Para el que pensaba que esta
sección había caído en el olvido, un servidor le informa que se halla bastante
equivocado. Tras concederle un descanso de 7 meses (la falta de tiempo y la
indagación en otros temas comiqueros han tenido toda la culpa), hoy vuelve a la
palestra para analizar otra portada más perteneciente a la ya conocida
colección “Top Cómic Mortadelo”.
Hoy centraremos nuestras miradas
en el número 11 de dicha compilación, donde pasaremos por alto los detalles de
Filemón derritiéndose cual figura de cera embestida por las llamas, y la lengua
de Mortadelo agujereada a consecuencia del cancerígeno picante extraído de unos
terribles y prohibitivos pimientos de padrón. Como digo, estos dos detalles no
me han parecido (a mi entender) lo suficientemente corrosivos como para querer
incluir esta portada en esta sección.
Si continuamos escudriñando esta
maravillosa ilustración (de un Ibáñez ya con cierta edad pero en plena forma),
descubrimos que ese enorme Mortadelo que figura en primerísimo plano porta en
sus manos el detonante de la tragedia y el centro de todas las miradas. Resulta
curioso comprobar cómo Ibáñez se juega el puesto (¿realmente se lo juega?)
utilizando palabras inapropiadas para el lector infantil (que es a quien,
realmente, van destinados sus trabajos). A pesar de que el dedo de Mortadelo
oculta las letras finales, la palabra es tan evidente que hasta el más
despistado descubriría el mensaje que reza en la etiqueta de esa lata.
Algunos se sentirán
escandalizados a consecuencia de este minúsculo detalle; a mí, personalmente,
me hace bastante gracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario