Volvamos a retroceder unas
cuantas décadas en el tiempo y centrémonos, de nuevo, en la prolífera relación
que existió entre Ibáñez y la que fue su casa durante varios años: Editorial
Marco.
El maestro seguía abriéndose
camino en el terreno de la historieta y, además de publicar en la revista “La
Risa”, también lo hizo en “Hipo, Monito y Fifí”, editada bajo el mismo sello. En un principio
(hablamos de finales de 1953 y durante todo el año siguiente), lo del maestro
para esta editorial consistía en colaboraciones más bien esporádicas, pero su
suerte cambiaría a principios de 1955, cuando empezaron a exigirle más páginas
por semana que debía repartir entre ambas publicaciones de Marco. Como
resultado a esta cada vez más fatigada colaboración, Ibáñez, demostrando su
gran talento y entrega, ideó un gran aluvión de nuevos personajes que
revolotearon entre una revista y otra y que, algunos de ellos, gozaron de una
vida bastante fructífera.
A continuación, veremos uno de
los primeros personajes que Ibáñez creó para “Hipo, Monito y Fifí”. Se llamó El mosquito Pérez, y apareció en el número 47 de su segunda época,
allá por 1954.
Cabecera de la serie.
El mosquito Pérez.
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