domingo, 19 de junio de 2016

5º ANIVERSARIO DEL BLOG, PARTE XI: CARICATURA DE UN SERVIDOR, por Paco Nájera



Con ésta, ya son once las entradas dedicadas a hablar de aquellos autores que participaron en la fiesta de aniversario de este blog, colaborando siempre de forma generosa y completamente voluntaria. Cumpliendo con lo establecido, he ido elaborado una entrada especial cada siete días, hablando largo y tendido acerca de cada uno de ellos, repasando sus trayectorias profesionales, exponiendo datos sobre su vida y obra y revelando distintas muestras de su trabajo.

Cada día más cerca del final de estos especiales redactados por aquel 5º aniversario, hoy acudimos a nuestra cita con el gran Paco Nájera, camaleónico dibujante y caricaturista jienense, quien no dudó en sacar punta al lápiz para reflejar sobre el papel lo mejor de mí y convertirme, por sorpresa, en un improvisado Capitán Trueno, sustituyendo la espada por una pluma de dibujo y el escudo por una goma de borrar.    


 (Foto: Onil en mi memoria).


Paco Nájera (Francisco Nájera Ortega) nació en Jabalquinto (Jaén), un 5 de mayo de 1959. Una vez acabado el servicio militar, a principios de los noventa, se presentó a diversos concursos organizados por algunas revistas de historietas, percibiéndose en aquellas primitivas páginas una notable influencia de ese estilo tan característico de Carlos Giménez.

Poco después, empezó a publicar para Ediciones B, colaborando en algunas de sus revistas: “Super Zipi y Zape” o “Super Mortadelo”. Allí nacieron series tan divertidas como Eco y Logi, Chun-go o Capo y Rob.


 (Imagen: Tebeosfera).

 (Imagen: Todocoleccion.net).


Cuando a todas estas revistas les llegó, sin remedio, el momento de su extinción, Paco Nájera colaboró en el fanzine “Barzelona Cómic”, entre los años 1992 y 1996.


 (Imagen: Tebeosfera).


En 1998 realizó una muy recomendable versión (a su manera y en clave de humor) de El Capitán Trueno, personaje que rebautizó con el nombre de El Capitán Tronado y cuya aventura se desarrolló a lo largo de diez páginas. Tras este particular homenaje, nació Gañán el Bestiajo, parodia de otro inmortal de la historieta: Conan el Bárbaro, que gozó de tres números. 


 (Imagen: amigosdeelcapitantrueno).

 (Imagen: todocoleccion.net).


Entre 1999 y 2001 se embarca en una nueva serie: Hechicero, publicada por Megamultimedia. El guión estaba firmado por José Miguel Pallarés y Paco Nájera se ocupó de toda la parte gráfica. Este serial no tuvo un final demasiado feliz ya que fue arrastrado al cajón de las cancelaciones tras el cierre de la editorial. Al año siguiente (2002), colabora en El Boceto, un extraordinario cuaderno que realiza junto a Joan Pieras y que fue publicado por Amaníaco Ediciones. 



 (Imágenes: Tebeosfera).


A lo largo de los años siguientes, Paco Nájera continúa embarcándose en nuevos proyectos, tales como: Aribel y Klonac (serie de tintes fantásticos), o la adaptación al cómic de Cienfuegos, novela escrita por Alberto Vázquez-Figueroa.

En 2003 realiza una nueva aventura de su admirado Capitán Trueno, con guión del gran Víctor Mora, creador del personaje junto a Ambrós, su dibujante original. Este cuadernillo (auténtica pieza de coleccionismo) fue publicado con el apoyo de la Asociación de Amigos de El Capitán Trueno y financiado por colaboración popular.



 (Imágenes: Tebeosfera).


En 2005 crea una nueva serie: Tartessos, que publica Editorial Almuzara y que se extiende a lo largo de cuatro álbumes hasta 2008. 






(Imágenes: tartessoscomic.blogspot.com).





Por mencionar alguno de sus trabajos más recientes, destacar el álbum ¿Dónde está la crisis?, realizado en 2012, escrito por Pepe Caldelas y publicado por Panini Cómics. 


 (Imagen: Paninicomics.es)


Además de un excelente creador de historietas, con la envidiable facilidad de adaptarse a cualquier estilo o género, Paco Nájera también destaca por su labor como caricaturista. Admírese, en las muestras expuestas a continuación, el don de este autor para dibujar rostros, anónimos y populares y, encima, que sean fácilmente reconocibles. Para quitarse el sombrero, oiga. 







 (Imágenes: Paco Nájera caricaturas).


¡Qué no cunda el pánico! Paco Nájera también dedicó unos minutos de su tiempo a contestar mis cuestiones. Brillantes respuestas, narradas con todo lujo de detalles, para unas preguntas que han tratado de barrer, si no toda, gran parte de su extensa carrera profesional. Permaneced atentos, Paco Nájera tiene mucho que contarnos…

1ª- Esta pregunta es de presencia obligatoria, al igual que lo es arrancar esta entrevista con la misma: ¿Dónde y cuándo empezaste a publicar tus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente de aquella época?

Como casi todos, yo empecé publicando en los típicos fanzines, de aquellos de tirada cortísima y a fotocopias. Aún así, hacía una enorme ilusión ver tus trabajos reproducidos en papel. Cuando uno veía una reseña del fanzine en que colaboraba en alguna revista profesional era un subidón. Imagino que como todos los comienzos en cualquier profesión.

2ª- ¿Cuál fue tu primer dibujo o página que te publicaron?

A nivel profesional, entiéndase pagado, lo primero que publiqué fueron ilustraciones para un articulo. No se trataba de una revista de cómics, sino de información general. Era de ámbito provincial y se llamaba ALSUR. Aún así tenía, además, unas páginas de cómics en las que también publicaba mensualmente historias cortas de 4 o 5 páginas, aparte de ilustrar artículos.

3ª- Imagino que la devoción por el dibujo te viene de nacimiento…

La verdad es que me recuerdo dibujando hasta donde me alcanza la memoria. Siempre como fuente de inspiración en los tebeos. Bueno, en ocasiones también copiaba de los libros de texto. De cualquier sitio donde hubiera dibujos que me gustaran. También el retrato y la caricatura me atraían ya de niño y retrataba a personajes históricos o literarios de los libros de texto. Pero mi fuente de inspiración o, mejor dicho, de plagio puro y duro, eran los tebeos. Aquellas viñetas me atraían como un imán y las copiaba con gran devoción y pobres resultados. Aquellos dibujantes eran para mí como dioses. Lo que hacían se me antojaba de un mérito sin igual y aunque me atraía dibujar historietas me sentía incapaz. Me conformaba con plagiar dibujos sueltos o alguna de aquellas maravillosas portadas.

4ª- ¿Cómo era tu vida antes de convertirte en un profesional del dibujo? ¿A qué te dedicabas?

Bueno, hice un poco de todo. Estudiar FP de primero y segundo grado y COU. Ahí me quedé. Durante los estudios, en vacaciones, y después, desde trabajar en el campo, con los albañiles, en una empresa textil, en un taller pintando carretillas elevadoras, a comisión recargando extintores, monitor de talleres de cómics en la universidad popular, peluquero… De lo que no trabajé nunca es para lo que estudié en formación profesional: Técnico especialista en máquinas herramientas. Torno, fresa y ajuste.

No fue hasta la mili, en que coincidí con algún compañero que dibujaba cómics y que vi mi primera exposición de originales, que empecé a acariciar la idea de intentar abrirme camino en esta profesión. Al menos intentarlo. Curiosamente, hace unos años me enteré que esa primera exposición, en San Roque (Cádiz) estuvo organizada por un jovencito Carlos Pacheco.

5ª- En tus inicios, participaste en diversos concursos que organizaban algunas revistas de cómic. ¿Llegaste a ganar algún premio? ¿Te sirvieron estos certámenes como trampolín hacia el estrellato?

Bueno, en una ocasión gané un premio de aquellos que convocaba Toutain en sus revistas. Temática erótica. No pocos dibujantes, hoy famosos, surgieron de aquellos concursos de Toutain. Sin embargo, mi sino ha sido llegar tarde a casi todo y cuando daba el salto a lo profesional ya las revistas de cómics comenzaban a languidecer y el llamado Boom del cómic se desinflaba. De manera que no me sirvió de trampolín alguno este y algún premio más que conseguí después. Sí de estimulo y de un chute de autoestima muy necesario, claro está.

6ª- Creaste personajes tan divertidos como Chun-go, Eco y Logi y Capo y Rob para algunas de las desaparecidas revistas que publicaba Ediciones B. ¿Cómo fue tu paso por esta editorial?

Era una colaboración fija, que surgió por puro azar, no estaba mal remunerada y aunque el sistema de trabajo era un poco encorsetado (mandaba historietas abocetadas y ellos las aprobaban o no) y el color que daban horroroso, pero el verte ahí en una cabecera de tu infancia junto a maestros como Ibáñez o Jan lo compensaba todo y era un gustazo. Además, por primera vez podías decir en la revista en que trabajabas, Mortadelo o Zipi y Zape, y a la gente ajena al mundillo no le sonaba a chino. Incluso mi personaje Gañán fue concebido para una nueva revista de esta editorial pero que no llegó a salir. Tiempo después se editó en cuadernillos de aquellos de grapa formato cómic book y posteriormente en un suplemento dominical de un diario. Años más tarde, en tomo recopilatorio en blanco y negro y también en color. Incluso en modo digital para descargar en Pc o tablet.

7ª- ¿Qué relación tenías con los dibujantes de esta casa?

Relación directa y personal ninguna, más allá de algún intercambio epistolar. Yo trabajaba desde casa, aquí en Linares, y enviaba el material por correo a Barcelona. Con el tiempo si que fui conociendo personalmente, en salones, a dibujantes a los que admiraba y eso ha sido de las cosas mas gratificantes que me ha dado esta profesión.

8ª- Llegó un día (de duelo) en que todas estas revistas formaron parte del pasado. ¿Qué fue entonces de Paco Nájera?

Publicaba en cualquier revista de las que aún sobrevivían a duras penas, que se pusiera a tiro. Guardo un recuerdo entrañable de Barzelona Cómic donde estábamos una peña de gente nueva, bien avenidos y llenos de ilusión. La revista tenía una factura técnica impecable y los dibujantes, aunque primerizos, eran de una gran calidad. Este editor, Ramón Monteblanco, me publicó mis dos primeros álbumes: Iconomías sumergidas y Seis postdatas a un tiempo.

9ª- Te has atrevido a parodiar (con gran acierto) a personajes tan sagrados para el público como son El Capitán Trueno o Conan el Bárbaro. ¿Cómo surgió esta idea? ¿Por qué estos y no otros?

Gañán fue creado por mi gusto por la fantasía heroica y El Capitán Tronado era sobre todo un homenaje a la serie de mi infancia. Con Trueno mi intención en principio fue hacer una historia “seria”, pero la editorial detentadora de los derechos no lo permitió. La parodia es libre y fue una forma de sacarme esa espinita. En ambos casos el estilo paródico se ajustaba como un guante a mis gustos aunque había hecho mas “serio” o realista que humorístico. Tenía más salida. No es muy normal compaginar ambos registros sin que resulten contaminados. Mi humorístico estaba un poco más envarado y el realista tenía un toque caricaturesco.

10ª- Después vino la serie Hechicero, que publicó la editorial Megamultimedia. ¿Quedó interrumpida tras el cierre de la editorial o, por el contrario, sí hemos podido disfrutar de su final?

Lo publicado por entregas con guión de José Miguel Pallarés, fue un álbum completo y conclusivo. Era una serie abierta que tenía previsto continuar con otras historias. De hecho quedó en el tintero una historia corta de 16 páginas que fue recogida en una edición posterior recopilatoria. El cierre de la revista The Realm impidió su continuidad.

11ª- En 2003 dibujaste un cuadernillo de Trueno con guión del gran Víctor Mora. ¿Cómo surgió la idea? ¿Llegaste a proponerle este proyecto a Mora personalmente? ¿Qué se siente a la hora de sentarse frente a un personaje de tal envergadura?

Yo pertenecía a la Asociación de Amigos de El Capitán Trueno y, ante la sequía de nuevas aventuras y dado que desde la asociación estábamos en contacto con Víctor Mora, nos atrevimos a proponerle el hacer una aventura corta similar a los cuadernillos originales. Una cosa meramente simbólica, sin continuidad. Le mandé unas muestras a Víctor, le gustaron y aceptó hacer ese guión. Guión, por cierto, que es el último que Víctor Mora ha hecho del personaje. La edición posterior del mismo fue un poco surrealista con la editorial. Para variar. Ediciones B aceptó y autorizó que editáramos aquel cuadernillo pero, una vez editado, nos prohibió su venta en librerías y utilizar los cauces de distribución habituales. Se nos dijo que debía de ser sin ánimo de lucro, algo con lo que estábamos de acuerdo. El venderlo era exclusivamente para recuperar lo invertido. Vamos, que se autorizaba la edición para que no pudiera circular ni darse a conocer. Increíble pero cierto. Dado que la financiación fue por una suscripción popular (lo que ahora se llamaría Crowdfunding pero en plan artesanal) se decidió repartir la tirada entre los que la habían sufragado y que cada uno de ellos hiciera el uso que estimaran oportuno, bien regalarlas o venderlas directamente en mano y recuperar lo invertido.

En lo personal, fue una experiencia muy gratificante y emotiva. Tuve ocasión de dibujar al héroe de mi infancia y con guión del mítico Víctor Mora. El cuadernillo se presentó en el Salón de La Massana de Andorra, con la presencia de Víctor y un montón de gente que se trasladó allí de toda España. Señalar que el llamamiento a la financiación nos desbordó. Mediante contactos y el boca a boca se contactó con aficionados y la acogida fue extraordinaria. Se recaudó mucho más de lo previsto. Del cuadernillo previsto de 12 páginas en blanco y negro pudimos pasar a una revista de muchas más páginas y en color y a una tirada de 3.000 ejemplares.

12ª- En 2005 nació uno de tus trabajos más importantes: la serie Tartessos, de la que editorial Almuzara publicó cuatro álbumes. ¿Veremos un quinto?

No puedo asegurar cuando, pero la serie continuará. Es frustrante la raquítica industria editorial de cómics y el que una serie concebida para el mercado español apenas tenga posibilidades de sobrevivir con las tiradas que se hacen. Aún así, fue y sigue siendo mi proyecto más querido y ambicioso y el trabajo que más me ha llenado. Le daré otra oportunidad, faltaría más.

13ª- Además de dibujante de cómics, eres también un gran caricaturista. ¿Cuál es tu fórmula para dar siempre en el clavo?

No, no doy siempre en el clavo. Qué más quisiera. De hecho le oí a un gran maestro decir que este arte eran tan difícil que si se conseguía acertar en una de cada cuatro ocasiones se podía hablar de un buen caricaturista.

14ª- ¿Qué es lo más extraño que te han pedido para una caricatura? 

No hace mucho me pidieron una caricatura de un gato. De un gato solo. En ocasiones he hecho caricaturas personales donde aparece alguna mascota acompañando, pero un animal en solitario no lo había hecho nunca.

15ª- ¿A qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te han servido de inspiración?

Lo he dicho siempre que he tenido ocasión. Mis dos autores de cabecera han sido Carlos Giménez y Víctor de la Fuente. Gráficamente la influencia de Carlos es más manifiesta en mi estilo, pero en el caso de Víctor, también mi admiración es total. Creo que es el dibujante más grande y dotado que ha dado este país. Un genio. Y para variar ninguneado en su país.

16ª- ¿En qué nuevos proyectos te encuentras enfrascado en la actualidad?

Estamos tanteando (con un guionista francés) un proyecto para Francia, serie negra con una fuerte carga humorística y grafismo caricaturesco. A ver si hay suerte y a la tercera va la vencida. Dos intentos anteriores terminaron en vía muerta.

17ª- Has dibujado casi de todo. ¿A qué personaje te gustaría enfrentarte y aún no lo has hecho?

La primera historia que yo empecé, de niño, fue de Tarzán. Un personaje que siempre me ha fascinado, en cine y en tebeos. No me importaría hacer una historia selvática. He tocado casi todos los géneros: oeste, ciencia ficción, fantasía heroica, brujería, histórico, erótico y porno, humorístico… En realidad me apetecía hacer todos los géneros, como una suerte de aprendizaje. Antes, al menos, un autor de cómics se suponía que tenía que saber dibujar de todo. Hoy día parece darse una especialización: erótico, histórico, superhéroes... Tampoco me importaría dibujar un personaje tan emblemático como TEX. El editor Bonelli es admirable cómo ha conseguido mantener en candelero series durante 50 años, y ofrecer un tebeo popular en series de todo tipo y para todos los públicos. Tradición y renovación, una fórmula magistral que ojalá hubiera prendido aquí.



 Original de Paco Nájera creado para mi blog, dibujado con lápiz azul y digitalizado en color sepia.

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