Con ésta, ya son once las
entradas dedicadas a hablar de aquellos autores que participaron en la fiesta
de aniversario de este blog, colaborando siempre de forma generosa y completamente
voluntaria. Cumpliendo con lo establecido, he ido elaborado una entrada
especial cada siete días, hablando largo y tendido acerca de cada uno de ellos,
repasando sus trayectorias profesionales, exponiendo datos sobre su vida y obra
y revelando distintas muestras de su trabajo.
Cada día más cerca del final de
estos especiales redactados por aquel 5º aniversario, hoy acudimos a nuestra
cita con el gran Paco Nájera, camaleónico dibujante y caricaturista jienense,
quien no dudó en sacar punta al lápiz para reflejar sobre el papel lo mejor de
mí y convertirme, por sorpresa, en un improvisado Capitán Trueno, sustituyendo
la espada por una pluma de dibujo y el escudo por una goma de borrar.
(Foto: Onil en mi memoria).
Paco Nájera (Francisco Nájera
Ortega) nació en Jabalquinto (Jaén), un 5 de mayo de 1959. Una vez acabado el
servicio militar, a principios de los noventa, se presentó a diversos concursos
organizados por algunas revistas de historietas, percibiéndose en aquellas
primitivas páginas una notable influencia de ese estilo tan característico de
Carlos Giménez.
Poco después, empezó a publicar
para Ediciones B, colaborando en algunas de sus revistas: “Super Zipi y Zape” o “Super
Mortadelo”. Allí nacieron series tan divertidas como Eco y Logi, Chun-go o
Capo y Rob.
(Imagen: Tebeosfera).
(Imagen: Todocoleccion.net).
Cuando a todas estas revistas les
llegó, sin remedio, el momento de su extinción, Paco Nájera colaboró en el
fanzine “Barzelona Cómic”, entre los
años 1992 y 1996.
(Imagen: Tebeosfera).
En 1998 realizó una muy
recomendable versión (a su manera y en clave de humor) de El Capitán Trueno,
personaje que rebautizó con el nombre de El Capitán Tronado y cuya aventura se
desarrolló a lo largo de diez páginas. Tras este particular homenaje, nació
Gañán el Bestiajo, parodia de otro inmortal de la historieta: Conan el Bárbaro,
que gozó de tres números.
(Imagen: amigosdeelcapitantrueno).
(Imagen: todocoleccion.net).
Entre 1999 y 2001 se embarca en
una nueva serie: Hechicero, publicada por Megamultimedia. El guión estaba firmado
por José Miguel Pallarés y Paco Nájera se ocupó de toda la parte gráfica. Este
serial no tuvo un final demasiado feliz ya que fue arrastrado al cajón de las
cancelaciones tras el cierre de la editorial. Al año siguiente (2002), colabora
en El Boceto, un extraordinario cuaderno que realiza junto a Joan Pieras y que
fue publicado por Amaníaco Ediciones.
(Imágenes: Tebeosfera).
A lo largo de los años siguientes,
Paco Nájera continúa embarcándose en nuevos proyectos, tales como: Aribel y
Klonac (serie de tintes fantásticos), o la adaptación al cómic de Cienfuegos,
novela escrita por Alberto Vázquez-Figueroa.
En 2003 realiza una nueva
aventura de su admirado Capitán Trueno, con guión del gran Víctor Mora, creador
del personaje junto a Ambrós, su dibujante original. Este cuadernillo
(auténtica pieza de coleccionismo) fue publicado con el apoyo de la Asociación de Amigos de
El Capitán Trueno y financiado por colaboración popular.
(Imágenes: Tebeosfera).
En 2005 crea una nueva serie:
Tartessos, que publica Editorial Almuzara y que se extiende a lo largo de
cuatro álbumes hasta 2008.
(Imágenes: tartessoscomic.blogspot.com).
Por mencionar alguno de sus
trabajos más recientes, destacar el álbum ¿Dónde está la crisis?, realizado en
2012, escrito por Pepe Caldelas y publicado por Panini Cómics.
(Imagen: Paninicomics.es)
Además de un excelente creador de
historietas, con la envidiable facilidad de adaptarse a cualquier estilo o
género, Paco Nájera también destaca por su labor como caricaturista. Admírese,
en las muestras expuestas a continuación, el don de este autor para dibujar
rostros, anónimos y populares y, encima, que sean fácilmente reconocibles. Para
quitarse el sombrero, oiga.
(Imágenes: Paco Nájera caricaturas).
¡Qué no cunda el pánico! Paco
Nájera también dedicó unos minutos de su tiempo a contestar mis cuestiones. Brillantes
respuestas, narradas con todo lujo de detalles, para unas preguntas que han
tratado de barrer, si no toda, gran parte de su extensa carrera profesional.
Permaneced atentos, Paco Nájera tiene mucho que contarnos…
1ª- Esta
pregunta es de presencia obligatoria, al igual que lo es arrancar esta
entrevista con la misma: ¿Dónde y cuándo empezaste a publicar tus primeros
trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente de aquella época?
Como casi todos, yo empecé publicando
en los típicos fanzines, de aquellos de tirada cortísima y a fotocopias. Aún
así, hacía una enorme ilusión ver tus trabajos reproducidos en papel. Cuando
uno veía una reseña del fanzine en que colaboraba en alguna revista profesional
era un subidón. Imagino que como todos los comienzos en cualquier profesión.
2ª-
¿Cuál fue tu primer dibujo o página que te publicaron?
A nivel profesional, entiéndase
pagado, lo primero que publiqué fueron ilustraciones para un articulo. No se
trataba de una revista de cómics, sino de información general. Era de ámbito provincial
y se llamaba ALSUR. Aún así tenía, además, unas páginas de cómics en las que
también publicaba mensualmente historias cortas de 4 o 5 páginas, aparte de
ilustrar artículos.
3ª-
Imagino que la devoción por el dibujo te viene de nacimiento…
La verdad es que me recuerdo
dibujando hasta donde me alcanza la memoria. Siempre como fuente de inspiración
en los tebeos. Bueno, en ocasiones también copiaba de los libros de texto. De
cualquier sitio donde hubiera dibujos que me gustaran. También el retrato y la
caricatura me atraían ya de niño y retrataba a personajes históricos o
literarios de los libros de texto. Pero mi fuente de inspiración o, mejor dicho,
de plagio puro y duro, eran los tebeos. Aquellas viñetas me atraían como un imán
y las copiaba con gran devoción y pobres resultados. Aquellos dibujantes eran
para mí como dioses. Lo que hacían se me antojaba de un mérito sin igual y
aunque me atraía dibujar historietas me sentía incapaz. Me conformaba con
plagiar dibujos sueltos o alguna de aquellas maravillosas portadas.
4ª-
¿Cómo era tu vida antes de convertirte en un profesional del dibujo? ¿A qué te
dedicabas?
Bueno, hice un poco de todo.
Estudiar FP de primero y segundo grado y COU. Ahí me quedé. Durante los
estudios, en vacaciones, y después, desde trabajar en el campo, con los
albañiles, en una empresa textil, en un taller pintando carretillas elevadoras,
a comisión recargando extintores, monitor de talleres de cómics en la
universidad popular, peluquero… De lo que no trabajé nunca es para lo que
estudié en formación profesional: Técnico especialista en máquinas
herramientas. Torno, fresa y ajuste.
No fue hasta la mili, en que
coincidí con algún compañero que dibujaba cómics y que vi mi primera exposición
de originales, que empecé a acariciar la idea de intentar abrirme camino en
esta profesión. Al menos intentarlo. Curiosamente, hace unos años me enteré que
esa primera exposición, en San Roque (Cádiz) estuvo organizada por un jovencito
Carlos Pacheco.
5ª- En
tus inicios, participaste en diversos concursos que organizaban algunas
revistas de cómic. ¿Llegaste a ganar algún premio? ¿Te sirvieron estos
certámenes como trampolín hacia el estrellato?
Bueno, en una ocasión gané un
premio de aquellos que convocaba Toutain en sus revistas. Temática erótica. No
pocos dibujantes, hoy famosos, surgieron de aquellos concursos de Toutain. Sin
embargo, mi sino ha sido llegar tarde a casi todo y cuando daba el salto a lo
profesional ya las revistas de cómics comenzaban a languidecer y el llamado
Boom del cómic se desinflaba. De manera que no me sirvió de trampolín alguno
este y algún premio más que conseguí después. Sí de estimulo y de un chute de
autoestima muy necesario, claro está.
6ª-
Creaste personajes tan divertidos como Chun-go, Eco y Logi y Capo y Rob para
algunas de las desaparecidas revistas que publicaba Ediciones B. ¿Cómo fue tu
paso por esta editorial?
Era una colaboración fija, que
surgió por puro azar, no estaba mal remunerada y aunque el sistema de trabajo
era un poco encorsetado (mandaba historietas abocetadas y ellos las aprobaban o
no) y el color que daban horroroso, pero el verte ahí en una cabecera de tu
infancia junto a maestros como Ibáñez o Jan lo compensaba todo y era un
gustazo. Además, por primera vez podías decir en la revista en que trabajabas,
Mortadelo o Zipi y Zape, y a la gente ajena al mundillo no le sonaba a chino.
Incluso mi personaje Gañán fue concebido para una nueva revista de esta
editorial pero que no llegó a salir. Tiempo después se editó en cuadernillos de
aquellos de grapa formato cómic book y posteriormente en un suplemento
dominical de un diario. Años más tarde, en tomo recopilatorio en blanco y negro
y también en color. Incluso en modo digital para descargar en Pc o tablet.
7ª- ¿Qué
relación tenías con los dibujantes de esta casa?
Relación directa y personal
ninguna, más allá de algún intercambio epistolar. Yo trabajaba desde casa, aquí
en Linares, y enviaba el material por correo a Barcelona. Con el tiempo si que
fui conociendo personalmente, en salones, a dibujantes a los que admiraba y eso
ha sido de las cosas mas gratificantes que me ha dado esta profesión.
8ª-
Llegó un día (de duelo) en que todas estas revistas formaron parte del pasado.
¿Qué fue entonces de Paco Nájera?
Publicaba en cualquier revista de
las que aún sobrevivían a duras penas, que se pusiera a tiro. Guardo un
recuerdo entrañable de Barzelona Cómic donde estábamos una peña de gente
nueva, bien avenidos y llenos de ilusión. La revista tenía una factura técnica
impecable y los dibujantes, aunque primerizos, eran de una gran calidad. Este
editor, Ramón Monteblanco, me publicó mis dos primeros álbumes: Iconomías
sumergidas y Seis postdatas a un tiempo.
9ª- Te
has atrevido a parodiar (con gran acierto) a personajes tan sagrados para el
público como son El Capitán Trueno o Conan el Bárbaro. ¿Cómo surgió esta idea?
¿Por qué estos y no otros?
Gañán fue creado por mi gusto por
la fantasía heroica y El Capitán Tronado era sobre todo un homenaje a la serie
de mi infancia. Con Trueno mi intención en principio fue hacer una historia
“seria”, pero la editorial detentadora de los derechos no lo permitió. La
parodia es libre y fue una forma de sacarme esa espinita. En ambos casos el
estilo paródico se ajustaba como un guante a mis gustos aunque había hecho mas
“serio” o realista que humorístico. Tenía más salida. No es muy normal
compaginar ambos registros sin que resulten contaminados. Mi humorístico estaba
un poco más envarado y el realista tenía un toque caricaturesco.
10ª-
Después vino la serie Hechicero, que publicó la editorial Megamultimedia.
¿Quedó interrumpida tras el cierre de la editorial o, por el contrario, sí
hemos podido disfrutar de su final?
Lo publicado por entregas con guión
de José Miguel Pallarés, fue un álbum completo y conclusivo. Era una serie
abierta que tenía previsto continuar con otras historias. De hecho quedó en el
tintero una historia corta de 16 páginas que fue recogida en una edición
posterior recopilatoria. El cierre de la revista The Realm impidió su
continuidad.
11ª- En
2003 dibujaste un cuadernillo de Trueno con guión del gran Víctor Mora. ¿Cómo
surgió la idea? ¿Llegaste a proponerle este proyecto a Mora personalmente? ¿Qué
se siente a la hora de sentarse frente a un personaje de tal envergadura?
Yo pertenecía a la Asociación de Amigos de
El Capitán Trueno y, ante la sequía de nuevas aventuras y dado que desde la
asociación estábamos en contacto con Víctor Mora, nos atrevimos a proponerle el
hacer una aventura corta similar a los cuadernillos originales. Una cosa
meramente simbólica, sin continuidad. Le mandé unas muestras a Víctor, le
gustaron y aceptó hacer ese guión. Guión, por cierto, que es el último que Víctor
Mora ha hecho del personaje. La edición posterior del mismo fue un poco
surrealista con la editorial. Para variar. Ediciones B aceptó y autorizó que
editáramos aquel cuadernillo pero, una vez editado, nos prohibió su venta en
librerías y utilizar los cauces de distribución habituales. Se nos dijo que
debía de ser sin ánimo de lucro, algo con lo que estábamos de acuerdo. El
venderlo era exclusivamente para recuperar lo invertido. Vamos, que se
autorizaba la edición para que no pudiera circular ni darse a conocer.
Increíble pero cierto. Dado que la financiación fue por una suscripción popular
(lo que ahora se llamaría Crowdfunding pero en plan artesanal) se decidió
repartir la tirada entre los que la habían sufragado y que cada uno de ellos
hiciera el uso que estimaran oportuno, bien regalarlas o venderlas directamente
en mano y recuperar lo invertido.
En lo personal, fue una
experiencia muy gratificante y emotiva. Tuve ocasión de dibujar al héroe de mi
infancia y con guión del mítico Víctor Mora. El cuadernillo se presentó en el Salón
de La Massana
de Andorra, con la presencia de Víctor y un montón de gente que se trasladó
allí de toda España. Señalar que el llamamiento a la financiación nos desbordó.
Mediante contactos y el boca a boca se contactó con aficionados y la acogida
fue extraordinaria. Se recaudó mucho más de lo previsto. Del cuadernillo
previsto de 12 páginas en blanco y negro pudimos pasar a una revista de muchas
más páginas y en color y a una tirada de 3.000 ejemplares.
12ª- En
2005 nació uno de tus trabajos más importantes: la serie Tartessos, de la que
editorial Almuzara publicó cuatro álbumes. ¿Veremos un quinto?
No puedo asegurar cuando, pero la
serie continuará. Es frustrante la raquítica industria editorial de cómics y el
que una serie concebida para el mercado español apenas tenga posibilidades de
sobrevivir con las tiradas que se hacen. Aún así, fue y sigue siendo mi
proyecto más querido y ambicioso y el trabajo que más me ha llenado. Le daré
otra oportunidad, faltaría más.
13ª-
Además de dibujante de cómics, eres también un gran caricaturista. ¿Cuál es tu
fórmula para dar siempre en el clavo?
No, no doy siempre en el clavo.
Qué más quisiera. De hecho le oí a un gran maestro decir que este arte eran tan
difícil que si se conseguía acertar en una de cada cuatro ocasiones se podía
hablar de un buen caricaturista.
14ª-
¿Qué es lo más extraño que te han pedido para una caricatura?
No hace mucho me pidieron una
caricatura de un gato. De un gato solo. En ocasiones he hecho caricaturas
personales donde aparece alguna mascota acompañando, pero un animal en
solitario no lo había hecho nunca.
15ª- ¿A
qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te han servido de inspiración?
Lo he dicho siempre que he tenido
ocasión. Mis dos autores de cabecera han sido Carlos Giménez y Víctor de la Fuente. Gráficamente
la influencia de Carlos es más manifiesta en mi estilo, pero en el caso de Víctor,
también mi admiración es total. Creo que es el dibujante más grande y dotado
que ha dado este país. Un genio. Y para variar ninguneado en su país.
16ª- ¿En
qué nuevos proyectos te encuentras enfrascado en la actualidad?
Estamos tanteando (con un
guionista francés) un proyecto para Francia, serie negra con una fuerte carga
humorística y grafismo caricaturesco. A ver si hay suerte y a la tercera va la
vencida. Dos intentos anteriores terminaron en vía muerta.
17ª- Has
dibujado casi de todo. ¿A qué personaje te gustaría enfrentarte y aún no lo has
hecho?
La primera historia que yo
empecé, de niño, fue de Tarzán. Un personaje que siempre me ha fascinado, en
cine y en tebeos. No me importaría hacer una historia selvática. He tocado casi
todos los géneros: oeste, ciencia ficción, fantasía heroica, brujería,
histórico, erótico y porno, humorístico… En realidad me apetecía hacer todos
los géneros, como una suerte de aprendizaje. Antes, al menos, un autor de cómics
se suponía que tenía que saber dibujar de todo. Hoy día parece darse una especialización:
erótico, histórico, superhéroes... Tampoco me importaría dibujar un personaje
tan emblemático como TEX. El editor Bonelli es admirable cómo ha conseguido
mantener en candelero series durante 50 años, y ofrecer un tebeo popular en
series de todo tipo y para todos los públicos. Tradición y renovación, una
fórmula magistral que ojalá hubiera prendido aquí.
Original de Paco Nájera creado para mi blog, dibujado con lápiz azul y digitalizado en color sepia.
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