Sigamos con lo establecido. Aquel
piloto del helicóptero, que llega hasta el país de El Cairo como refuerzo
solicitado por el agente Sugar, permanece sentado en la cabina del aparato
vigilando cualquier movimiento extraño que pueda acontecer por la zona señalada
bajo estricta orden de su compañero. De pronto, aquel hombre paciente informa
de la repentina llegada de otros tres helicópteros, los cuales, se posan en
tierra firme y se marchan transcurridos escasos minutos. Todo transcurre
bastante rápido. Sugar, que mantiene contacto por radio con su ayudante desde
el hotel donde se hospeda, le ordena que permanezca atento y no baje la
guardia. Los tres helicópteros regresan de nuevo, y el hombre comprueba con sus
propios ojos cómo varios hombres cargan extraños y voluminosos paquetes a bordo
de aquellos ligeros aparatos. Antes de iniciar su veloz retirada, el que hacía
de cabecilla del grupo paga una suculenta cantidad de dinero a su cliente para
que éste y sus secuaces continúen con el trabajo que llevaban entre manos. Lo
que estos maleantes no saben es que Sugar está en el país y tratará de poner fin
a sus maquiavélicos planes.
Continuará…
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