Tengo el placer de mostraros otro
original creado por el maestro Ibáñez, el cual, entró directo a formar parte de
mi museo particular. Un museo que, a seguir por el camino que va, nada tendrá
que envidiarle al del Prado o al Louvre.
Aquí se pueden visitar, revisitar,
y si te quedas con más ganas, volver a visitar (todo por el mismo precio), estudiar,
archivar y hasta fotografiar obras de los mejores autores de cómics que ha dado
este país, como todos podéis comprobar. Todavía faltan unos cuantos dibujantes
que aún no han dejado huella en este blog, pero tiempo al tiempo, pues mi
archivo pendiente de publicar es muy grande, y mis ganas por conseguir nuevas
adquisiciones, más todavía.
El original de Ibáñez de esta semana
fue realizado, probablemente, a mediados de los años cincuenta, cuando el
maestro aún trabajaba para la editorial Marco, antes de fichar por Bruguera.
Dicha página fue publicada en la revista “La Risa”, y su guión está
firmado por Carlos Bech, guionista muy solicitado en esta editorial.
A pesar de que el texto de la
página abarca, más o menos, la mitad de la misma, el trabajo de aquel primerizo
Ibáñez no tiene desperdicio alguno, desarrollándola con un estilo y unos
personajes que nada tienen que ver con el rumbo que tomó ya algunos años
después, plasmando sobre el papel un trazo tan personal como inconfundible.
Llama poderosamente la atención
que, aún siendo una misma lámina, sin dibujos recortados ni pegados, Ibáñez lo
firmara en tres sitios distintos, otorgándole, si cabe, aún más valor a la
página. ¡Ah!, y mirad su firma, igualita a la de ahora. Eso es fidelidad y lo
demás son tonterías.
El gran Ibañez, fiel siempre a sus principios. Todo un crack, igual que tu.
ResponderEliminarUn abrazo.