¿Qué tendrá mi blog que las
infidelidades se pasean por él como Pedro por su casa? Tal vez sea porque, de
tan incómoda situación, siempre puede sacarse su lado más irónico y sarcástico.
He de confesar que, los
argumentos que desarrollan el tema de la crisis o el de las infidelidades, son
de mis favoritos. Tal vez sea porque ambos están más de moda que nunca y a mí
siempre me ha gustado estar a la última; o tal vez porque he encontrado en
estas temáticas un nuevo filón para el desarrollo de futuras ilustraciones. De
todos modos, actualmente estoy tocando temas de todos los palos (aunque siempre
lo he hecho). Recordad que los dibujos siempre son publicados a los cuatro o
cinco meses de haber sido realizados.
Aparcando durante algún tiempo
los chistes de una sola viñeta, hoy estoy metido de lleno en la realización de
tiras cómicas y de alguna historieta que otra. El poder narrar una situación en
varias viñetas en lugar de una sola (sirvan como ejemplo todos los dibujos
hasta ahora publicados), da muchas facilidades a la hora de desarrollar
cualquier género, y da pie a la creación de nuevos personajes que irán
repitiendo cartel cuando la situación así lo requiera. Actualmente, la crítica
social, la corrupción, la situación del país, los grandes estafadores y los
chistes con doble sentido están muy presentes en mis dibujos, y para no perder
la costumbre, siempre aderezados con mala uva (a veces, muy mala), y siempre
elevados a la más absoluta exageración.
Aquí el desmadre es ya absoluto,
y son varios los caballeros que huyen despavoridos de la vivienda con todas sus
vergüenzas al aire, olvidando sus ropas en el interior de la morada. Mientras
tanto, el inocente marido regresa del trabajo acompañado por un amigo,
inconsciente de todo cuanto en su hogar estaba ocurriendo hasta ese mismo
momento.
Lo peor es que aquella situación
se seguirá repitiendo, ya que la mujer no piensa abandonar sus “buenos hábitos”, y el amigo (como buen
amigo y persona discreta) no piensa mediar palabra de lo que se cocía allí
aquella tarde (y sucesivas).
Enloquecida, frenética y gamberra
ilustración en la que todos parecen haber perdido los papeles, corriendo como
locos de un extremo a otro de la página. Incluso los animalitos protagonistas
de los gags secundarios también se unen a tan delirante maratón. Confieso que
no me gustaría estar en la piel de la estresada mujer, ¡qué nervios, por Dios!
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