viernes, 5 de diciembre de 2014

EL DOCTOR CATAPLASMA, de Martz Schmidt



Tras incansables y arduos intentos de ansiada búsqueda por conseguir un original de Martz Schmidt, al fin pude ver cumplido mi sueño hace tan sólo unas cuantas semanas. Gracias al “chivatazo” de un buen amigo, llegó la presente página hasta mis manos, tapando ese hueco que desde siempre había existido en mi extensa colección. Su precio: ya sabéis que no me gusta hablar de estas cosas.

Impresionante, maravillosa, inigualable, rarísima, inacabada… son sólo algunos de los muchos adjetivos que se me ocurren para describirla. Sigan leyendo, sigan, que las sorpresas no han hecho más que empezar.  




Martz Schmidt (Gustavo Martínez Gómez), quien creó este seudónimo al contraer su primer apellido y coger prestado el apellido de su abuelo francés, nació en el barrio de Santa Lucía (Cartagena, Murcia) el 3 de julio de 1922. Estudió arquitectura en la Universidad de Murcia, carrera que interrumpió para dedicarse a aquello que más le gustaba: el dibujo y la pintura.

Fue en 1949 cuando empezó a trabajar para Ediciones Clíper tras su traslado a Barcelona. Sus primeros trabajos como dibujante fueron publicados en las revistas “Nicolás”, “Florita”, “Yumbo”, “Pinocho” o “Paseo Infantil” (todas de esta misma editorial), a finales de los años cuarenta. Allí creó a Toribio y Doctor Cascarrabias, entre otros personajes. En 1951 fichó por Bruguera, formando parte de la segunda generación o generación del 57, junto a Vázquez, Ibáñez o Raf, entre otros.







Para esta nueva casa creó a varios de sus personajes más emblemáticos, que vieron la luz en las revistas “El DDT”, “Pulgarcito” o “Tío Vivo”, entre ellos: Don Danubio, personaje influyente (publicado, por vez primera, en 1951), El doctor Cataplasma (creado en 1953), Troglodito (de 1957) y El profesor Tragacanto y su clase que es un espanto (de 1959).













Durante la década de los cincuenta, Schmidt alternó su labor como dibujante con otras tareas como la escenografía o la pintura mural. A principios de los años sesenta, fundó una empresa de diseño y publicidad, a la que llamó Martz Schmidt Studio. Durante esa década, lejos de dejar de lado las historietas, siguió creando nuevos personajes para Bruguera. Ahí nacieron La pandilla Cu-Cux Plaf (creada en 1962), El sheriff Chiquito, que es todo un gallito (de 1962), y Don Trilita (de 1964).










Tras la muerte de Jorge (1921-1960), creador de Doña Urraca, y tras pasar por las manos de Jordi Bernet (hijo de Jorge, quien se ocupó de la serie hasta 1961) y Torá (quien la dibujó durante varios años en la misma década), a Schmidt se le encargó la continuación del personaje algunos años después. En 1972, apareció publicada en la revista “Súper Mortadelo” la historieta Doña Urraca en el castillo de Nosferatu, una aventura que apareció serializada y que tuvo que ser interrumpida, en la página 24, por culpa de la censura. De aspecto demasiado tétrico (el personaje de Doña Urraca ya lo es de por sí), en dicha aventura aparecían las Hijas de la noche, unas vampiresas demasiado atractivas para el público infantil de la época y para la peliaguda mano de los censores.


 Página número 1 de Doña Urraca en el castillo de Nosferatu.



 Primera aparición de las Hijas de la noche. Página 16.



 Página 24, y última.

Durante los setenta y ochenta, Schmidt continúa trabajando para Bruguera hasta poco antes de su cierre definitivo. En 1985, a causa de los graves problemas por los que atravesaba la editorial, se marcha de esta casa y entra en Grijalbo. Hasta allí traslada su serie Cleopatra, reina de Egipto, que pasa de la revista “Mortadelo” a la revista “Guai!”. Poco después empezó a trabajar con Ediciones B, editorial que continuó con las publicaciones de la ya desaparecida Bruguera. Allí creó a Deliranta Rococó





 El gran Ibáñez, siempre tan creativo...





Martz Schmidt murió en Elche el 5 de enero de 1998, a consecuencia de un cáncer de pulmón, aunque otras fuentes afirman que su defunción tuvo lugar en Barcelona en la misma fecha.




El doctor Cataplasma se publicó, por vez primera, en el número 1.139 de la revista “Pulgarcito”, en 1953. Sus aventuras eran, en su mayoría, de una única página, concluyendo siempre al final de la misma. Como el título de la serie indica, Cataplasma se dedica a la medicina, aunque también es dado a desarrollar sus dotes como científico loco. Su criada, Panchita, mujer oronda y protagonista de la serie junto al insolvente doctor, es quien lleva las riendas en todo momento.

La curiosidad de la presente página, como ya habéis podido comprobar si le habéis echado un vistazo, es que está inacabada. Confieso (y muchos coleccionistas de originales estaréis de acuerdo) que hallar planchas de Martz Schmidt es una tarea bastante complicada, y si ya nos referimos a páginas de personajes de renombre inacabadas y, por lo tanto, inéditas, ya ni os cuento. Es como encontrar un trébol de cuatro hojas o esa aguja en el pajar. Lo más curioso de todo es que, exceptuando las caras de los personajes, el resto del dibujo está completamente acabado (fondos incluidos). El doctor Cataplasma tiene la nariz y los ojos dibujados a lápiz (sin entintar) en toda la página (inclusive en el cuadro que figura colgado en las primeras viñetas), y a Panchita sólo le faltarían por entintar los ojos. El personaje que aparece vestido de astronauta en la última viñeta también tiene su rostro inacabado. La página también carece de cabecera y bocadillos, pero lo más curioso es el detalle de las caras de los protagonistas. ¿Por qué aparecen sin pasar a tinta cuando el resto del dibujo, incluso los fondos, se halla acabado? ¿Por qué una página tan bonita y detallada como ésta quedó sin publicar? Sólo Martz Schmidt debía conocer la respuesta…


 Original de El doctor Cataplasma.

1 comentario:

  1. Recuerdo en un "Bruguelandia" en el que hablaban de Martz Schmidt, que siempre me ha parecido un gran artista, y salía un comic que si no me equivoco era de "Deliranta Rococó" en que habían unos fondos a lapiz tan hipercurrados, que el entintador no se había atrevido a pasar a tinta y se publicaron los personajes entintados y aquellos fondos a lapiz...

    Schmidt ha sido uno de los mas grandes de la historieta!!

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