Todo lo que empieza, tristemente,
tiene que acabar. Con la de esta semana, pongo punto y final a una serie de
entradas (14 en total) dedicadas a cada uno de los autores que me acompañaron
durante la celebración del 5º aniversario de este blog, dejando su huella en
forma de dibujo original dedicado. Quisiera expresar mi admiración y
agradecimiento a todos y cada uno de ellos por su implicada colaboración. Gracias
a Enrich, Francisco Ibáñez, Jaume Rovira, Joaquín Cera, Joan Boix, Jordi David,
Juan Álvarez, Jorge G., Juan Manuel Muñoz, López Espí, Maikel, Nicolás, Paco
Nájera, Rubén Mudito y Toni Bancells (del que me ocupo esta semana), sin
vuestra ayuda, nada de esto hubiese sido posible.
(Foto: cortesía de Toni Bancells).
Toni Bancells (Antoni Bancells
Pujadas) nació en Barcelona en 1950. Sus inicios como dibujante profesional datan
de principios de los años setenta (1971 o 1972), publicando sus primeros
trabajos en Editorial Bruguera. Su labor para esta casa consistía en pasar a
tinta páginas de Anacleto, Agente Secreto, dibujadas por Blas Sanchis, que
sustituía a Vázquez durante sus consecutivas ausencias y sus incumplimientos
con las entregas de sus páginas. A su vez, también se encargó de la tinta de
diversas páginas de Ibáñez, labor que compaginaba con Alférez y Jordi David.
El enorme éxito que supuso para
Bruguera la publicación de las historietas de Mortadelo y Filemón, y con la
finalidad de incluir a estos dos agentes en el mayor número posible de
publicaciones de la casa, hizo que el Sr. González tomara la decisión de formar
un equipo (tanto de dibujantes como de guionistas) encargado de crear infinidad
de nuevas historietas de estos populares personajes creados por Francisco
Ibáñez a finales de 1957. Toni Bancells formó parte de este equipo, que llegó a
tener más de 15 integrantes, hasta 1977, año que abandona esta editorial de
forma definitiva tras una fuerte discusión con el mencionado Sr. González.
Mortadelo y Filemón dibujados por Bancells (Imagen: La Página no Oficial de Mortadelo y Filemón).
Sus trabajos dentro de Bruguera
fueron más allá de las páginas de Mortadelo y Filemón y Anacleto, dibujando
también historietas de Doña Urraca o el Repórter Tribulete, y también algunas
obras propias, como Mustafín (publicado en la revista “El DDT” en 1970), Pipo y Colás (“El DDT”, 1970) o Sindulfo, el terrible (publicado en “Pulgarcito” en 1971).
(Imágenes: Blog "De todo un poco").
(Imagen: Tebeosytebeos.com).
Tras su marcha, Bancells empezó a
trabajar para Editorial Egmont, responsable de las publicaciones de los
personajes Disney en formato de cómic por todo el norte de Europa. Para Egmont
dibujó páginas de Mickey Mouse, el pato Donald o el Tío Gilito, entre otros.
(Imágenes: cortesía de Toni Bancells).
Después de este breve repaso a la
trayectoria profesional de nuestro autor, dejemos que sea el propio Toni
Bancells quien nos cuente, con todo lujo de detalles, algunos de los puntos más
destacados de su dilatada carrera como dibujante. Hablé con él, le hice unas
cuantas preguntas y, sin más dilación, expongo sus interesantes respuestas.
1ª-
Siempre me gusta empezar una entrevista lanzando esta pregunta: ¿Dónde y cuándo
empezaste a publicar tus primeros trabajos? ¿Qué recuerdos te vienen a la mente
de aquella época?
Empecé con eso del dibujo a
finales de los 60, justamente cuando los Beatles empezaban a pensar en dejar lo
suyo... Eran otros tiempos y, aunque parezca mentira, los quioscos estaban
repletos de cómics y la gente los compraba. Los dibujantes no se hacían ricos,
pero había trabajo para todos. Uno podía iniciarse como aprendiz, ayudando a
algún dibujante a terminar sus páginas a lápiz y entintando posteriormente. Yo
pude empezar así en Bruguera, pasando a tinta páginas de Ibáñez, unas páginas
que él abocetaba y que otros dibujantes acababan a lápiz. Así aprendí mucho. Cada
semana pasaba por la editorial, entregaba, cobraba y recibía más trabajo... unas
seis páginas semanales. Esto duró un par de años, hasta que me llamó el
ejército.
2ª- ¿Cuál
fue tu primer dibujo o página que te publicaron?
La primera página que me
publicaron fue Mustafín, un personaje que me pude llevar a la mili y mandar
páginas desde allí, esto me ayudó a comer algo mejor. No fue posible continuar
con la tinta de Ibáñez, era un trabajo demasiado dinámico, imposible de
compaginar con la lentitud de Correos.
3ª-
Imagino que ya naciste con un lápiz debajo del brazo…
No, no nací con un lápiz debajo
del brazo. Me costó mucho (como a todo el mundo) ser dibujante... Es algo que
se consigue poco a poco y es muy duro ya que sólo depende de ti, no había
ninguna escuela donde pudieras aprender el oficio. Para dibujar cómics hay que
ser artista y además profesional, dos aspectos muy complicados, y sólo podías
contar con la ayuda de algún dibujante del que te habías hecho amigo y que
tuviera la paciencia suficiente para ver tus trabajos y darte algún consejo. En
esto sí tuve suerte.
4ª- ¿Cómo
era tu vida antes de ser dibujante? ¿A qué te dedicabas?
Antes de ser dibujante, incluso
cuando ya había empezado con Mustafín y las tintas de Ibáñez, era bajista de
una banda de rock y tocaba cada noche en una disco, eso duró unos tres años...
De nuevo la mili arrasó con todo.
5ª- A
principios de los setenta empezaste a trabajar para Bruguera, ¿cómo surgió este
encuentro?
Cuando regresé de la mili, en
Bruguera me plantearon integrarme en la plantilla de la empresa. Acepté, y mi
trabajo consistió en entintar páginas de Anacleto (de Vázquez) que dibujaba
Sanchis, el cual, sin estar en nómina, trabajaba en el departamento de
redacción. Corría el año 71 ó 72 y me instalé cómodamente en la editorial con
sueldo fijo. Al principio, éramos 2 personas: Sanchis y yo, pero aquel
departamento comenzó a crecer poco a poco, y llegamos a ser entre 15 y 20.
6ª- ¿Qué
relación tenías con los dibujantes de esta casa?
Al principio, nuestro estudio se
dedicaba a pasar a tinta trabajos de otros dibujantes: Ibáñez, Vázquez, Segura,
Raf, Escobar, Schmidt, etc., y cada uno se especializaba en un dibujante
concreto. Estos dibujantes, cuando venían a entregar sus páginas, hablaban con
su entintador personal y cambiaban impresiones con él. Nos conocíamos todos, y
en el estudio había un ambiente fantástico. Por aquel entonces, Ibáñez había
alcanzado un éxito total, sus páginas se publicaban de forma masiva y el
montaje que había existido años atrás, cuando yo empecé como entintador, era ya
insuficiente. Estamos ahora en el año 1975, más o menos, y ahí se inició la famosa
factoría Ibáñez. El estudio se dividió (por decirlo de alguna manera) en dos
partes: Producción Ibáñez y el resto.
7ª- Uno
de los primeros personajes que creaste para esta editorial fue Mustafín, ¿cómo germinó
la idea? ¿Tuviste algún tipo de problema con la censura reinante en la época?
El personaje Mustafin quedó en el
olvido después de mi entrada en la nómina de Bruguera. Me ofrecieron otras
cosas y mi tiempo para la creación artística comenzó a escasear. Sin embargo,
nunca llegué a imaginar lo conocido que llegó a ser este personaje. Me di
cuenta años después y, de haberlo sabido entonces, quizá no lo hubiera dejado. En
aquellos tiempos, la censura se centraba en otro tipo de cosas más locales: política
española (franquismo), militares, policía, tetas, etc. Entonces no existían
problemas relacionados con el Islam, ni había apenas musulmanes residiendo en
nuestro país, por lo tanto, la censura no iba por ahí. Además, Mustafín era un
gran tipo, incapaz de meterse en líos.
8ª-
Formaste parte de un equipo dedicado a dibujar aventuras de Mortadelo y Filemón,
pues, según tengo entendido, Ibáñez no daba abasto y la editorial quería más y
más. ¿En qué consistía tu trabajo y qué recuerdos guardas?
Creo que ya te he contestado esta
pregunta anteriormente. Con la ayuda de unas calcadoras que inventamos, dibujábamos
páginas a lápiz de Mortadelo, Sacarino y Pepe Gotera. En mi caso, podía
producir una página diaria a lápiz, con guión incluido, una producción que, por
lo que cobraba al mes, era más que rentable para la empresa. Luego se entintaba
allí mismo y así íbamos llenando las distintas revistas con material Ibáñez. Él
apenas pasaba por allí, ni siquiera llegué a conocerle bien. Un par de saludos,
algún apretón de manos y poca cosa más. Supongo que no estaba muy satisfecho con
la existencia del estudio, pero nosotros éramos tan sólo simples empleados de
la casa.
9ª-
También dibujaste a dos de los personajes televisivos más populares de la época.
Me refiero a Heidi y Marco, ¿cómo fue?
Las publicaciones de Heidi, Marco
y el Perro de Flandes se editaban también en Bruguera, pero en otro
departamento que no tenía nada que ver con el nuestro, incluso estaba ubicado
en otra planta del edificio. Cuando aparecieron estos personajes en televisión,
la gente enloqueció y Bruguera rápidamente los lanzó a los quioscos en
diferentes formatos: libros, cuentos, cómics, etc. Al principio, Jan se
encargaba de su creación, hasta que el éxito de las colecciones devoró la
capacidad de trabajo del dibujante. Algo así como en el caso de Ibáñez.
Entonces recurrieron a Sanchis y a mí, que estábamos en el piso de abajo, y así
se pudo completar la producción. Éste era un trabajo como colaborador, fuera de
la nómina. Lo hacía en casa, por las tardes y fines de semana, y se pagaba muy
bien, por cierto. Duró hasta que la televisión dejó de emitir las series,
entonces se acabó en seco.
10ª- Y
luego, tras la muerte de Cifré en 1962, llegaron las páginas de El repórter
Tribulete, personaje que también dibujó Enrich, cuñado de su creador.
El Repórter Tribulete, y también
Doña Urraca, renacieron algunas veces a cargo de otros dibujantes después del
fallecimiento de sus creadores, Jorge en 1960 y Cifré dos años después. En mi
caso, me fueron ofrecidos hacia la mitad de la década de los 70, y estuve
trabajando con ellos un par de años o tres, también como colaboración, fuera
del horario laboral. Los precios bajos que percibía por estos trabajos hicieron
que los abandonara rápidamente al aparecer Heidi y compañía.
11ª- En
1977 te marchaste de Bruguera y empezaste a trabajar para Egmont. ¿Qué te
impulsó a que dieras este paso?
Bruguera, a finales de los 70,
empezaba a tambalearse y cualquier empleado sabía que aquello iba a terminar
mal. Cuando me surgió la oportunidad de hacer una prueba para Disney, de la
empresa Egmont de Dinamarca, no lo dudé. La hice y, más o menos, funcionó. De
esta forma decidí dejar Bruguera, ya que los precios entre esta editorial y
Egmont eran incomparables. Pocos años después, Bruguera naufragó.
12ª-
Para la citada editorial (Egmont), dibujaste a varios personajes de la factoría
Disney. ¿Cuál era tu favorito?
En Egmont empecé con Mickey Mouse
y, más tarde, ya a principios de los noventa, continué con Donald. Me daba
igual dibujar el uno o el otro. Cuando empecé, te exigían un estilo
determinado, había que mirar mucho a Carl Barks, Paul Murry, etc. Les gustaba
la línea americana clásica, y había que adaptarse. Con el paso de los años,
fueron dejando, poco a poco, que cada dibujante se expresara más a su manera.
13ª- ¿A
qué autor o autores admiras? ¿Cuáles te han servido de inspiración?
En el caso de Disney, ya he dicho
que los autores a quien debes admirar te los sugerían ellos. Admirar y, además,
imitar. El haber trabajado en Bruguera y haberme adaptado a varios estilos, me
ayudó. Como te decía, Disney, en los noventa, me cambió de personaje y también
de estilo. Mi trabajo iba destinado a los mini libros, que entonces se vendían
como churros y para ello había que moverse en una línea más italiana y más
moderna. No tuve demasiados problemas para adaptarme. De todas maneras tengo
una larga lista de artistas a quienes admiro a nivel personal, demasiado larga
para reproducirla, pero la inmensa mayoría de ellos no tienen nada que ver con
el mundo Disney.
14ª- En
la actualidad publicas en la revista Playmobil. ¿Cómo surgió tu encuentro con
estos inmortales personajes?
Años después, ya en la primera
década del nuevo siglo, Disney empezó a retocar su plantilla a la baja y a
limitar el trabajo. Parecía que la historia de Bruguera iba a repetirse. De
nuevo, antes de que las cosas se pusieran peor, me puse en contacto con otros
clientes, a través de agencias, y así surgió la revista Playmobil, un proyecto
que iba a nacer muy pronto y que encajó perfectamente conmigo, o yo con él.
(Imagen: cortesía de Toni Bancells).
15ª- Has
dibujado casi de todo a lo largo de tu carrera. ¿A qué personaje te gustaría
enfrentarte y aún no lo has hecho?
No tengo ningún personaje
predilecto. He estado dibujando durante casi 50 años y, como bien dices, he
hecho casi de todo. No he sido demasiado creador de personajes, quizá esta ha
sido la parte negativa de mi carrera, pero la verdad es que nunca me ha surgido
la oportunidad para meterme en ello, siempre he andado muy ocupado en otras
cosas. Pero nunca se sabe... yo sigo dibujando, de momento, y ya veremos qué
pasa en el futuro.
Boceto de portada para "Playmobil, tu revista", dedicado por Bancells para celebrar el 5º aniversario de este blog.
Punto y... ¿final? Que no
decaigan los ánimos. La fiesta de aquel 5º aniversario trajo consigo otras
grandes sorpresas que desvelaré a lo largo de los próximos días. Paciencia, no
hay mejor ciencia…
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