la revista “Rififí”, de la que se publicaron contados números. En los años siguientes, continuó en Bruguera creando nuevos personajes: Tontáinez (en 1965) y Don Inocencio (en 1968), ambos publicados en “Pulgarcito”, y Don Toribio, conserje (en 1966), publicado en “Tío Vivo”. También publicó en la revista “Gina”, creando la serie Montse, amiga de los animales (en 1978).








En 1962, tras la muerte de Guillermo Cifré (padre de El repórter Tribulete, Don Furcio Buscabollos o Amapolo Nevera, entre otros), y junto a Antoni Bancells, se encargó de dar continuidad a la exitosa serie El repórter Tribulete, trabajos que ambos no podían firmar por imposición directa de la editorial. Enrich y Cifré eran cuñados, así que quién mejor que él para seguir dándole vida al personaje. 


 El repórter Tribulete, página de Cifré.


 El repórter Tribulete, página de Antoni Bancells.


El conde Valentín, página original de Enrich.

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