sábado, 6 de junio de 2015

EL IBÁÑEZ MÁS DESMADRADO: PORTADA DEL TOP CÓMIC MORTADELO Nº 16



Nueva demostración de la mala baba que Ibáñez plasma en sus creaciones, eso sí, siempre de forma enmascarada y con la mejor de las intenciones.

En la portada que hoy nos ocupa (la correspondiente al número 16 de la colección Top Cómic Mortadelo) podemos ver a Mortadelo y Filemón sufriendo, en sus propias carnes, las consecuencias de un nuevo invento del Bacterio, esta vez, contra la humedad. Y los resultados, como siempre ocurre, no son los esperados. El submarino donde viajaban se va, sin remedio, al fondo marino. La tripulación, medio ahogada, emerge, como puede, a la superficie, mientras el maltrecho profesor Bacterio trata de ajustar el aparato apretando unos cuantos tornillos. A su misma vez, un enfurecido Filemón le arrea, al pobre profesor, con un ancla en toda la cabeza. En resumidas cuentas, una situación tan disparatada como divertida a la que Ibáñez ya nos tiene, de sobra, acostumbrados.




A toda esta cadena de tragedias y disparates hay que sumarle los efectivos e indispensables gags secundarios, siempre presentes en la obra ibañezca. Y ahí es donde centraremos toda nuestra atención.

En primer lugar, y el que más salta a la vista, es el comentario que realiza uno de los dos pececillos de turno que pululan por ahí a la derecha de la página. “Sí, creo que es una japuta…”, exclama uno al otro. La cosa, desde mi punto de vista, no es para tanto, ya que la mencionada japuta realmente existe y también se le conoce como palometa negra, zapatero, castañola o castañeta. Lo que ocurre, y de eso no hay la menor duda, es que esa palabra aquí es empleada en otro sentido, y el mencionado pececillo, con bastante mala intención y haciendo honor a su nombre, abre el cristal del casco de Mortadelo para tratar de ahogarlo.




El segundo y último gag que merece ser incluido en esta sección es el que hallamos en la entrepierna de Mortadelo. Su bragueta figura abierta, dejando escapar una especie de pañuelo de color rosa que hace las veces de… de…, bueno, de eso. Ibáñez recurre a este gag en numerosas ocasiones a lo largo de estos últimos años.



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