Tal y como os anuncié la semana
pasada, con esta breve historieta de dos páginas, abro una nueva etapa en mi
blog. Será a partir de ahora cuando la escatología, las situaciones más
descabelladas y los diálogos más corrosivos lleguen a su cuota más alta, campando
a sus anchas por cada una de mis nuevas creaciones. Recuerdo aquellos tiempos
en los que intentaba cuidar mucho cualquiera de estos tres aspectos, tratando
la situación de forma que, por muy descabellada y agresiva que fuera, siempre
quedara bien ante los ojos del lector, sin llegar a herir su sensibilidad. A
estas alturas que estamos, si os soy sincero, ya no descarto ninguna idea ni
intento suavizarla, y realizo aquello que en ese momento me apetece, tanto si
es más familiar como si es más subidito de tono. No me rijo por ninguna ley; yo soy esa ley (cómo me ha quedado eso,
parece sacado de alguna película de Charles Bronson).
Digamos que, con esta etapa que
hoy comienza, podría atribuírsele a mi blog una nueva calificación, pasando de
ser “Para todos los públicos” a “No recomendado a menores de 12 años”. Aún así,
pienso que las situaciones no serán tan explícitas como uno se espera, por lo
tanto, si vuestros hijos quieren seguir pasándose por aquí, lo pueden hacer sin
problemas, sin necesidad de que les apliquéis el mismo castigo que si los
pilláis visitando páginas de alto contenido sexual.
Dicho esto, salvo muy contadas
ocasiones, no hay por qué llevarse las manos a la cabeza ni poner el clamor en
el cielo. Lo que realmente importa es que siga habiendo humor por los cuatro
costados y, si encima, es del bueno,
pues mejor que mejor.
Ya lo comenté en la entrada
anterior: quería darle un nuevo aire a mi blog y por ello decidí sustituir los
chistes de humor gráfico habituales por tiras cómicas de lo más variado e
historietas cortas. Mi necesidad de narrar historias en varias viñetas era cada
vez mayor, y las ilustraciones de una sola se me iban quedando cortas. Así
pues, inauguro esta nueva etapa en mi vida de dibujante con una historia
contada en dos páginas y titulada El
hombre del saco.
Con un estilo totalmente distinto
a todo lo anteriormente mostrado (renovarse o morir) y con un guión sin
precedentes, me permito el lujo de narrar una historia dedicada a este
legendario personaje, quien, pese a sus nefastas intenciones y con el fin de
salvar el pellejo, no se deja ver en ningún momento por ambas páginas.
Como conclusión a la historia,
queda de manifiesto que la supuesta inocente niñita tiene peores intenciones
que el temerario hombre del saco, y es que hay que ver cómo está la juventud de
hoy en día. En mis tiempos esas cosas no pasaban, ¿o sí?
¡¡Muy buena historieta!! Este cambio de aire le ha venido muy bien a tu blog. Es que los niños de hoy en día no son lo que eran. Tanta maquinita e información al alcance está haciendo mucho daño. ¡Sigue así! ¡Enhorabuena!
ResponderEliminarjejeje a la niña se le ve con ganas de dejar de ser tan niña...
ResponderEliminarSuerte en tu nueva etapa, aunque no te hace falta, sigue siendo tan bueno o más que antes si añadimos que es algo más picante.
Un abrazo.
Hay que ver la imaginación que tienes Juan. Muy buena la historieta, y es verdad los niños de hoy en día no son tan niños. Muy buen encuadre y perspectiva y muy buena la escena del padre enfadado con la escopeta,jajaja
ResponderEliminarSigue subiendo tus obras, que las seguiremos desde Boston. Un abrazo.