En esta nueva sección que
inauguré hace un par de semanas, quiero mostrar otro de aquellos dibujos que uno
realiza fruto de la escasez de nuevas ideas y cuyo esfuerzo empleado en su
trazado en mínimo (por no decir nulo).
Hace tan sólo unos días, en mi
apretada agenda de uso diario (los que me conocen saben que es cierto),
encontré cinco minutos en los que no sabía en qué ocupar mi tiempo. Así que, ni
corto ni perezoso, en lugar de echarme un rato la siesta, agarré un trozo de
papel que encontré por ahí y, como aquel que entra en éxtasis y pinta lo que le
van dictando desde el más allá, empecé a ilustrar aquella página en blanco sin
ningún boceto previo ni ninguna idea clara en la mente.
Tres o cuatro minutos después, ya
tenía listo mi dibujo, realizado directamente a tinta y cuyo resultado final me
agradó bastante (desgraciadamente, no siempre puedo decir lo mismo).
Ahora es el momento de
compartirlo con todos vosotros.
Sin duda alguna tienes un don...
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