Con la presente plancha número 8,
ahora sí que hemos alcanzado el final de esta historia tras mostrar todos los
originales de sus páginas más la portada a lo largo de 9 semanas consecutivas.
Recordemos que ésta es una
aventura perteneciente a la serie Sugar, Agente Secreto, publicada en formato
de cuadernillo por Hispano Americana de Ediciones allá por 1958. La presente
colección, escrita por Joaquín Berenguer Artés y dibujada por el camaleónico
Martínez Osete, estuvo compuesta por un total de 62 números, ocupando Drogas en Egipto el cuarto cuadernillo de
dicha serie.
Centrándonos en esta última
página de la historia, recordemos que Sugar había dejado toda su artillería en
manos de su guapa compañera mientras él se disponía a dar un obligado paseo con
segundas intenciones. Su propósito no era otro que sorprender a sus enemigos
por la espalda, acribillándolos a tiros. Muchos de aquellos contrabandistas ya
habían pasado a mejor vida, al igual que sus lujosos helicópteros, así que
había llegado el momento de dar el siguiente y más importante paso: dirigirse
hasta aquel buque mercante que llevaba por nombre Kolnok.
Aquí es donde entra de nuevo en
acción su amigo el piloto, quien les lleva hasta mar adentro en busca de su
añorado objetivo. Una vez localizado éste y situado bajo sus pies, inician el
ataque desde el aire arrojándole potentes bombas que conseguirán llevarlo hasta
el fondo del océano. Ahora sí, Sugar había cumplido su misión. Cierto es que
muchos de aquellos malhechores habían conseguido escapar con vida, pero eso
poco le importaba a nuestro agente secreto. Su objetivo marcado, que era
destruir los helicópteros y hundir el barco, se había cumplido. Haber dejado
con vida a algunos de aquellos traficantes era algo que no le preocupaba
demasiado, pues, según sus propias palabras, “no me importan los jefes, si
cogemos a uno saldrán cien. Hay que acabar con los recursos de los bandidos”,
consiguiendo así mantenerlos alejados durante una larga temporada.
Fin.
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