sábado, 11 de abril de 2015

LOS SERIALES DE IBÁÑEZ: PEPSIMAN



Una semana más, seguimos presentando a los incontables retoños que han salido de la mano de Francisco Ibáñez, bien creados por él o asignados para su continuidad. El que hoy nos ocupa, es uno de los varios personajes publicitarios que el maestro acogió como suyos propios.

Corría el año 1966 y en el tablero del genial Ibáñez se acumulaba cada vez más trabajo. Cada semana, el maestro debía entregar a la editorial sus páginas de Mortadelo y Filemón, La familia Trapisonda, 13, Rue del Percebe, Don Pedrito, etc. etc., es decir, que debía elaborar unas 15 páginas semanalmente. A pesar del desmesurado volumen de trabajo que coleccionaba, Bruguera aún le exigía más (apretando bien las tuercas, como todo buen jefe), y le encargó la realización de otro curioso personaje que, al igual que Don Pedrito, éste también estaba enfocado al tema de la publicidad.

Así nació Pepsiman, serie que apareció por primera vez en el número 1817 de la revista “Pulgarcito”, allá por 1966. Este trabajo fue un encargo de la agencia de publicidad Nueva Línea, propiedad de Bruguera (todo quedaba en casa), para el que Ibáñez tuvo que dibujar a un niño de pelo rubio vestido a lo Superman y armado con una curiosa pistola creada a raíz de una botella de Pepsi-Cola. Y el maestro se puso manos a la obra (y nunca mejor dicho, pues para sacar adelante tanto trabajo debía emplear las dos manos al mismo tiempo). Empleaba el mismo argumento para todas las historias: el niño siempre acudía para calmar los malos humos surgidos entre dos personas (o persona y animal), y gritaba: ¡Pepsi-Cola!, y se transformaba en una especie de superhéroe. Entonces es cuando hacía uso de su arma, disparando contra los alterados ciudadanos. Éstos, al recibir el disparo, entraban en un repentino estado de calma y cordialidad, y se hacían amigos para el resto de sus días. Y para celebrar esa nueva amistad, qué mejor forma de hacerlo que tomándose unas botellas de Pepsi-Cola.


 Cabecera de la serie.



 Pepsiman.

Esta serie se publicó hasta 1968, aunque Ibáñez la abandonó antes de su desaparición, dejando el personaje en manos de Martínez Osete y de Bernet Toledano. Como ha asegurado el propio Ibáñez al respecto: “Algunas de estas series dejaron de existir porque yo ya no podía más. Hice un esfuerzo sobrehumano para continuarlas, pero siempre estaba al límite de mis fuerzas; entonces se las encargaban a otros dibujantes, pero muy poco después desaparecían”. 


Como podemos apreciar, a pesar de que Ibáñez andaba saturado de trabajo, ponía lo mejor de sí mismo en cada página de Pepsiman.






 Extraordinaria última viñeta para esta particular aventura del personaje.



 Éste, y siguiente, son ejemplos de Pepsiman dibujados por otras manos. Como vemos, desaparece la firma de Ibáñez y las páginas se presentan apócrifas.




1 comentario:

  1. Qué tal Juan Antonio, me comentó Hergest que la serie se publicó hasta 1970. ¿Puedes confirmar el dato? Veo que citas 1968 y creo que es un error que arrastra el libro de Guiral sobre Ibáñez...

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