A lo largo de estas cuatro últimas
semanas, he ido desvelando las páginas que integran esta particular aventura
que hoy concluye. Aunque las aventuras de Los
Muchamarcha´s se publicaban de forma continuada (como si se tratase de
aventuras largas divididas en capítulos de 4 páginas), realmente, estamos ante
historietas cortas (autoconclusivas) que eran enlazadas unas con otras gracias
a la continuidad de los números de cada página. De ahí que la presente aventura
que hoy llega a su fin arranque en el número 29 y acabe en el 32.
Aclarado este punto, centrémonos
en esta plancha conclusiva. El invento de Keke, como todos los inventos recién
paridos, tiene sus “peros”, así que ambos se ven obligados a detener el
vehículo para darle cuerda, como los viejos relojes. Mientras uno trabaja y el
otro mira (procedimiento muy común en este país en el que vivimos), la pareja
es sorprendida por la presencia de un guardia urbano, quien se presenta ante
ellos con el único fin de aguarles la fiesta. Por caprichos del destino, un
leve fallo en el mecanismo implantando en el antiguo 2CV desencadena la
tragedia.
Finalmente, tanto Keke como
Eulogio consiguen la fama que añoraban, pero, todo hay que decirlo, por motivos
bien distintos. Las carcajadas están aseguradas, y si no me creen, lean, lean…
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