Como bien reza el dicho: Más vale
tarde que nunca. Esta ilustración debía haberla publicado hace ya unos días
(antes de la noche de Halloween), pero me daba cosa hacerlo estando, aún, la
página en blanco.
Hoy, con la tinta todavía fresca
sobre el papel, y después de casi 6 horas de trabajo, es cuando he podido poner
el punto y final a una divertida situación saturada de detalles y gags de
fondo.
Realizada a un tamaño superior
del que suelo trabajar normalmente, aproveché los numerosos huecos en blanco
que se quedaban en la página para “rellenarlos” de bichillos parlanchines y
demás decorados que han ayudado a enaltecer una ilustración realizada, por un
servidor, con muchas ganas, y eso creo que se nota.
Prometí volver, y lo he cumplido.
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