El mundo del cómic se viste de
luto. Hace escasos días, los medios de comunicación nos hicieron conocedores de
la trágica noticia del fallecimiento de Víctor Mora, tal vez, uno de los guionistas
de cómics más aclamado de nuestro país. Tras su marcha (el 17 de agosto de
2016), nuestro querido Capitán Trueno se queda huérfano. Miguel Ambrosio, Ambrós,
su célebre co-creador y dibujante, falleció en septiembre de 1992, y hoy todos
lamentamos la triste marcha de su otro creador y escritor de todas sus
aventuras clásicas.
Con 85 años recién cumplidos, y
todavía fresco el homenaje por el 60 aniversario del nacimiento de Trueno, hoy
damos el último adiós a este incansable contador de episodios que, incluso,
llegó a pisar la cárcel por sus ideas de izquierdas y su vinculación al partido
comunista, pensamientos que no encajaban dentro de la dictadura franquista.
Este barcelonés de nacimiento entró
un día por las puertas de Editorial Bruguera y, enseguida, le fue asignada la
escritura de varios guiones para El Inspector Dan o Dr. Niebla. Fue en 1956
cuando el señor González le encomendó la creación de una nueva serie. De este encargo
nació El Capitán Trueno (cuyos guiones firmaba como Víctor Alcázar) con el
respaldo de unos extraordinarios dibujos fruto del trazo del gran Ambrós. Las
aventuras del personaje se convirtieron en un repentino y gran éxito, llegando
a venderse más de 350.000 copias de cada número semanalmente y logrando
sobrevivir al paso de los años que, lejos de desterrarle, lo han enaltecido
hasta el punto de convertirlo en leyenda. La buena acogida de Trueno por parte
del público permitió que a Mora le ofrecieran nuevos encargos, los cuales, le
embarcarían en múltiples aventuras. Fue entonces cuando nacieron otras series
tan extraordinarias como míticas: El Jabato, El Sheriff King, El Corsario de
Hierro o El Cosaco Verde. Varias novelas también llevaron su firma: Els plàtans
de Barcelona, El tramvia blau o La pluja morta.
Aunque su nombre, al igual que el
de cualquier otro guionista, siempre fue olvidado en las portadas de los
cuadernillos que llevaban su firma, esto supuso que los lectores de la época
sólo llegaran a relacionar a los distintos personajes de aquellos mágicos
tebeos con sus dibujantes, emplazando a un segundo plano el trabajo de sus guionistas. Por
suerte, el transcurso del tiempo y, sobre todo, el reconocimiento de los miles
de fans que arrastra el héroe de Trueno, han provocado que el nombre de
Víctor Mora alcance la popularidad y reconocimiento que siempre había merecido.
La leyenda de Víctor Mora sigue
viva, hoy, más que nunca…
Hasta siempre, maestro. Descanse
en paz.
(Imagen: elmundo.es).
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